Con una gorra para tapar su rostro, corriendo y ayudada por un hombre para que nadie obstaculizara el paso y así poder retratar su cara cubierta por una mascarilla negra. Así ingresó en la cárcel de Zuera, este martes por la tarde, la exalcaldesa de La Muela Mariví Pinilla. Tenía hasta el 31 de mayo para ingresar en la cárcel y cumplir así la condena de 11 años de prisión por corrupción urbanística. Una fecha que fijó la Audiencia Provincial de Zaragoza a la que se dirigió la exregidora para suplicar poder elegir un centro penitenciario. Casi agotando el plazo otorgado para ello eligió Pamplona, aduciendo la cercanía de la Clínica Universitaria de Navarra donde es asistida de su enfermedad, si bien ahora acaba de cambiar y ha solicitado entrar en Zuera. Allí estuvo cuatro meses en situación provisional tras su detención en 2009. Solo una sentencia del Constitucional que deshiciera lo acordado hasta la fecha por la Audiencia de Zaragoza y el Supremo podría paralizar el proceso, pero es muy poco probable.

El cambio se debió a cuestiones de seguridad. En cuanto atraviese el control de acceso de la cárcel tendrá calidad de presa por lo que para recibir asistencia médica tendrá que hacerlo en un centro hospitalario con módulo penitenciario como el que tiene el hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza, que es el de referencia tanto de Zuera como de Daroca.

El Tribunal Supremo rebajó la condena que impuso a Pinilla en junio de 2019 la Audiencia Provincial de Zaragoza. Los 16 años de prisión se quedaron finalmente en 11 años y 4 meses, mientras que la multa por los delitos de malversación, prevaricación, blanqueo de capitales, cohecho, fraude y delitos fiscales ha pasado de 8,4 a 6,5 millones de euros.

Al mismo tiempo la absolvió de tráfico de influencias y fraude de subvenciones, así como de fraude a la Administración en una de las operaciones de la causa.

Imagen muy diferente mostró Pinilla a su salida de la cárcel cuando estuvo de manera provisional. EP

La trama de corrupción tuvo como epicentro la Sociedad Urbanística de La Muela, que presidía Pinilla y con la que se pretendía dar mayor eficacia a la acción municipal en materia urbanística, y la empresa Aranade, una red en la que también participaron miembros de la familia de la exalcaldesa y distintos empresarios. Hasta 40 personas se sentaron en el banquillo de los acusados por su mayor o menor implicación en las irregularidades urbanísticas.

La Reina del viento, como se calificó a Pinilla por el gran desarrollo que dio a los parques eólicos, pasó de ser dueña de una granja de conejos a poseer numerosas cuentas bancarias y propiedades, incluso en la República Dominicana y en la exclusiva urbanización de Sotogrande (Cádiz). Fue así como se habituó a los coches de lujo y a vivir con un alto poder adquisitivo.

Pinilla llegó a la alcaldía de La Muela, una próspera localidad en el entorno de Zaragoza, en el año 1987. Iba en las listas del Centro Democrático y Social (CDS) y se mantuvo en el cargo, ya como candidata del PAR, hasta 2011. Una vez descubierta la trama de corrupción, se negó a dejar la alcaldía durante los tres años posteriores a su detención y encarcelamiento por orden del Juzgado de Instrucción número 1 de la Almunia de Doña Godina (Zaragoza), cuyo titular, Alfredo Lajusticia, investigó el caso.