El Periódico de Aragón

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EL SECTOR DEL AUTOMÓVIL

El 'no' de Volkswagen a Aragón: Así fue la negociación por la fábrica de baterías

Las exigencias de la marca llevaron al límite las reuniones con la DGA que se prolongaron durante 11 meses / El Ejecutivo mantienen contactos con más firmas para la instalación de otras plantas de este tipo en la comunidad

Varias trabajadores en el taller de montaje de baterías de la planta automovilística de Stellantis en Figueruelas.

«Por la presente les informamos que, finalmente, el Grupo Volkswagen ha decidido descartar la construcción de la factoría de baterías en Zuera; motivo por el cual, y de conformidad con lo previsto en el Acuerdo de Intenciones, nos vemos en la necesidad de dar por terminadas las conversaciones mantenidas». Este fue el mensaje que leyeron el presidente de Aragón, Javier Lambán, la consejera de Economía y Empleo, Marta Gastón, y la consejera de Presidencia, Mayte Pérez, nada más aterrizar el avión del que regresaban desde Dubai el pasado 23 de marzo, donde, paradójicamente, viajaron para tratar de captar inversiones de un fondo soberano para relanzar el aeropuerto de Zaragoza. El mensaje fue un jarro de agua fría. Helada. Así lo reconocen en el Pignatelli, el cuartel general del Gobierno de Aragón y escenario de «intensas» reuniones con el grupo automovilístico alemán durante todo el proceso de selección.

Hasta llegar a ese día transcurrieron once meses de intensas negociaciones con Volkswagen que concluyeron sin recompensa. Sagunto se adjudicó oficialmente la gigafactoría que comporta una inversión milmillonaria y la creación de unos 3.000 empleos directos. EL PERIÓDICO DE ARAGÓN disecciona los contactos entre la multinacional y responsables de la DGA.

El acuerdo con Ford, clave en la decisión

Todo comenzó el 3 de enero de 2021 cuando Invest in Spain, dependiente del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), se puso en contacto con el Ejecutivo de Lambán. El organismo lanzó una «oferta ciega» para dar respuesta a un fabricante asiático de baterías que buscaba 140.000 metros cuadrados de superficie en España. La fecha tope fijada para la presentación de las candidaturas era el 18 de enero. Aragón, sin saber todavía que detrás de esa inversión empresarial estaba Volkswagen, apostó por hacerse con esa inversión millonaria. De las nueve comunidades a las que el ICEX envió la oferta, siete iniciaron esta carrera de fondo.

Informes, búsqueda de terrenos, presentación de infraestructuras energéticas, oferta de profesionales para atender la demanda de empleo y un sinfín de requerimientos a los que los equipos técnicos del Ejecutivo aragonés trataron de dar respuesta trabajando a destajo. Las peticiones del grupo alemán fueron casi interminables y, en ocasiones, increíbles. En uno de los encuentros, la multinacional planteó a la DGA la posibilidad de que cargara con las nóminas de los empleados de la gigafactoría durante el primer año en el caso de resultar elegidos. «Fue algo sorprendente y a lo que nunca accedimos, por supuesto, porque es imposible». A renglón seguido, el Gobierno de Aragón advirtió a la compañía que seguiría muy de cerca el proceso de selección de los candidatos ya que «las ayudas de Estado llegan hasta dónde llegan», apuntan las mismas fuentes.

La multinacional planteó a la DGA la posibilidad de que cargara con las nóminas de los empleados de la gigafactoría durante el primer año en el caso de resultar elegidos

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El «desgaste fue brutal», reconocen tras vivir el proceso «más duro que recuerdan». La negociación «fue mucho más dura que con Amazon», añaden. Entre los requerimientos de Volkswagen figuraba la construcción de cuatro guarderías con menús saludables. «Algunas peticiones se podían asumir, otras no», afirman. Además, la necesidad de suelo varió desde los 150.000 metros cuadrados iniciales hasta las 300 hectáreas al final del proceso por la necesidad de superficie para el autoconsumo energético de la planta.

Pero lo que más condicionó la decisión del grupo alemán fue el acuerdo estratégico al que llegó con Ford para desplegar el vehículo eléctrico en Europa. La planta valenciana de Almussafes ha atravesado por serios problemas en los últimos tiempos y su futuro estaba condicionado a la llegada de modelos eléctricos. En los últimos tiempos estaba al 36% de su capacidad, pero la alianza con Volkswagen ha despejado el futuro. «Nosotros no tenemos una planta de Ford», apunta una fuente cercana al proceso. No obstante, siempre quedará la duda de si la decisión fue solo empresarial o política.

