Los vecinos de Muniesa (Teruel) están preocupados porque en los últimos días, al menos cuatros viviendas de la localidad han sido saquedadas y en gran parte destrozadas. Se trata de cuatro casas que son segundas residencias o de vecinos que acuden los fines de semana a la localidad de las Cuencas Mineras.
La semana pasada se conoció el primer caso, según cuenta el alcalde del municipio, José Luis Iranzo, y se informó a la Guardia Civil y «ahí quedó el asunto, como un asunto puntal»; sin embargo, el domingo pasado otro vecino vino «y se encontró la casa destrozada», asegura. En esta segunda ocasión le habían robado más de mil litros de gasoil, deshecho muebles, rociado de líquido por todos lados, etc. «Han ido a hacer daño», resume el alcalde.
El tercero de los sucesos se descubrió un día después cuando otro de los vecinos descubrió que «se habían colado y reventado su casa». En este caso, señala Iranzo, «parece que no se han llevado nada, aunque tienen que contabilizar» pero el destrozo ahí queda. Y el cuarto, este mismo martes por la tarde, cuando unos vecinos llegaron a su casa desde su residencia habitual en Barcelona. En esta ocasión, además deshacer la casa, han robado cuatro patinetes, una bicicleta y un ordenador, entre otros enseres, que hayan visto en un primer vistazo.
Para intentar paliar este temor, se ha solicitado permiso a la subdelegación de Gobierno para colocar «cámaras en el pueblo y controlar los accesos y la parte central», reconoce el alcalde, que explica que salvo una casa que está más apartada, «en una calle poco habitada», las otras están en el centro, cerca del ayuntamiento.
Iranzo explica que hace un tiempo también se dieron casos semejantes, pero ahora no y, según explica, «no se han visto movimientos extraños» y los malhechores conocían que no vivía nadie por lo que «o es gente de aquí o tienen un contacto», lo cual supone una preocupación más.
Existe «miedo» entre los vecinos porque «te sientes desprotegido ya que violan tu intimidad», reconoce. Y añade que puede que haya algún otro suceso (como el notificado el martes) cuando «vengan estos días de vacaciones», como la sorpresa que se encontró una familia proveniente de Barcelona que no pudo entrar en su casa porque estaba forzada la cerradura y justo cuando lo consiguieron se la encontraron desvalijada. El alcalde espera que «no haya más» pero teme que la llegada de visitantes haga que se notifiquen otros sucesos.
