La economía circular es un modelo de producción (y consumo) que prima el aprovechamiento de recursos al tiempo que rompe con el sistema lineal de ‘usar y tirar’ y reduce el desperdicio de materias primas, aguas y otras fuentes de energías. Pero, ¿cómo fomentar la sostenibilidad desde el diseño? 

En este proceso de invertir y transformar los procesos asentados despunta la necesidad de reflexionar sobre el diseño de los productos y los materiales empleados. Laura del Río, experta en diseño y desarrollo de piezas de plástico de la consultora aragonesa Infinitia Industrial Consulting, plantea la necesidad de “diseñar con perspectiva de economía circular”, aun cuando “nos venden la necesidad de algo que ya existe, añadiendo bambú a los objetos para sentirnos más ecológicos”.

 El diseño de nuevos productos y la selección de materiales debe facilitar la recuperación de los mismos una vez usados, otorgándoles valor para que puedan reintroducirse en la cadena de fabricación funcionando, de nuevo, como materia prima. Muchas marcas están intentando introducir esa circularidad en su oferta y, como resultado, están vendiendo una imagen ecológica que, en realidad, si se mira desde el diseño o los materiales, no lo es tanto. Algunos ejemplos:

Cepillos de dientes

Están hechos de multitud de colores y materiales, todos ensamblados entre sí. Cada material confiere una funcionalidad diferente al cepillo de dientes. Es decir, existen materiales que aportan rigidez estructural o materiales ‘soft touch’ para una mayor sensación de agarre y ergonomía. Si bien el diseño cumple con estas funciones, éstas hacen que el reciclaje sea prácticamente imposible, pues -según apunta Del Río- “no es realista la idea de separar cada tipo de material para luego reciclarlo”, teniendo en cuenta que cada color es ya un material diferente.

Cepillo eco friendly Infinitia Industrial Consulting

“¿Son necesarios tantos materiales para la vida tan corta que tienen estos productos? ¿Estaría el consumidor dispuesto a renunciar a la comodidad o a la estética solo para que sean más reciclables?”, añade. Muchas de estas funcionalidades se podrían abordar desde el punto de vista del diseño, confiriendo las propiedades requeridas a través de la geometría o tratamientos superficiales como la tecnología IMM, sin entrar en la mezcla de materiales.

Cubiertos 'eco friendly'

Es fácil encontrar en las tiendas los estuches de tenedores, cucharas y cuchillos que se venden con la etiqueta de ‘reutilizables’ o ‘eco-friendly’, aunque ya existan otros, como los de acero inoxidable, que son reusables y reciclables infinitas veces. Estos cubiertos de plástico son, muchas veces, “de polipropileno (PP), un plástico comúnmente seleccionado para este uso, al que le han añadido fibra de bambú”.

“Por muy ecológico y biodegradable que sea el bambú, al mezclarlo con polipropileno no se va a degradar, por lo que estás haciendo ese producto no-reciclable, estás aumentando el precio total"

Los polímeros tienen cargas y aditivos para mejorar sus propiedades o abaratar costes. Por ejemplo, la fibra de vidrio se usa para mejorar la resistencia mecánica y las cargas minerales se usan para bajar el precio del plástico en bruto. “En el caso de introducir polvo de bambú, estamos dificultando el reciclado del material”, puntualiza la especialista en plásticos. “Por muy ecológico y biodegradable que sea el bambú, al mezclarlo con polipropileno no se va a degradar, por lo que estás haciendo ese producto no-reciclable, estás aumentando el precio total y, además, no estás aportando mejoras destacables en cuanto a sus propiedades. Lo único que aumenta es la sensación de ecologismo”, reivindica. 

Botellas de agua

Como consecuencia de la demonización del plástico se está introduciendo el uso de envases alternativos. El tetrabrik forma parte de esas alternativas, un compuesto formado por capas de polietileno, aluminio y cartón, algo que, en la actualidad y en España, no es 100% separable. Aunque en países como China existe la tecnología para hacerlo, ¿merece la pena enviarlo allá, teniendo en cuenta el consumo energético y de recursos? ¿Eso es economía circular?

Botella de agua Infinitia Industrial Consulting

En suma, si bien se han hecho otros intentos para separar los tres materiales, resulta necesario tratarlos a 500ºC. Esa necesidad de temperaturas, que consume tantos recursos, sigue llevándonos a la misma pregunta. ¿Eso es sostenible? La solución, según anota Del Río, pasa por reflexionar sobre si el plástico es tan malo como lo pintan. “Por muy mal que lo estén vendiendo, solo tienes un único material, que ha estado en contacto con agua, por lo que es más reciclable”.