El Periódico de Aragón

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TURISMO EN LA CAPITAL ARAGONESA

Zaragoza: primer contacto

Las agencias, que muestran la ciudad a los turistas a cambio de una propina, constatan «un aumento considerable» de los visitantes

Un grupo de estudiantes norteamericanos, traídos a Zaragoza por la agencia Explorica, en la plaza del Pilar, el pasado viernes.

A medida que se acerca la Semana Santa, el número de turistas aumenta a ojos vista en Zaragoza. Solo hay que darse una vuelta por la plaza del Pilar para ver grupos de visitantes que siguen a una guía que les va dando explicaciones sobre los monumentos del casco histórico de la ciudad, desde la catedral de la Seo y la basílica del Pilar a la Lonja o la fuente de la Hispanidad y la iglesia de San Juan de los Panetes.

«Se nota mucho que ha aumentado nuestra actividad, tanto por los niños de colegios e institutos como por la gente que viene de fuera», explica Leyre, que trabaja para la agencia Zaragusta, especializada en free tours (recorridos gratuitos con un guía local).

Los forasteros que contratan sus servicios son españoles en su mayoría y se trata de personas que vienen a pasar un día o el fin de semana, señala la guía. «A menudo llegan aquí tras haber estado en otras zonas de la provincia y de la comunidad, como el monasterio de Piedra», continúa.

En Semana Santa, agrega, el movimiento turístico se acentúa, en particular este año, tras dos temporadas seguidas sin manifestaciones religiosas de carácter público. «Llegan visitantes que vienen de propio a ver las procesiones, unos porque ya las conocen y les gustaron, y otros movidos por la curiosidad», relata. Para estos últimos, dice la guía, «la Semana Santa de aquí es todo un descubrimiento». «Se llevan una sorpresa cuando ven que aquí se celebra de una forma diferente», resume.

Una guía de Zaragusta explica los monumentos de la plaza del Pilar, el viernes pasado, a un grupo de visitantes españoles. ANGEL DE CASTRO

Entre Madrid y Barcelona

Otros grupos turísticos vienen con sus propios guías porque Zaragoza es uno de los destinos en un largo recorrido por España. Este es el caso de los viajes de extranjeros que van de Madrid a Barcelona y hacen un alto en el camino para visitar la capital aragonesa.

Ese el terreno de Explorica, una empresa que trae a estudiantes norteamericanos de ambos sexos que desean visitar Londres, París y las dos ciudades con más habitantes de España.

"Nosotros pedimos la voluntad y la gente suele pagar entre 5 y 10 euros"

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«Paramos dos horas en Zaragoza cada vez que vamos de Madrid a Barcelona en autobús», comenta Laura, la cicerone del grupo. «A los norteamericanos lo que más les gusta es la basílica del Pilar, para ellos es algo distinto que no tienen en su país, por eso les llama tanto la atención», afirma.

«Lo cierto es que el número de visitantes ha aumentado considerablemente», subraya Lorenzo Ibáñez, responsable de Zaragusta, que precisa que la mayoría de sus clientes son de ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia.

«Nosotros pedimos la voluntad, y la gente suele pagar entre 5 y 10 euros, pero también tenemos visitas temáticas con precio establecido, tanto de la capital como del resto de Aragón», informa.

Grupo organizado de visitantes, junto a la fuente de la Hispanidad, el pasado viernes. ANGEL DE CASTRO

Ibáñez ha notado un cambio en el perfil de los visitantes que se acercan a Zaragoza. «Antes tomaban Zaragoza como una ciudad de paso en la que paraban, comían, daban una vuelta y se iban», cuenta. Pero ahora «el turista sabe a lo que viene porque se ha informado previamente de lo que hay que ver en la ciudad», agrega.

«Lo que más les agrada es el patrimonio y el ambiente animado de las calles», indica. «Cuando llevan aquí unas horas se dan cuenta de que es una ciudad de gente amable, por la que es fácil moverse y que no resulta demasiado cara», dice.

Los romanos y el ternasco

El responsable de Zaragusta insiste en el «papel primordial» que desempeñan los guías de los free tours. «No nos conformamos con mostrar los edificios antiguos, desde el tiempo de los romanos, sino que vamos a sitios como el Mercado Central». Y ello da pie a hablar a los visitantes de la gastronomía de la comunidad, «desde el ternasco y la borraja al jamón de Teruel y a la cebolla de Fuentes», explica.

Al fin y al cabo, «el o la guía es la persona que informa al turista en su primer contacto con la ciudad, de forma que puede influir en la idea que se hace de ella y en el recuerdo que se lleva cuando vuelve a su casa».

Y la cosa no acaba ahí. Más allá del recorrido habitual, «los guías recomiendan museos, bares, restaurantes y lugares de dentro y fuera de Zaragoza» para que la escala en la capital aragonesa salga redonda. 

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