Los epidemiólogos y sanitarios de Aragón piden prudencia a la hora de abandonar la obligatoriedad de llevar mascarilla en interiores, sobre todo en las fechas que se aproximan, de procesiones, vacaciones, movilidad y más contacto social. Eso pese a que en estos momentos la «presión hospitalaria está muy estacionada en niveles bajos de ocupación tanto en hospitalización como en uci», señala Javier García Tirado, presidente del Colegio de Médicos de Zaragoza. Sin embargo, la «incidencia sigue siendo alta» puesto que se hacen menos pruebas y no es obligatorio registrarlas.
En este sentido, señala que «hay un margen para la esperanza pero con reservas» porque no se puede prever que aparezca una nueva variante más agresiva, por lo que llaman a la «cautela, la sensatez y la responsabilidad individual» y recomienzan portar tapabocas en las aglomeraciones incluso aunque «no sea obligatorio» en exteriores y manteniéndola en espacios cerrados.
La presidenta del Colegio de Enfermería de Zaragoza, Teresa Tolosana, es prácticamente de la misma opinión porque se acercan fechas «donde la gente se mueve y se junta y es un riesgo». Además, considera que lo que hay que valorar son los pros y los contras de llevar mascarilla y en estos momentos portarla «no nos impide llevar una vida y un ocio prácticamente normal». Incluso hace hincapié en que la «incomodidad es un problema mejor si lo comparamos con otras cosas que hay que valorar» como son el no llevar a cabo rastreos o confinamientos. Por eso, «no correría mucho».
Su uso, dice, evita otros virus respiratorios que siguen circulando, no solo el covid; ya que «la gripe no ha hecho epidemia desde hace tres años y nuestro sistema inmunitario «ha perdido fuerza» y llevar mascarilla puede evitar el contagio de gripe.
Los epidemiólogos también son partidarios de retrasar la retirada. El investigador Quique Bernal considera «prudente» que se elimine después de Semana Santa. Nacho de Blas es más contundente. «Es demasiado pronto» quitarla, sobre todo «con la incidencia que intuimos que hay ya que con el nuevo sistema vamos un poco a ciegas». Y pone como ejemplo países en los que se han disparado los casos a raíz de retirar esta medida (la única restricción que se mantiene en España) como ha sido en Austria, que se ha vuelto a imponer en interiores y, desde entonces, «ha vuelto a controlar la incidencia», aunque a pesar de ello todavía arrastran un incremento en ingresos en uci y aumento de mortalidad. Ahora, es cuando bajan los hospitalizados, tras dos semanas otra vez con mascarillas.
En este sentido, señala que es una medida fácil de instaurar por lo que debería retirarse cuando «una colectiva se pusiera en marcha», como podría ser la implementación de sistemas de ventilación eficientes. De Blas considera que España sigue los pasos de Suecia, que tiene la incidencia más baja «pero no están notificando apenas casos». El epidemiólogo considera positivo que «vamos hacia el buen tiempo», a pesar del tiempo invernal actual y se alargan los días, por lo que hay «más radiación ultravioleta y eso siempre ayuda».
