Junto al ‘Batallador’, en el Parque Grande José Antonio Labordeta (doble simbología), se presentó el pasado jueves Aragón Existe, formación política que nace de la extensión de Teruel Existe a todo el ámbito aragonés y que se crea con la intención en el horizonte próximo de concurrir a las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023. La voluntad de trascender la provincia distingue al que será nuevo partido, aunque se conservará la marca turolense (una decisión quizás no del todo acertada si se piensa en parte del Bajo Aragón histórico).

Las únicas elecciones a las que se ha presentado Teruel Existe –todavía como agrupación de electores¬– fueron las generales de noviembre de 2019. Fue la lista al Congreso más votada en la provincia; contribuyó a romper el reparto 2-1 protagonizado desde 1977 por UCD y PSOE primero y PSOE-PP o PP-PSOE después (C’s había quebrado la regla en abril de ese año); obtuvo dos de los cuatro escaños del Senado, cuando hasta entonces solo los partidos mayoritarios en la esfera nacional habían logrado más de uno y protagonizó un vuelco en el tablero político.

La presencia de Teruel Existe en el Congreso de los Diputados encendió la mecha que ha llevado a que diversas plataformas se integren en el proyecto de España Vaciada. Estas se presentaron en las elecciones a las Cortes de Castilla y León, obteniendo Soria ¡YA! tres de los cinco procuradores de la provincia y similares operaciones se anuncian para las andaluzas de junio.

En lo municipal el reto se plantea en las grandes ciudades, donde serán necesarios malabarismos para presentar un proyecto político coherente y donde más allá de Teruel capital no están nada claros los resultados que puedan obtenerse.

Mirando a las Cortes de Aragón, su muy probable entrada en la cámara reforzaría el multipartidismo, con un Parlamento que podría alcanzar ya los nueve partidos. Esta característica ha tenido efectos en l+a gobernabilidad de la Comunidad Autónoma y en la conformación de sus ejecutivos, habiendo sido casi todos de coalición y encontrando en el actual cuatripartito la máxima expresión de ello. La presencia del PAR en el Pignatelli rebaja hoy en parte la tensión de un escenario más amplio en el que se consolida una política de bloques y en el que la divisoria izquierda/derecha se refuerza en las estrategias electorales y en el establecimiento de pactos. Es allí donde Aragón Existe habrá de jugar sus primeras cartas.

Cómo lo haga dependerá del peso con el que haya llegado al hemiciclo, pero también de los asientos con los que cuenten los integrantes de cada uno de esos dos bloques. La duda acerca de si su transversalidad se traducirá en un mero rendimiento maximalista de su fuerza electoral o si piensan establecer algún límite -a la hora de llegar a acuerdos y de sumar mayorías se ha aclarado en parte al afirmar que no estarán dispuestos a pactar con Vox. En el Congreso, Tomás Guitarte ha apoyado medidas impulsadas por el gobierno de coalición y favoreció la investidura de Pedro Sánchez, pero otras coyunturas podrían provocar comportamientos de otro signo.

Al menos por ahora, Teruel Existe –como también ha ocurrido con Soria ¡YA!– ha sido al Partido Socialista al que mayor daño electoral ha infligido. El PSOE aragonés conoce, sin duda, esta circunstancia. Aragón Existe es un ejemplo de single-issue party y una de las incógnitas que tendrá que despejar es hasta dónde se puede llegar con un solo tema como eje del discurso, especialmente en una Comunidad con dos partidos de ámbito autonómico. Aunque lo cierto es que opciones de este tipo pueden recibir un voto desencantado con la política tradicional, pero que no quiere ser absolutamente rupturista o antisistema, sino expresar un descontento a la vez que se apoya una propuesta que se percibe como razonable y que además en este caso presentaría un perfil identitario moderado. También pueden movilizar a electores que en otras circunstancias se habrían abstenido.

Cuando parece que lo importante es el ‘cuánto’, a Teruel Existe debe reconocérsele que haya puesto sobre la mesa el ‘qué’. En una versión descafeinada del conflicto que enquistó el proceso de creación de la Comunidad Autónoma, la política aragonesa gira en los últimos años en torno a la necesidad de garantizar el decimocuarto escaño de la provincia del sur, con una desafortunada reforma de la ley electoral y ahora con la reforma en curso del Estatuto.

Ante esto, Teruel Existe –y Aragón Existe– apuestan por interrogarse acerca de las causas de la despoblación –que también afecta a las provincias de Huesca y Zaragoza– y por buscar soluciones que la mitiguen. Acertarán si hacen hincapié en la defensa de los derechos de la ciudadanía con independencia del lugar en que se habite. Sin embargo, es este un argumento que tradicionalmente se ha esgrimido frente al Estado central y en demanda de inversiones e infraestructuras que de él dependían, pero que es más difícil de articular como vía de protesta frente a las instituciones representativas de un autogobierno que ha servido para paliar los déficits de servicios, mejorar las condiciones de vida de los habitantes del territorio y para que precisamente Aragón haya existido políticamente. Este es, en mi opinión, el mayor riesgo que puede correr Aragón Existe: tratar de actuar como si nada hubiera ocurrido en este país en los últimos cuarenta años.

Enrique Cebrián Zazurca, Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Zaragoza