La viróloga e inmunóloga española Margarita del Val ha compartido este mediodía un almuerzo con la asociación de Directivas de Aragón, donde sea hablado de la pandemia, la campaña de vacunación pero también de la necesidad de despertar vocaciones científico-técnicas entre las niñas, que serán las profesionales del futuro. “Cuando empecé a comunicar durante la pandemia, mi primera motivación era que a mí me gusta entender” y porque explicando la situación esperaba “ayudar a la gente”, ha asegurado Del Val, para quien su segunda motivación fue la de “dar la visibilidad a una mujer científica, una mujer que puede ser útil a la sociedad, que podía estar comunicando y que las mujeres podemos liderar también estructuras de investigación y que somos normales y tenemos una vida normal”, ha dicho con una sonrisa.
¿Qué le diría a esas niñas que están pensando en ser científicas?
Que necesitamos ciencia y tecnología para todo, incluso para las actividades artísticas; y que las chicas se den cuenta de que el que se dedica a la ciencia no es el que es el más listo o lista, no es el que se lo sabe todo de memoria. Dedicarse a la ciencia supone hacerse muchas preguntas, ser muy curiosa, ser muy creativa, tener muchas ideas, aunque a veces sean de bombero. Cuando una niña de pequeña es así lo que necesita es que no se la cuestione continuamente y que la familia la apoye, ya que puede ser una trayectoria profesional bonita y útil a la sociedad. Se disfruta mucho.
Entrando en materia. ¿Qué opina de la nueva fase de vigilancia del covid, eso que se ha llamado gripalización? ¿Se está banalizando el coronavirus?
Es muy difícil saberlo. Esta oleada de ómicron ha bajado en España y en el mundo. Se ha llevado por delante a muchísimas personas por delante y aunque ha sido más suave de lo que ha sido delta, al multiplicarse tanto el número de personas infectadas, ha sido una ola dura. No hemos sido conscientes pero ha habido más de 14.000 personas que han fallecido y es un número muy alto. No sabemos cómo va a avanzar o si entramos en una época de bonanza, como ya ocurrió desde finales del verano pasado hasta diciembre o así o si entramos pronto en otra ola. No sabemos. Cada vez que se bajan medidas puede ocurrir que tengan un impacto o que no. Quizá debemos estar alertas y lo estarán, por si hace falta volver a tomar medidas, pero eso lo hemos hecho siempre, en las oleadas hemos tomado medidas. Es una oleada nueva y es muy poco predecible.
Deberíamos ir evolucionando hacia tener un aire de mejor calidad
Quitar la mascarilla en interiores es el siguiente paso.
De nuevo la ciencia no ha cambiado, pero este virus se transmite mucho por gotas que llegan a personas que está muy cerca, pero causa más contagios la transmisión por los aerosoles, muy pequeñitos, que no pesan y no caen al suelo, se quedan durante horas en el suelo. Y nos podemos proteger de ese contagio con los aerosoles haciendo trabajo a distancia, con mascarillas, pero lo ideal sería lo que justo ahora empieza en EEUU, que es una acción nacional para tener un aire más limpio. Harían falta guías, información de cómo ventilar, qué tipo de aparatos filtran, cómo filtrar cuando no se lleva mascarilla, etc. Todo esto requeriría mucha más información y más acción nacional. Y allí donde haga falta, apoyar para tener los filtros adecuados en pequeños comercios, restaurantes, a domicilio, cuando haya personas vulnerables. Creo que se tendrían que acompasar las dos cosas. En lugar de estar cada uno defendiéndose como puede de un aire potencialmente contagioso, que hubiera una iniciativa más global, como con el agua y los alimentos. Nos protegería de este virus y probablemente de otras enfermedades infecciosas. La gripe, la tosferina, la varicela han bajado en estos dos años muy drásticamente, de 10 a 25 menos casos, nos protegería de esto también. Podríamos estar protegidos de potenciales epidemias futuras que se transmitieran por vía respiratoria, que es una vía de contagio difícil de controlar. Deberíamos ir evolucionando hacia tener un aire de mejor calidad.
Quien no se haya infectado todavía que no busque la infección, por favor
Ha dicho en alguna ocasión que al final nos vamos a contagiar todos. ¿Sigue pensándolo?
Sí, sí. De hecho, desde que el virus escapó de China hace dos años para mí ya estaba claro que era un virus al que no podíamos poner puertas, estaba claro que nos íbamos a contagiar todos antes o después porque estaba transmitiéndose de forma silenciosa que con controlamos porque dos o tres días antes de tener síntomas, ya somos contagiosos. La máxima carga viral es dos o tres días antes. ¿Cuál es el impacto si ahora contagiamos porque no tenemos cuarentenas? Pues no lo sabemos porque antes también estamos contagiamos. Nos infectaremos todos pero la gran duda es ¿cuántos nos hemos infectado en esta ola? Porque ha habido mucho menos diagnóstico necesariamente porque ómicron se contagia tanto que ha saturado los sistemas de diagnóstico y no han llegado a ellos. Ha habido menos diagnóstico, diagnóstico casero y también transmisión sin síntomas, así que no sabemos cuántos nos hemos infectado ya. Si estuviésemos todos infectados con ómicron, sería de esperar, desde el punto de vista inmunitario, que estuviésemos todos con inmunidad ante ómicron y sus versiones. Eso sería bueno pasado el riesgo de que alguien estuviese infectado y tener enfermedad muy grave o fallecido. Quien no se haya infectado todavía que no busque la infección, por favor, porque nunca sabemos cómo puede acabar incluso aunque estemos vacunados.
Hay que animar a quien no esté vacunado.