Condicionados por el PERTE

Las peticiones de Volkswagen fueron cambiando durante el proceso. En un primer momento, la pandemia impidió el contacto directo entre las partes y a partir del 18 de enero se iniciaron las videoconferencias con los futuros inversores asiáticos detrás de los cuales estaba la marca alemana, algo que se conoció en marzo. Desde esa fecha había seis meses para satisfacer los requerimientos del gigante, que anunció que el 30 de junio de 2021 tomaría una decisión definitiva sobre el ganador. Pero todo se retrasó porque el Gobierno central tardó mucho en presentar la convocatoria de las ayudas del PERTE para el coche eléctrico y autónomo. Tanto que no se publicó hasta hace dos semanas, lo que prolongó los encuentros durante once largos meses.

Fuentes conocedoras de esos contactos apuntaron que hubo reuniones a las que asistieron hasta 15 personas pertenecientes a distintos departamentos del Gobierno de Aragón y de la parte de la dirección de Volkswagen. De hecho, se creó un grupo técnico para dar respuesta a las exigencias de la multinacional. «Durante todos estos meses no ha habido vacaciones, ni puentes ni incluso domingos», aseguran en la DGA. 

Un grupo técnico para dar respuesta a las exigencias de la multinacional. «Durante todos estos meses no ha habido vacaciones, ni puentes ni incluso domingos», aseguran.

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Las expectativas eran máximas y los candidatos a albergar la fábrica de baterías se iban reduciendo hasta dejarlos en tres: Aragón, comunidad Valenciana y Extremadura). El 14 de diciembre, la DGA y Volkswagen firmaban la declaración de intenciones que ponía punto final a las negociaciones.

La búsqueda de suelo

Una de las primeras ocupaciones del Gobierno de Aragón fue la búsqueda de suelo para responder al proyecto. Entonces surgió la posibilidad de crear un polígono logístico en Zuera (Zaragoza), aunque existía el riesgo de que, si finalmente Aragón no era la elegida, no hubiera alternativas para esos suelos. Por ello, se llevaron a cabo negociaciones con otros inversores en paralelo para que Zuera pudiera albergar algún otro proyecto en esos terrenos. «Solo les pedimos (a Volkswagen) que nos avisaran lo antes posible si quedábamos descartados del proceso», relatan las mismas fuentes. Hoy, «existen alterativas empresariales para este polígono», subrayan desde el Ejecutivo aragonés, si bien prefieren ser discretos respecto a los nombres de los potenciales inversores.

La conexión ferroviaria siempre fue un importante aval para la candidatura aragonesa, aunque, entre las exigencias de Volkswagen «nunca» figuró la necesidad de que hubiera puerto, afirma uno de los participantes en las negociaciones. «Nunca se puso sobre la mesa», añade. 

Suelos sobre los que se iba a levantar la fábrica de baterías en Zuera El Ayuntamiento de Zuera

Aragón, en definitiva, cumplía «todos los requerimientos» de la multinacional. Ayudas al empleo, ferrocarril, formación, suelo disponible, suministros energéticos, intermodalidad, servicios médicos, universidades cercanas, accesos y agilidad administrativa eran algunos de ellos. Esta última petición era también importante ya que los fondos Next Generation obligaban a realizar la inversión antes de que concluya 2026. 

Optar a otra planta de baterías

Pero nada fue suficiente para lograr el sueño de la gigafábrica. Pese a todo, desde la DGA insisten en que hay más alternativas y reconocen que «no es el único proyecto de fábrica de baterías en el que estaba trabajando el Gobierno de Aragón». Hay más. Se trata de posibles inversiones que hoy siguen vivas, aunque no estén condicionadas a las ayudas que recoge el PERTE. De hecho, aseguran que «en otros proyectos estamos en proceso de selección y con visitas programadas».

Por tanto, no se descarta que el polígono de Zuera pueda ser candidato a albergar otra gigafábrica, aunque la oferta para este tipo de iniciativas está diversificada en el territorio de la comunidad. «Hay otros lugares posibles que no son Zuera», sostienen, al tiempo que indican que ahora se está llevando a cabo un trabajo similar al que se ha llevado con Volkswagen. La esperanza es que la decisión no se demore y que sea favorable a Aragón. Habrá que esperar.

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