El Periódico de Aragón

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LA TRANSICIÓN JUSTA DE TERUEL

Así será la demolición de las torres de la térmica de Andorra

Endesa derruirá este viernes las tres torres de refrigeración de la central térmica. La voladura supone un hito en el proceso de desmantelamiento, iniciado hace 14 meses

Preparativos para la voladura de las torres de refrigeración de la térmica de Andorra, que tendrá lugar este viernes. | EL PERIÓDICO

Cerca de 40.000 toneladas de hormigón y otros materiales volarán por los aires este viernes en Andorra. Así ocurrirá con la demolición controlada de las tres torres de refrigeración de la central térmica de Andorra, cerrada hace casi dos años y que puso fin al último reducto que quedaba de la industria del carbón en Teruel. Hace ya meses que Endesa tiene marcada la fecha en rojo en el calendario de los trabajos de desmantelamiento de estas instalaciones que viene desarrollando desde hace 14 meses. En torno a las 11.30 horas se vendrán abajo en cuestión de segundos estas estructuras de 107 metros de altura, una moles que encierran cuatro décadas de historia y prosperidad económica para este enclave de la provincia, que ahora fía su futuro en las energías renovables y los proyectos asociados que pueden atraer al calor de las placas solares y los molinos de viento.

El derribo supondrá la desaparición de un icono del patrimonio industrial de la zona, que lleva formando parte de su paisaje de finales de los años 70. Por ello, no es de extrañar la gran expectación que ha levantado la voladura entre los vecinos, tanto por el significado que esto tiene como por la espectacularidad la operación. Seguirá quedando en pie la mítica chimenea de 343 metros, cuya destrucción está prevista para principios del próximo año y marcará también un hito.

La chimenea de la central, de 347 metros, será derruida el próximo año. | ENDESA

Todo está listo para la demolición mediante una detonación controlada de las tres torres con forma hiperboloide. Son idénticas en sus medidas y características geométricas, con 83 metros de diámetro en su base y 50,7 en la coronación. Fueron construidas entre 1978 y 1979 en hormigón y cada una de ellas tenía un peso de 12.577 toneladas. Eran el componente fundamental del ciclo de producción de vapor que movía las turbinas para generar electricidad. Su función consistía en enfriar el agua caliente proveniente de los condensadores de los grupos de producción de energía.

La voladura supone todo un hito no solo por el simbolismo de las estructuras, sino sobre todo desde un punto de vista técnico. En este sentido, para la realización de esta actuación se ha diseñado un exhaustivo procedimiento con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad y efectividad. Esta misma prevención se está aplicando en todos los procesos de desmontaje y derribo de la planta energética.

Previamente se han tenido que llevar a cabo trabajos de preparación y descontaminación, con la retirada de 6.000 toneladas de amianto alojadas en su interior y de aislamientos (descalorifugado), unas tareas que se han realizado siguiendo los estrictos procesos establecidos en la normativa aplicable sobre estos residuos peligrosos.

El proyecto de desmantelamiento y demolición de la térmica inició los trabajos en campo el 25 de febrero de 2021. Se trata de una operación de gran complejidad técnica que está movilizando ingentes recursos. Las obras tienen un presupuesto de 60 millones y darán empleo a 140 trabajadores de media hasta 2025.

270 trabajadores en los trabajos

A lo largo de los 14 meses transcurridos se ha ejecutado el 30% del proyecto, gran cantidad de trabajos durante los cuales ha habido que convivir con las dificultades derivadas de la pandemia, que ha ralentizado el normal ritmo de avance. Hasta el día de hoy no ha habido que lamentar accidentes, algo que los altos estándares de seguridad, salud y medio ambiente que Endesa aplica en sus procesos de demolición han permitido que así haya sido.

En el emplazamiento, además de las tareas de demolición de la central, han comenzado durante este tiempo las labores de adecuación de tres vertederos para proceder a su cierre y clausura.

Trabajos previos para la demolición de las tres torres, que tiene una altura de 107 metros. ENDESA

El parque de carbones ha sido la primera instalación que se ha derruido y desmantelado –el pasado mes de febrero–, dando cumplimiento al primer hito importante del programa y que ha dado paso a la liberación de la zona para que se pueda desarrollar en ella una planta fotovoltaica.

En este momento trabajan en la instalación 270 personas, entre todas las empresas participantes, personal que debe ser debidamente coordinado para el cumplimiento de los condicionantes legales, de seguridad y salud y aspectos medioambientales. Aproximadamente la mitad de los trabajadores son de la zona.

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