El espectacular Patio de Santa Isabel de La Aljafería dejó embobado a más de uno. No tanto a aquellos que lo cruzan casi cotidianamente sin detenerse un segundo a admirar su belleza, pero sí a un buen número de invitados que disfrutaron contemplando las arcadas de sus pórticos.
En cualquier caso, unos y otros hicieron cola para tomarse la foto correspondiente una vez concluida la mañana de palacio. En parejas, por partidos e incluso mezclados, esperaron con calma su turno para colocarse cerca de la alberca sur, al pie del mástil donde izaron la cuatribarrada dos niños aragoneses y otros dos ucranianos.
Fue una mañana de buen rollo. Jorge Azcón celebró su santo doblemente después de echarle un alegre vistazo a algunas encuestas que indican que está a un paso de la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Zaragoza. No se quitó la mascarilla en ningún momento, debajo se le adivinaba la sonrisa toda la mañana e incluso departió animadamente con Javier Lambán pese a los pullazos que se han cruzado en los últimos días.
El presidente ya ha dicho que estará en los próximos comicios dentro de 13 meses. Azcón no ha aceptado el envite. De momento, ni una palabra sobre su futura candidatura. Si sigue la dirección que le marcan las encuestas, que le garantizan volver gobernar con seguridad sin moverse del sillón, no se moverá de la plaza del Pilar.
Hasta allí, hasta el pie del mástil, no se acercó Pilar Alegría, hoy ministra de Educación, que sin embargo fue la más solicitada de la mañana en la celebración del Día de Aragón. La ganadora de las últimas elecciones al Ayuntamiento de Zaragoza como cabeza de lista del PSOE, que después fue delegada del Gobierno en Aragón, pasó por tantas fotos casi como la bandera. Saludó a decenas de invitados que se acercaron hasta ella y aguantó bajo techo casi hasta la hora del cierre, cuando el ambiente destempleado provocó el desfile de la mayoría de asistentes al acto.
Por lo demás, dio gusto ver a un buen número de políticos históricos como Ángel Cristóbal Montes, que presidió las Cortes entre 1991 y 1995. Seis años más tarde llegó como presidenta Luisa Fernanda Rudi, con quien se saludó afectuosamente. Estuvo también otro expresidente como Santiago Marraco, consejeras como Pilar de la Vega. Y otros contemporáneos como Tomás Guitarte y Susana Sumelzo o eurodiputados como Isabel García en una lista casi interminable.
Fue una mañana de sonrisas, en resumen, de buen humor, aunque a algunos se les torció el gesto al escuchar el himno de España a la conclusión del acto. De hecho, algunos como el consejero de Vertebración Pepe Soro (CHA) harían luego visible su malestar a través de las redes sociales.
Tampoco hizo demasiado gracia ni en Izquierda Unida ni en Podemos. Es verdad que sorprendió en buen número una vez superados los tiempos del covid y sus homenajes la elección de la Marcha Real para cerrar el acto.
Alguno encontró la solución pronto. "La mañana la acabamos con el himno, pero la noche la cerraremos con Ixo Rai!". El que no se consuela...