Las personas que no estén vacunados se podrán infectar ahora con mayor facilidad que antes. Para ellas el riesgo es de 10 a 30 veces superior calculado con los datos españoles durante la oleada de este invierno. También hay riesgo para vacunados en los que no prende bien la vacuna, por eso quien no se haya vacunado que no se infecte para tener una inmunidad más amplia. Para los no vacunados tenemos una quinta vacuna, que las dosis ya están en España, la vacuna de Novavax y se diferencia de las otras que es una vacuna clásica, basada solo en proteínas. De este tipo hay vacunas para adultos y bebés desde hace décadas y sabemos como funcionan. Quienes no se hayan atrevido con vacunas nuevas quizá ven la oportunidad en esta quinta vacuna y es importante que lo sepan y lo valoren. Para las personas que son de riesgo y que no les prende bien la vacuna también hay nuevas soluciones que antes no teníamos. A finales de otoño se han aprobado nuevos antivirales, dos, que son de aplicación en las personas de alto riesgos en los primeros días, uno por vía oral y el otro inyectable. Es importante que sea de los primeros días porque tienen que combatir al virus. Y también hay medicamentos para la fase final, cuando es más grave, que se usan corticoides y ahora hay medicamentos que también son anticuerpos monoclonales frente a esa tormenta de encitoquinas que causa la gravedad en la infección.
Los dos virus que más se han transmitido antes han sido alfa y delta, que aprendieron a multiplicarse con mayor carga viral en la nariz y en la faringe
¿Hemos aprendido nosotros más del virus o el virus de nosotros?
Hemos aprendido todos. La historia con los agentes infecciosos es siempre una historia de adaptación y de coexistencia. Un agente infeccioso no tiene ninguna ventaja en causar una enfermedad muy grave porque puede acabar con la especie incluso y dejaría de multiplicarse y desaparecería. Los agentes infecciosos se multiplican porque son inertes en ausencia de infección. Los dos virus que más se han transmitido antes han sido alfa y delta, que aprendieron a multiplicarse con mayor carga viral en la nariz y en la faringe. Tenían varias veces más carga viral que la variante interior y por eso eran capaces de contagiar a más personas y desplazaban a la variante anterior. Delta desplazó a alfa porque causaba más carga viral. Y ómicron en lugar de seguir subiendo en la carga viral, la estrategia por la que ha sido seleccionada es distinta, no tiene más carga viral que delta pero ha desplazado a delta; ha contagiado con más eficacia porque se ha adaptado a un nuevo hábitat.
¿Y cómo es ese hábitat?
El de hace dos años era una humanidad entera sin inmunidad y el hábitat hace un par de meses cuando ómicron ha surgido es de países con muchos recursos, muy vacunados; países con menos recursos mitad vacunados mitad infectados y ahí, entre personas con bastante inmunidad, ómicron ha explotado el tener muchos cambios de golpe y eso le ha permitido que se contagie mucho entre personas con inmunidad y por eso ha sido mucho más débil la oleada, no solo porque es tres veces más suave sino porque nos ha pillado muy inmunizados. Y eso ha sido una mejora. ¿Tiene más armas para sacar más variantes el virus? A lo mejor sí, no lo sabemos, es especulación pura. Este virus ya se transmite mucho y es difícil transmitirse más que este, pero los virus tienen muchas herramientas para lograr persistir porque si no desaparecen. El que nos infectemos todos y respectivamente no es ningún problema; tenemos con nosotros desde hace siglos otros coronavirus catarrales, que solo causan catarros y con esos coronavirus nos infectamos cada dos o cuatro años, según las personas, y no pasa nada. Tenemos la inmunidad previa y estamos protegidos. Si este se quedase así sería una maravilla, pero todavía no sabemos. Esta oleada de invierno, con este coronavirus, con una población con mucha inmunidad, con una población que hemos tomado muchas medidas, esta oleada ha causado tantos fallecidos como la peor oleada de gripe de antes de la pandemia; o sea, que no ha sido una oleada benigna, ha sido dura. No sabemos si este virus será más grave que esos coronavirus catarrales, a lo mejor con vacunas que eviten la transmisión. Una persona vacunada no se pueda infectar sería la solución para esa persona si no también para los compañeros de esa persona, para la sociedad. Para una pandemia lo ideal son las vacunas esterilizantes, habríamos acabado esto hace ya tiempo.
Si usamos esta temporada climáticamente más benigna para invertir mucho en tener un aire más limpio habrá menos contagios
¿Tendremos entonces que aprender a convivir con el virus?
Sí. Habrá que aprender a convivir, pero se quede y que sea endémico no quiere decir que no sea un problema. Con la tuberculosis en el mundo convivimos pero es la enfermedad que causa más muertes en el mundo antes del covid y volverá a serlo. Y no tenemos vacuna, se convive con ella pero hay muchos niños que mueren de tuberculosis, convivir con ello no es bueno si el resultado es una infección que causa sufrimiento humano. Es un problema. Habrá que ver hasta dónde llega esto que no lo sabemos.
¿Cómo ve la situación en unos meses?
Hay algo que sabemos pero son malas noticias. Cuando lleguen las enfermedades respiratorias, este seguro que también volverá. Si vuelven no es porque surjan sino porque nosotros tenemos un comportamiento estacional y favorecemos el contagio. Si usamos esta temporada climáticamente más benigna para invertir mucho en tener un aire más limpio habrá menos contagios. Si logramos que en las comidas de Navidad no se contagie todo el mundo si no que sepamos que podemos tener un filtro, aunque sea de alquiler, para que no se contagie hasta el abuelo, pues sería bueno. Deberíamos aprender de otras armas que tenemos, aparte de mascarillas y estar separados o trabajando a distancia.