El Burgo de Ebro es uno de los municipios del entorno metropolitano de Zaragoza que desde su pasado agrícola ha sabido crecer al arraigo de su asentamiento industrial. No tanto en población, sino más bien como generador de empleo, riqueza y bienestar. Enclavado en un entorno natural, a tan solo 12 kilómetros de la capital aragonesa, la localidad burgolesa se concibe como una magnífica opción para una vida más tranquila y un entramado urbano dotado de todos los servicios y buenas comunicaciones con la gran ciudad.

El gigante estadounidense Amazon, que abrirá este año un centro de datos de AWS (Amazon Web Services) en uno de sus polígonos, es solo el último ejemplo del interés que despierta este municipio de apenas 2.500 habitantes y que goza de un paro residual. «El Burgo de Ebro crea más empleos que habitantes tiene. Cada día vienen unos 3.500 trabajadores», destaca siempre su alcalde, Vicente Royo. No obstante, el ayuntamiento ya prepara proyectos de actuación de un futuro que pasa por ampliar superficie industrial ante la llegada de nuevas compañías y la creación de suelo residencial para acoger más población.

El Burgo de Ebro presume de su situación estratégica y excelente conexión en uno de los ejes que vertebran Aragón. La autovía A-68 acercó el municipio a Zaragoza y la única autopista aragonesa, la ARA-1, ejerció de trampolín de conexión directo con la autovía A-2 (Barcelona-Madrid). Sin embargo, la salida hacia el Mediterráneo continúa siendo la gran asignatura pendiente en materia de infraestructuras y una vía que permitiría un mayor crecimiento económico e industrial para toda la comarca ya que, como apunta Royo, «las empresas que hay aquí instaladas dan empleo a vecinos de muchos municipios y el desarrollo de las comunicaciones dará riqueza a toda la Ribera Baja del Ebro».

En los últimos años, el Ayuntamiento de El Burgo de Ebro ha apostado por renovar servicios básicos y equipamientos culturales, sociales y deportivos en el municipio con el fin de mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sin olvidar sus raíces, fiestas y tradiciones. En su casco urbano figuran por su interés el yacimiento romano de La Cabañeta y las ermitas de San Jorge y de Nuestra Señora la Vieja y, entre sus encantos medioambientales, el término municipal forma parte de la Reserva Natural Dirigida de los Sotos y Galachos del Ebro y del Camino Natural del Ebro (GR-99), a la vez que esconde en sus entrañas lugares de interés histórico como búnkeres y trincheras de la guerra civil española.

Otro acto bélico, la Guerra de la Independencia, hizo que el municipio se desprendiese de Zaragoza y se constituyera como independiente. Con la ventaja y la desventaja de su proximidad, El Burgo de Ebro proyecta un prometedor futuro plagado de oportunidades.