El Periódico de Aragón

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ENTREVISTA

Marta Valencia, presidenta de Cermi Mujeres: "Hay que evitar infantilizar a las mujeres con discapacidad"

La reina Letizia y la ministra Ione Belarra, entre otros, aplauden a Marta Valencia, tras recoger el premio Reina Letizia. EL PERIÓDICO

Marta Valencia lleva décadas luchando por los derechos de las mujeres con discapacidad; y desde 2020 lo hace al frente de la Fundación Cermi Mujeres. El jueves recogió, en nombre del colectivo, el premio Reina Letizia por su condición de «organización fundamental en nuestra sociedad impulsada por mujeres con discapacidad en la defensa de los derechos de las mujeres y las niñas con discapacidad». 

¿Qué supone el galardón para Cermi?

Es un impulso y un estímulo a seguir trabajando, y sobre todo es muy importante la visibilización que nos puede dar, porque por desgracia, las mujeres y niñas con discapacidad todavía estamos en mucha desventaja con el resto. Hay muchas mujeres completamente inactivas y hay que potenciar y visibilizar y ver las necesidades que tenemos para que así podamos empoderarnos y decidir por nosotras mismas. 

¿Qué necesidades tienen las mujeres y niñas con discapacidad?

Buf, todas. Porque aunque se ha avanzado bastante en discapacidad en general, todavía nos encontramos con que el 65% de las mujeres están inactivas y a eso se añade que las mujeres somos más del 50% de todas las personas con discapacidad. Inactivas es que no están ni trabajando ni buscando, con lo cual, hoy en día el empleo es fundamental para la independencia de las mujeres. Cermi ha conseguido la eliminación de la permisibilidad de la esterilización forzada en mujeres con discapacidad, que conllevaba la incapacitación civil, que implicaba eliminar todos los derechos humanos y con lo que fíjate si quedan cosas. Además faltan recursos, como que por ejemplo las consultas del ginecólogo sean accesibles para personas con discapacidad física, porque no te encuentras camillas adaptadas en casi ningún sitio. Los recursos de violencia, no solo de género, si no también del entorno familiar. 

Eliminar la esterilización forzada ha sido un paso muy importante.

La norma se ha cambiado y tiene que llevarse a la práctica, que en la práctica no se hagan, que es lo más importante. Tenemos normas muy buenas, pero si no se cumplen....

Son un referente de feminismo dentro de la discapacidad.

En Aragón nos conocéis como Amanixer. A nivel estatal hay muy pocas mujeres en las asociaciones, por eso es importante que participen, no solo por el empleo si no tener en cuenta nuestras necesidades. Hay que coordinar a todas las entidades a nivel nacional para trabajar juntas juntas por las mujeres y niñas con discapacidad. 

¿Hay doble discriminación, por ser mujer y con discapacidad?

Más, más, más. No. No hablamos de doble, sino de discriminación interseccional, porque no solo intersecciona mujer y discapacidad, también orientación sexual, etnia o medio rural. Hay múltiples discriminaciones, con lo cual lo que se hablaba de doble, vamos más allá. Hay que mirar y analizar cada persona, en este caso, ver necesidades y que se hagan planes de acción individualizados que es lo fundamental. 

Está claro que entre las grandes ciudades y las zonas rurales hay diferencias.

Claro, claro. Eso es otro factor discriminatorio importante. Además de la falta de recursos, existe un patriarcado mucho más agudizado. Ahora se ha avanzado más pero implica menos empleo, menos recursos... En todos los municipios es inviable, pero hay que intentar que haya comunicación y acceso a los recursos comunitarios, que sean accesibles para las mujeres con discapacidad, tanto la física, que es la primera que pensamos, pero también la visual, auditiva, cognitiva... 

Hábleme del proyecto No estás sola.

Eran hacer webinarios para que las mujeres se conectaran y vieran que se puede participar, sobre todo en los periodos de confinamiento. En ese tiempo muchas mujeres estaban con su agresor porque no tenían recursos para otra cosa, pues que supieran que no estaban solas. Se tratan diferentes temas para que vena que las cosas que sufren ellas, también otras; y que hay que moverse y participar.

¿Ha afectado mucho la pandemia?

Mucho. Se ha detectado mucho la brecha digital. La mayoría de personas tienen falta de formación y también de falta de recursos. Desde las entidades estamos trabajando en formación tecnológica para que no exista esa brecha y no se queden más aisladas más las mujeres y niñas. Pero igual que en las personas mayores, en las mujeres y niñas se ha notado muchísimo la brecha digital. 

¿Qué retos se plantean a corto plazo?

El primero, trabajar con las mujeres para que se empoderen y puedan decidir por ellas mismas, que se activen y participen, en todo, como quieran. Y en las familias, que no haya tanta sobreprotección, que suele suceder mucho en las mujeres y niñas, que nos ven infantilizadas y asexuadas y que decidamos por nosotras mismas y que seamos lo que nosotras queramos ser. Y después también con los profesionales, en cuestión de salud, de violencia, de derechos, de acceso a la justicia, hay que seguir trabajando también porque pedimos también que en las estadísticas además de accesibilidad, que la variable de género tiene que estar ahí. Lo que no se ve no existe y no se puede actuar si no sabes la situación real. Nos falta mucha información sobre las mujeres y niñas con discapacidad.

No sé si les ha molestado que de la entrega de premios solo haya trascendido la anécdota de que la reina Letizia y una premiada coincidieran en el vestido.

Sí, porque al final es la mujer por ser mujer, la imagen y nada más. Más que molestar es que hay que ir más al fondo, no quedarse en la anécdota y no ver que han sido premiados una maravilla de proyectos que trabajan por la discapacidad. Además hay que dejar atrás los estereotipos de que hay que estar guapa, perfecta. Cada una somos como somos y vamos como queremos.

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