Lo primero que Santiago Marraco hizo tras proclamarse primer presidente electo de Aragón fue «la lista de quienes me acompañarían como consejeros». «Lo prioritario era formar el Gobierno», recuerda. Y tomar mucho café: «El trabajo era tan absorbente que tomábamos café continuamente, porque era la única manera de mantenerte activo».  

Desde 1983, el año de las primeras elecciones autonómicas, ocho líderes políticos (nueve si se tiene en cuenta a Ramón Tejedor, que ejerció el cargo en funciones durante unos meses en 1995) han contribuido con su esfuerzo e ilusión, además de muchas horas de dedicación, a construir el edificio autonómico de las últimas cuatro décadas: Santiago Marraco (1983-1987), Hipólito Gómez de las Roces (1987-1991), Emilio Eiroa (1991-1993), José Marco (1993-1995), Santiago Lanzuela (1995-1999), Marcelino Iglesias (1999-2011), Luisa Fernanda Rudi (2011-2015) y Javier Lambán

Seis de los ocho líderes políticos con los que ha contado Aragón desde las primeras elecciones autónomas, en 1983. Jaime Galindo

Ningún líder político ha conseguido desde las primeras elecciones autonómicas de 1983 los diputados necesarios en las Cortes de Aragón para gobernar en solitario la comunidad autónoma. El PSOE ha sido el que más se ha acercado a ese objetivo. En las primeras autonómicas, impulsado por la ola socialista que inundaba todo el país, logró 33 de los 66 diputados que se eligieron en aquellos comicios (más tarde el número de parlamentarios se ampliaría a 67). 

Figura recuperada

Cuca Tabuenca, una alta funcionaria, ostenta el récord de haber trabajado con todos los presidentes

La figura del presidente de Aragón se recuperó en el Estatuto de Autonomía de 1982 y sus funciones se regularon en una ley posterior. Según el Estatuto, «el presidente es elegido por las Cortes de Aragón, de entre sus diputados y diputadas, y nombrado por el rey. Ostenta la suprema representación de Aragón y la ordinaria del Estado en este territorio y responde políticamente ante las Cortes de Aragón». Pero fue en la reforma del Estatuto de 2007 cuando se incorporó una de las novedades más importantes y que acerca a Aragón a las otras comunidades históricas, como es la posibilidad del presidente aragonés de disolver las Cortes de forma anticipada y convocar elecciones abriendo una legislatura entera. El Estatuto fue desarrollado por una ley posterior que vio la luz el 11 de mayo del 2009, que sigue en vigor y que introduce por primera vez además la figura del vicepresidente (o incluso vicepresidentes), que es miembro del Gobierno sin necesidad de ostentar la condición de consejero.

Trabajar con todos

Con todos los presidentes de Aragón ha trabajado Cuca Tabuenca, una alta funcionaria ya jubilada que ostenta el récord difícil de batir de haber sido la secretaria de todos ellos, ocupación que abandonó con la llegada de Lambán al Pignatelli. «El trato con todos fue exquisito y muy educado», recuerda esta veterana y discreta funcionaria que guarda un sinfín de anécdotas al haber sido testigo privilegiada de los principales acontecimientos de la comunidad autónoma de las últimas cuatro décadas

Emilio Eiroa fue el tercer presidente electo de Aragón, desde 1991 hasta 1993 PABLO OTIN

Recuerda Tabuenca que en plena reforma del edificio Pignatelli tuvieron que trabajar con casco porque de vez en cuando caía algún trozo de cascote del techo. Fueron las prisas en ocupar cuanto antes la nueva sede oficial y abandonar la plaza de los Sitios, más comprimida e incómoda. «Al principio, éramos como una familia. Las relaciones eran muy normales y el protocolo no era tan rígido como ahora», recuerda. Cuca Tabuenca solía despachar diariamente con el presidente y se encargaba de cerrar la agenda de visitas. «Al presidente le pedían audiencia todo tipo de personas por carta o bien llamándonos», explica. Hipólito Gómez de las Roces, por ejemplo, recibía visitas dos días a la semana porque el resto lo dedicaba a patearse el territorio. De las Roces fue por cierto el primero en reciclar papel en la Diputación General de Aragón. Los fines de semana solía trabajar en casa y devolvía para su reutilización los sobres de la documentación. 

Anécdotas y supersticiones

El despacho de Presidencia del Pignatelli está lleno de anécdotas y supersticiones. Una de las más comentadas cada vez que hay un cambio de inquilino es que no se debe utilizar la mesa de madera noble que preside la sala. Dicen que da mala suerte. Lo confirma Marcelino Iglesias, quien lo primero que hizo al llegar al despacho fue acondicionarse un espacio de trabajo en un despacho contiguo, «más pequeño». «Lo que hice después fue aconsejarles a mis sucesores que no se sentaran en aquella mesa, porque da mala suerte», recuerda el presidente más longevo de la historia autonómica con doce daños de gobierno

Santiago Lanzuela presidió la comunidad desde 1995 hasta 1999 Juan M. Espinosa

Quien recogió de sus manos el bastón de mando, Luisa Fernanda Rudi, rememora entre risas que lo primero que hizo al llegar fue «intentar encender un ordenador que no funcionaba». Para José Marco, la primera tarea fue trasladar al medio rural una medida de impacto. «Preparé los papeles para repartir a la semana siguiente 12.000 millones de pesetas a los pueblos». Hipólito Gómez de las Roces recuerda con cariño una anécdota: lo primero que hizo fue preguntarle a un bedel dónde estaba el despacho del presidente.