Al norte, Barcelona; al sur, el río Llobregat y el Prat de Llobregat; al oeste, la Zona de Actividades Logísticas y al este, el Mediterráneo. Estos son los límites físicos del Port de Barcelona, un recinto de 1.112 hectáreas de superficie y más de 23 kilómetros de muelles que alberga 31 terminales especializadas en todo tipo de tráfico. Un puerto que conforma un ecosistema de 500 empresas en las que trabajan a diario unas 37.000 personas; una comunidad que, con su trabajo, hace posible que tengamos todo aquello que necesitamos día a día en todas aquellas zonas en las que el Puerto de Barcelona opera como aliado de su tejido empresarial, tanto productor como importador y exportador, como es el caso de Aragón.

El Puerto de Barcelona invertirá más de 1.500 millones de euros en proyectos como la electrificación de muelles

Los límites del Port de Barcelona están bien definidos desde la aprobación del Plan Delta de 1994; así pues, la aspiración del puerto no es crecer en superficie, sino en generación de riqueza que revierta en el bienestar de las personas.

¿Y cómo lo logra? Haciendo más sostenibles y eficientes las operaciones que se realizan, generando nuevas actividades de alto valor que respondan a las necesidades de la sociedad y optimizando servicios e instalaciones para garantizar los más elevados estándares de calidad, mientras se trabaja en la regeneración ambiental, mejorando la calidad del aire para ganar calidad de vida.

Para alcanzar estas metas, el puerto ha iniciado un ciclo ecoinversor por valor de más de 1.500 millones de euros en los próximos ocho años en proyectos clave para el futuro que permitirán además hacer más sostenibles las cadenas logísticas, garantizando a las empresas importadoras y exportadoras la máxima eficiencia ambiental. Entre estos proyectos destaca la electrificación de muelles que hará posible que Barcelona sea un puerto neutro en carbono en 2050; la creación de infraestructuras para generar energías limpias o la concentración de la actividad relacionada con el tráfico de contenedores en la zona sur del recinto, en el Muelle Prat, y la de cruceros en el muelle Adossat para minimizar las externalidades ambientales de la actividad portuaria en los núcleos de población y disponer de nuevos espacios para uso ciudadano cercanos a la ciudad.

El Puerto de Barcelona quiere llegar al año 2040 convertido en un ‘hub’ logístico líder en Europa. Puerto de Barcelona

Para ello el Port de Barcelona se apoyará en la innovación y la digitalización, convirtiéndose en un Smart Port que lidere la consecución de un futuro más sostenible social, ambiental y económicamente. Con esta estrategia, el puerto llegará al 2040 convertido en un hub logístico líder en Europa, altamente diversificado y con multiplicidad de usos: un hub de combustibles limpios, una plataforma de economía circular, un centro intermodal continental, un distrito tecnológico de la economía azul y un hub de innovación y formación. Un Smart Port al servicio de las personas y generador de prosperidad.

Un aliado en Aragón.

El Port de Barcelona, en estrecho contacto con el tejido empresarial aragonés y atento a sus necesidades, ha diseñado un plan inversor para dotar de más eficiencia al ferrocarril. Así, se van a ampliar diez apartaderos ferroviarios en el eje Barcelona-Zaragoza para impulsar el tráfico sostenible de mercancías en Aragón tanto de exportación como de importación, permitiendo la circulación de trenes de 750 metros en el que es el principal corredor ferroviario de mercancías de la península. Este proyecto supone una inversión, a cargo del Puerto de Barcelona, de más de 30 millones de euros y permitirá a las empresas aragonesas optimizar su logística y reducir costes, no solo en su conectividad con el Puerto de Barcelona sino también con el resto del mundo. 

Están trabajando en la ampliación de diez apartaderos ferroviarios en el eje Barcelona-Zaragoza

A estas inversiones en infraestructuras se unen nuevos servicios innovadores y digitalizados para acercar cada vez más Aragón al mar de la forma más sostenible posible, facilitando que esta comunidad sea elegida por grandes compañías multinacionales para instalar sus centros de distribución peninsulares o continentales, contribuyendo al crecimiento de la región. 

Las sinergias entre el Puerto de Barcelona y Aragón son enormes, como demuestran los numerosos servicios ferroportuarios que les unen. El puerto ejerce de catalizador del comercio exterior y está intensificando su política de creación de hubs en entornos cercanos y Aragón es, sin duda, una de sus grandes apuestas y uno de sus grandes aliados.