El Periódico de Aragón

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Maltrato infantil

Aumentan en Aragón los casos del síndrome del bebé zarandeado en la era postcovid

Tras la salida del confinamiento se han registrado media docena de agresiones / Con tan solo cinco segundos agitando a un niño ya se le causan lesiones graves

Imagen del escáner del hospital infantil de Zaragoza.

Hasta la llegada del covid y del pertinente confinamiento con el que se trató de parar la expansión del virus, el síndrome del lactante zarandeado no era el tipo de maltrato infantil más habitual que atendían los sanitarios y los forenses. Ahora se ha incrementado hasta el punto que en Aragón se han diagnosticado media docena de casos en los que los niños o han muerto o sufren consecuencias tan graves como el retraso mental o la ceguera. Estos donde primero llegan es a las consultas de Atención Primaria o a las urgencias hospitalarias y acaban en el juzgado, previa investigación por parte de la Policía Nacional o la Guardia Civil. Y es que siempre es un delito.

Elena Javierre, presidenta de la Asociación Aragonesa de Pediatría de Atención Primaria, reconoce que este síndrome es «un gran desconocido» y que debería de explicarse que «agitar a un bebé durante cinco segundos puede provocarle unas consecuencias tan graves como dejarle ciego». Esta sanitaria en ejercicio explica que el SBS, que es como lo reconocen los médicos, es un traumatismo o lesión cerebral que ocurre cuando un progenitor sacude a un bebé o niño pequeño. Ocurre más a menudo en bebés de hasta un año de edad y los bebés de dos a cuatro meses son los que tienen mayor riesgo.

«Hay padres y madres que en un momento de desesperación porque el lactante no para de llorar lo cogen de los hombros y le zarandean, el peligro al que en ese momento están exponiendo a su hijo o hija es inimaginable», afirma Javierre, quien explica que el 10% de los diagnósticos o fallecen en el hospital o antes de llegar. Pero los que sobreviven pueden sufrir «daños en el cerebro, trastornos del habla y del aprendizaje, retraso mental, ataques epilépticos, daños en el cuello y la espina dorsal, ceguera y pérdida auditiva».

En los dos últimos meses los médicos del hospital Materno-Infantil de Zaragoza han visto morir a un niño que residía en Jaca y que presentaba un estado tan grave que fue trasladado con urgencia a dicho centro sanitario. Y también a otra niña que se ha quedado ciega y sorda. En los dos casos la conclusión a la que llegaron los facultativos fue que ambos, de tan solo 3 meses, habían sido zarandeados, es decir, fueron víctimas del SBS. Sus respectivos padres fueron detenidos por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón y en uno de los casos, tal y como adelantó este diario, el padre fue enviado a prisión por homicidio en grado de tentativa.

¿cómo verlo y qué provoca?

SÍNTOMAS

Inicialmente, el niño puede estar adormilado o poco reactivo o, por el contrario, puede estar irritable; también puede tener vómitos o convulsiones.

Irritabilidad extrema

Convulsiones

Vómitos

Inapetencia para alimentarse

Piel pálida o azulada

Letargo (cansancio extremo, falta de movimiento, inhabilidad para mantenerse despierto)

Problemas respiratorios

Alteraciones físicas y neurológicas (contusiones, temblores, estado de inconsciencia o coma, etc.)

CONSECUENCIAS

Sacudir a los bebés o niños pequeños pueden llevarles a graves consecuencias que se agravan aún más cuando se tira al bebé sacudido en una superficie (síndrome de impacto sacudido). La mayoría de los bebés que sobreviven a las sacudidas intensas presentarán alguna forma de discapacidad neurológica o mental, como parálisis cerebral o retraso mental, que puede no ser aparente hasta los 6 años de edad

Daños al cerebro

Ceguera

Pérdida auditiva

Trastornos del habla y del aprendizaje.

Retraso mental

Ataques epilépticos

Daños al cuello y a la espina dorsal

Muerte. El 10% fallece.

Pero, ¿cómo se diagnostica? La pediatra Javierre reconoce que «es muy difícil», aunque no imposible. «El fondo del ojo nos da siempre mucha información cuando tenemos sospechas», afirma, mientras destaca que «no siempre hay lesiones en la piel que indiquen que se ha realizado un zarandeo». De hecho destaca que los casos que llegan a consulta son, en la mayoría de ocasiones, cuando esta forma de agitar al menor es algo que se ha repetido en el tiempo y, por ende, cuando más consecuencias negativas se observan en los cuerpos de los más pequeños.

Esto lo observan, por ejemplo, cuando ven que no hay un crecimiento normal del niño, hay asimetrías en la cara o cuando hay una especial irascibilidad. Reconoce esta especialista que cada vez que un niño es atendido se le hace un seguimiento puesto que unirse este síndrome con una dejadez de la familia a la hora de la asistencia sanitaria básica del menor. «Ante cualquier sospecha siempre se recomienda acudir a un hospital y es ahí donde se certifica sin dudarlo», afirma.

Los cuerpos de los niños son sometidos a un escáner especial con baja radiación que revela cualquier tipo de lesiones sufrida de esta forma. Fuentes médico-legales destacan que en ese tipo de pruebas se observan hemorragias cerebrales, fracturas en forma de asa de cubo o metafisis, que son las zonas blandas que hay entre los huesos de los pequeños y que es por donde crecen y que se rompen a zarandearlos. En algún caso se ha dado la circunstancias de que el menor presentaba rotura de costillas.

El aumento de estos casos es achacado, según los profesionales consultados, a los efectos en la salud mental del confinamiento. La irritabilidad y agresividad se ha incrementado entre la sociedad, al igual que la depresión y todo ello al final lo están pagando los más débiles, como son los lactantes. En España, de los 450 000 niños nacidos al año, unos 100 pueden padecer este síndrome, según la Asociación Española de Pediatría.

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