El Periódico de Aragón

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Vivienda

Los barrios tradicionales de Zaragoza acusan la escasa oferta de pisos en alquiler

San José, Delicias o Las Fuentes, con precios más asequibles, concentran la demanda entre los jóvenes | Los arriendos rondan los 500 euros el mes y la mayoría de los dueños exige un seguro de pagos

Bloques de viviendas en la calle Doctor Iranzo del zaragozanos barrio de Las Fuentes. | JAIME GALINDO

Encontrar un piso de alquiler en Zaragoza es toda una aventura. Aunque los portales de las inmobiliarias están repletos de anuncios, en los barrios tradicionales no dan abasto. La demanda supera, y con creces, a una escasa oferta cada vez más selecta con unos propietarios que huyen de los problemas y que exigen garantías de pago. Desde el sector inmobiliario avisan de que no hay suficientes viviendas en el mercado para absorber la demanda actual.

El matiz es importante porque no significa que no haya inmuebles con posibilidades de entrar en el mercado del alquiler, al contrario. Desde el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Aragón recuerdan que, según la última estimación de la sociedad Zaragoza Vivienda, hay más de un millar de pisos cerrados y sin uso en la capital que podrían ser destinados a este fin, lo que permitiría satisfacer la creciente demanda y ayudaría a regular un mercado al alza.

Delicias, San José, Las Fuentes o El Rabal, barrios tradiciones y consolidados por excelencia, concentran la demanda de los más jóvenes, que buscan pisos pequeños y baratos para poder independizarse. Comparten su búsqueda con matrimonios extranjeros que han elegido a la capital aragonesa como lugar para emprender una nueva vida y que se encuentran con un problema a la hora de firmar un alquiler: el seguro de impagos.

Seguridad en el cobro

«Los propietarios quieren seguridad cuando porque jurídicamente no están cubiertos, por lo que apenas hay alquileres que no vayan acompañados este seguro. El 99% de los contratos los incluyen», añaden desde la inmobiliaria Estudio El Rabal.

Una circunstancia que impide que muchos jóvenes puedan acceder a determinados arriendos porque no llegan a un mínimo de ingresos que garantice que la mensualidad no supera el «40%» de sus sueldo, por lo que buscan alternativas más baratas. Por si fuera poco, hay tanta demanda que los propietarios pueden permitirse el lujo de seleccionar a su inquilino sin riesgo de que su piso se quede vacío.

Con viviendas de los años 60 y 70 y una superficie entre los 50 y 60 metros cuadrados, el precio medio del alquiler en estos barrios oscila entre los 450 y los 550 euro, frente a los 700 y 800 euros --y con suerte-- de otras zonas más cotizadas de la capital, como el Actur o Universidad. Un coste mensual que todavía se reduce más en aquellos inmuebles sin ascensor ni calefacción.

Por eso se han convertido en el lugar elegido para los jóvenes y las familias con rentas más humildes. «Entre el 70% y el 80% de los arriendos que firmamos se hacen con personas de menos de 40 años», explican desde Mundocasa San José.

Unos jóvenes que, en cuanto pueden, optan por la compra de viviendas. De hecho, el sector coincide en que las ventas, pese a la situación económica, están funcionando muy bien. En Las Fuentes, según PJ Inmobiliarias, los pisos están por debajo de los 100.000 euros, aunque muchos de ellos, o casi la mayoría, requieren de una reforma. En San José se pueden encontrar por 70.000 euros, también a reformar y de pequeñas dimensiones.

«En Delicias, Las Fuentes y San José se vende muy rápido porque son pisos baratos que permiten tener unas hipotecas de 350 euros al mes de media, menos que un alquiler», explican desde Mundocasa que, recalcan, depende de la zona de cada distrito. En El Rabal, por ejemplo, los alquileres varían desde los 400 euros en la zona más antigua a los 850 en la de La Azucarera, donde los inmuebles no bajan de los 200.000 euros.

El presidente del API, Fernando Baena, explica que la demanda del alquiler se extiende por igual por toda la ciudad, «pero a un determinado precio», entre los «500 y 700 euros». Insiste en que la escasez de viviendas para absorber tanta demanda se solucionaría con la implicación de las Administraciones públicas.

«Tienen que fomentarlo con incentivos fiscales y créditos blandos para que sus dueños puedan invertir en adecentar los pisos y sacarlos al mercado», explica Baena, que niega que la apuesta del Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza vaya a solucionar, o reducir, el problema actual: la escasa oferta y su elevado precio. «Para regular el mercado del alquiler lo mejor es que haya mucha más oferta. Los pisos públicos son una lotería para unos pocos», asegura.

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