Aísa despliega todo su encanto natural y cultural

Bajo la sombra del macizo del Aspe, uno de los mayores activos del Valle de Aísa, se despliega esta municipio. Se trata de uno de los valles pirenaicos occidentales con menor antropización y un estado de conservación impecable. 

Aísa dispone de senderos de diferentes dificultades y recorridos que cuentan historias; tapices vegetales que en los inicios de la primavera cambian de color de un día para otro, exultantes, ofreciendo un paisaje sublime que atrapa tu mirada. Asimismo, el Valle ofrece innumerables especies que en esta época están de paso; desde pequeñas aves migradoras hasta las grandes rapaces que vigilan el valle desde los riscos, sin olvidar las especies propias de estas montañas.

Además, las costumbres y el modo de vida de Aísa tienen también su representación en la propia conservación del paisaje urbano de los núcleos que pueblan el valle; el Torreón medieval de Sinués, su iglesia gótica y la representación arquitectónica y urbanística de composición medieval del pueblo ofrecen un paisaje urbano lleno de historia y costumbres.

Por otra parte, el antiguo lavadero cuenta historias llenas de tradiciones que se han recuperado para representar los matices de esa identidad de los montañeses; y junto a él, el sus calles y plazas transportarán a los visitantes a otros tiempos.

Aísa se puede visitar también en autocaravana, puesto que cuenta con un espacio especialmente dedicado a los trotamundos. Y si lo que apetece es comer al aire libre, en familia o con amigos, el municipio dispone de un lugar ideal con espectaculares vistas en el parque de Santa Juliana de Aísa, donde poder encender tu propio fuego y cocinar al aire libre mientras se disfruta de un entorno relajante.

Más información

Para conocer más sobre Aísa, se puede visitar la web del ayuntamiento.