El Periódico de Aragón

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Educación en Aragón: la experimentación y el juego libre, esenciales

«No podemos elegir colegio en libertad por el sistema de puntuación», opina Mónica González, vocal especialista en educación de 0 a 6 años en la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía / Movimiento, inteligencia emocional y pedagogías activas son claves

La filosofía del centro es esencial a la hora de elegir colegio para la primera escolarización.

El primer paso está dado. Las familias han elegido ya el centro en el que quieren escolarizar a su hijo. Muchos ya tienen plaza pero otros tendrán que esperar ya que 48 colegios de Aragón tienen más solicitudes que vacantes. 

Desde la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía reconocen que es esencial que se «respete el ritmo del niño» y que se «fomente el juego libre», reconoce Mónica González, psicopedagoga y vocal de la asociación especialista en Educación de 0 a 6 años y coordinadora de formación. También ve primordial la «integración multisensorial» que no es otra cosa que experimentar con las manos, tocar arena, plastilina, agua, y recuperar las pedagogías activas, métodos como Montessori, Reggio Emilia, Waldorf y Pikler que vuelven a estar en primera línea y que se enfocan no tanto en lo académico (donde se potencia «los niños quietos trabajando de forma individual») sino que «respetan el ritmo, fomentan el movimiento libre» entre los pequeños.

Todo esto debería ser esencial a la hora de elegir centro, lo mismo que la filosofía del colegio y «los valores que van a transmitir», que «no sean iguales para todos si no que se respeten las individualidades», que haya profesores de refuerzo, orientadores –desde la asociación ven necesario uno cada 250–, monitores de comedor o de madrugadores formados «con unas mínimas orientaciones pedagógicas». También hay que tener en cuenta cómo se lleva la «adaptación» porque no todos los niños «llevan igual el apego» o incluso «cuál es el protocolo para la resolución de conflictos, cómo es la comunicación con la familia» y la cercanía con los amigos y «la red de apoyo familiar», señala González. Y, por supuesto, que sea «un espacio abierto» porque da «un servicio a la comunidad». Sin embargo, tiene claro que «en Aragón no podemos elegir con libertad el colegio para nuestros hijos porque vamos por puntaje».

Elección del profesorado

También tiene claros la psicopedagoga los retos de la educación, que basa, por ejemplo, en la «inteligencia emocional», primero en el profesorado para que así acompañe a los alumnos. Por eso cambiaría el modo de elección porque «al ser por oposición» solo se tiene en cuenta «la capacidad memorística». La docencia y el aprendizaje deben basarse en evidencias científicas «actualizadas» que apuestan por «emocionar» y «provocar al alumno». También por el trabajo colaborativo. Y descarta, entre los más pequeños el uso, de los bolígrafos, las tijeras y las pantallas hasta «por lo menos Primaria». 

En cuanto a la escolarización de dos años, González se muestra a favor «si es respetuosa», lo que significa que el colegio «esté preparado» para los más pequeños, y «ahora solo está para los mayores» con patios grandes y muchos niños e insiste en que tanto a esa edad como hasta 6 años si «no es respetuosa, como no es obligatoria, no tienen por qué ir». El centro debe «dar respuesta alas necesidades de cada niño».

Respecto a la jornada continua o partida, señala que el problema «no es el horario sino la calidad» y hay que lograr que «estén concentrados», por lo que invita a comenzar el día con artes o «movimiento, baile y deporte» para luego que «se cambien de ropa y se enseñe al autocuidado» y ya están activados. Sin embargo también tiene claro que el covid ha potenciado que los pequeños estén más horas ante las pantallas, algo que ella, dice, «hay que evitar» y menos socialización; por lo que considera que si «nos enfocamos en una jornada continua ese foco solo irá hacia el aprendizaje académico» mientras que en la partida entran en juego otras disciplinas complementarias. Por eso, señala que la educación debería incluir teatro porque se necesita «gente flexible, habilidosa y que sepa comunicar lo que hace» y ahí es esencial el teatro porque «ayuda a gestionar y comunicar».

Tampoco las ratios las considera esenciales, ya que la especialista considera «es mejor que haya dos educadores en un aula a que haya pocos niños porque «es más enriquecedor juntar pequeños y docentes».

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