La ciudad de Huesca está envuelta desde hace unos días en un trajín imparable de actividad para celebrar el sábado que viene, con la solemnidad requerida por el protocolo, el Día de las Fuerzas Armadas, que este año deja su tradicional escenario en Madrid para desplegar todo su colorido en la capital altoaragonesa.

Los grupos de trabajadores aceleran los trabajos de construcción del palco desde el que los Reyes de España seguirán la parada militar y los largos graderíos que flanquearán la avenida por la que desfilarán las distintas unidades militares y sobrevolarán en formación decenas de aviones y helicópteros, mientras las miradas atónitas de los oscenses se mueven una y otra vez del cielo a la tierra.

Los ojos de los viandantes se dirigen casi mecánicamente al cielo para ver a las escuadrillas que atraviesan la ciudad a baja altura para ensayar los movimientos que realizarán durante el desfile, pero regresan de nuevo a la tierra para ver el ambiente que rodea los trabajos de preparación de un desfile que movilizará a casi 3.000 militares.

Todos ellos pasarán en formación por las calles de la ciudad acompañados de 17 vehículos acorazados, 97 de tierra y 40 motos, mientras que en el aire evolucionan 45 aviones y 24 helicópteros.

Una asociación militar critica los «gastos fastuosos» de la parada

La Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) criticó ayer en Zaragoza, en una rueda de prensa, que el Ministerio de Defensa realice «gastos fastuosos» en el desfile del Día de las Fuerzas Armadas en Huesca y no haga nada para subir el sueldo de los soldados, que ronda los mil euros.

«Los militares somos los funcionarios peor pagados de la Administración española», denunció Iván Alcalá, secretario de organización de AUME. Enrique Ginés, delegado en Aragón de la asociación castrense, subrayó que en un evento como el de la gran parada militar de mañana «se trata a los participantes como si fueran muebles, llevándolos de un lado para otro» e incidió en que la movilidad y disponibilidad permanente de los militares no está recompensada económicamente.

Por su parte, Jorge Bravo, antiguo secretario general de la entidad, recordó que la Ley de la Carrera Militar se ha quedado «coja» y se refirió a que las asociaciones representativas de los militares tienen sus derechos «restringidos» en materia de información y comunicación

En comercios y bares la mayor parte de los comentarios se centran desde el pasado lunes en la celebración del próximo sábado y en la forma en que afectan a cada uno los preparativos de la festividad, con innumerables calles cortadas, restricciones para la movilidad y advertencias a los vecinos de las zonas por las que discurrirá el desfile de que los accesos a sus garajes se cortarán un día antes.

Así, mientras unos se lamentan de los inconvenientes causados por las restricciones y los inhibidores de frecuencia, que hacen que los mandos de sus garajes y vehículos dejen de funcionar intermitentemente, otros aseguran que esperan con más ganas el paso de los militares que poder ver a las autoridades que asistirán al desfile.

Desde el pasado lunes, la presencia de los soldados de todos los cuerpos en la ciudad se nota en las calles, no sólo por la preparación de la parada militar que cerrará las celebraciones, sino también por los preparativos y las diversas actividades programadas, entre exposiciones y exhibiciones diversas de doma caballar, rescate, salto paracaidista o de vuelo a cargo de la Patrulla Aspa.

Preparativos en Huesca para celebrar el Día de las Fuerzas Armadas. JAVIER BLASCO / EFE

Orquestas

Actividades que están acompañadas por la música militar que sale de grandes altavoces, pero que también se oirá la tarde del próximo viernes en las distintas calles de la ciudad que recorrerán las orquestas de la Guardia Real, Guardia Civil, Infantería de Marina, Magen, Academia General Militar y Brileg, a la que se sumará la Banda Municipal de Huesca.

Todo esto ha hecho que la mayor parte de las conversaciones se centren en el despliegue de las Fuerzas Armadas en la ciudad, entre quejas a media voz de las personas cuya movilidad se verá más afectada por el desfile y el interés de la mayoría en visualizar en vivo y en directo la exhibición militar.

Antes de comenzar este torbellino de actividad y de comentarios, el alcalde de la capital altoaragonesa, Luis Felipe, hizo público un bando para recordar la tradicional vinculación de la ciudad con las Fuerzas Armadas, que han hecho del acuartelamiento oscense Sancho Ramírez la sede del Estado Mayor de la División Castillejos, y pedir a los vecinos que engalanaran ventanas y balcones con banderas de España. Y ayer mismo Felipe destacó la importancia de la celebración castrense para «visibilizar» la ciudad.

El consistorio oscense se ha volcado en la celebración de la festividad, aunque esto ha generado quejas entre los trabajadores municipales debido a la intensidad del trabajo extra que deben llevar a cabo.

Mientras tanto, en medio de todo este revuelo, los ojos de una gran parte de los oscenses se dirigen hacia arriba para seguir con la vista el vuelo majestuoso de los pájaros de acero que pueblan estos días la ciudad. Claro que estos mismos espectadores bajan después la mirada al suelo para comprobar admirados cómo se ha transformado la ciudad para celebrar el Día de las Fuerzas Armadas.