El Periódico de Aragón

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SECTOR SERVICIOS

La logística y el comercio acusan la falta de profesionales con experiencia

Las empresas de trabajo temporal ofrecen empleo para carretilleros y vendedores de comercio

El transporte de carretera ha experimentado un descenso de chóferes. JAIME GALINDO

No solo la hostelería anda necesitada de mano de obra. La escasez de trabajadores afecta a casi todos los sectores de la actividad y, en particular, a los oficios tradicionales, según señalan en las empresas de trabajo temporal (ETT).

«El sector logístico también se resiente de la falta de trabajadores», señala Herminia Lambarte, responsable de Adecco en Aragón. «Se necesitan conductores de todo tipo de vehículos y con todo tipo de carnets», explica. «También se nota que no hay suficientes repartidores y que determinadas carretillas no encuentran operarios con la formación requerida para su manejo», enumera.

En muchos casos, esta ausencia de recursos humanos en número suficiente, como ocurre en la hostelería, se debe a la búsqueda de puestos de trabajo «con mejores condiciones de contratación y donde sea más posible la conciliación», comenta Lambarte.

La formación, herramienta fundamental

En otras ocasiones no se encuentran profesionales debidamente cualificados en sectores que requieren competencias especiales, como el de las empresas tecnológicas. «Cada vez es más necesaria la formación», subraya la responsable de Adecco en la comunidad aragonesa.

Otra área afectada por la escasez de personal capacitado es la industria manufacturera, en sus vertientes de automoción y alimentación, indica Pilar Giménez, directora de Ranstad en Aragón. Y en el sector logístico, añade, no solo faltan chóferes y carretilleros, sino también preparadores de pedidos (especialistas en picking).

El sector del comercio minorista también anda en busca de empleados, sobre todo a la vista de que pronto empezarán las rebajas de verano y será necesario más personal en las tiendas, grandes almacenes y superficies comerciales.

El mercado, por su parte, va creando trabajo estacional en un momento de reducción del desempleo, pero las agencias de empleo temporal constatan que se amplían las posibilidades de que los contratados puedan prolongar la duración de su vínculo laboral.

La gran deserción

«En general se detecta una fuerte demanda de oficios tradicionales, como soldador, fresador o tornero», explica un trabajador de una ETT, que a la lista de trabajos más buscados añade el de técnico de mantenimiento. «No es una situación nueva, se registra hace ya mucho tiempo», continúa.

Pero quizá los sectores más golpeados por la gran deserción o dimisión, como se conoce el fenómeno de rechazo a determinado tipo de empleos, sean la construcción y la hostelería. «La pandemia los echó de sus puestos y les obligó a reinventarse», indica el mismo experto, que no desea facilitar su nombre.

«La hostelería está sumida en una situación muy degradada y que no es temporal, sino sistémica», apunta Esteban Lauroba, secretario de acción sindical de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Aragón.

Fraude y salarios bajos

«Se trata de puestos de trabajo mal pagados y en los que se incumplen sistemáticamente los horarios, además de que se da mucho fraude a la Seguridad Social y a la Hacienda Pública, en particular en los pequeños negocios», explica. «Por eso es el último sector en el que los jóvenes quieren trabajar», afirma.

Esa mezcla de bajos salarios y exceso de horas de trabajo, resume el sindicalista, conduce con frecuencia a que se preste un peor servicio, "con el consiguiente enfado de los clientes".

Paralelamente a la marcha de los camareros a otros trabajos se ha producido en España un auge de la oferta, con la continua apertura de nuevos locales hosteleros, en particular restaurantes, lo que ha agudizado todavía más la falta de personal cualificado y ha disparado lo que Lauroba llama la «desprofesionalización» del sector.

Los ertes, agrega el representante de UGT Aragón, «pusieron en bandeja» a los empresarios la posibilidad de suprimir puestos de trabajo que ya no se han recuperado tras la vuelta a la normalidad, al tiempo que los salarios, que «no compensan el sobreesfuerzo exigido al personal», se han estancado pese a una inflación del 9,3% en Aragón.

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