El Periódico de Aragón

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DELINCUENCIA

Los hurtos aumentan mientras el Congreso da pasos para endurecerlos

En Aragón se denunciaron 2.622 casos en el primer trimestre del año | El Parlamento quiere acabar con la multirreincidencia agravando las penas

Unos policías pillan a unas ladronas.

Botellas de aceite o latas de conserva alarmadas. Una imagen que cada vez es más habitual en muchos supermercados para evitar que los amigos de lo ajeno se lleven este tipo de productos a casa sin pasar por caja. Pese a estas u otras medidas de seguridad, los comercios pierden anualmente 1.800 millones de euros, suponiendo el 0,8% de las ventas del comercio, según los datos que maneja la Asociación de Fabricantes y Distribuidores.

De este problema no se libran los particulares con sus móviles y carteras. Muestra de ello es que en el primer trimestre del año se denunciaron 2.622 hurtos, una cifra muy similar a la prepandemia.

Detrás de la mayoría de ellos hay un factor común: la reincidencia. Así lo destaca el comisario que está al frente de la Brigada Regional de Policía Judicial de Aragón, quien ve con buenos ojos la reforma legislativa que está estudiando el Congreso de los Diputados para endurecer las penas para que los multirreincidentes en los delitos de hurtos y que puedan acabar en prisión.

Esta semana pasó su primer escollo en la comisión de Interior, saliendo adelante el texto con 21 votos a favor, 16 abstenciones y ninguno en contra. «Cualquier mejora legislativa en esta línea siempre es bien recibida por que los denominados 'descuideros' siempre reinciden porque este es su 'modus vivendi'», afirma este mando policial, quien destaca que «los habituales del hurto suelen adaptar el montante de lo sustraído a cantidades siempre por debajo de los 400 euros, aunque hay hurtos que por el carácter especial de lo sustraído, por ejemplo dispositivos electrónicos o Telefonía, siempre sobrepasan esa cantidad».

Del trabajo que desempeñan, el Grupo de Hurtos Especializados y Delincuencia Itinerante de la Jefatura Superior de Policía de Aragón tiene diferenciados varios tipos de delincuentes.

El de los hurtos famélicos, que son los cometidos en su mayoría por personas indigentes, personas sin recursos o atravesando momentos de necesidad y que en algunas ocasiones está relacionado con el descuidero, que es el que se inicia que normalmente desconoce las medidas de seguridad y es sorprendido en sus primeros pasos.

Estos son los productos más sustraídos.

No obstante, según el comisario, «últimamente se han incrementado los jóvenes que visitan centros comerciales y que hurtan cosas de escaso valor. La mayoría de ellos son sorprendidos». En la misma línea está el que tiene experiencia porque «va aprendiendo sobre sus errores cometiendo pequeños hurtos a veces por encargo y otras por capricho». También destacan los que pertenecen a grupos organizados denominados delincuencia itinerante, «mucho más difíciles de detectar a investigar».

Curiosamente, estos últimos son los más fichados. La explicación de ello es que, pese a su perfil profesional, «recorren todo el territorio nacional hurtando y con canales de receptación de los productos o de distribución como puede ser la venta a través de Internet, o casas de compraventa, difícil de perseguir y que generalmente no acuden a los juicios teniendo que ser puestos en busca y captura».

En la capital aragonesa el tipo de hurto más habitual es el que tiene lugar en establecimientos pequeños. «Es el que no es detectado hasta que el propietario o los trabajadores observan la presencia continuada de la misma persona o personas que salen sin compra o con compras de escaso valor, al revisar los sistemas de seguridad es cuando se puede observar la estrategia seguida». «Los grandes centros comerciales cuentan con sistemas de seguridad y servicios de muy profesionales que ya detectan sus movimientos al acceder a los centros de venta y son seguidos hasta que cometen el delito, momento en el que se nos llama para detenerlos», apostilla.

Los productos más demandados por los ladrones tienen tiene características comunes como su alto valor unitario, su calidad y su pequeño tamaño. Suelen ser además artículos atractivos para un consumo propio o una reventa posterior. La empresa STC Nedap Chromium (dedicada a los productos antihurtos) ha elaborado un estudio con los diez productos con el mayor índice de hurto en la distribución alimentaria durante 2021.

Destacan las bebidas alcohólicas como whisky, vino, ginebra, cavas; o los productos ibéricos y curados, siendo lo más cotizado los sobres de jamón ibérico o el lomo de calidad dado su tamaño y valor

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Destacan las bebidas alcohólicas como whisky, vino, ginebra, cavas; los productos ibéricos y curados, siendo lo más cotizado los sobres de jamón ibérico o el lomo de calidad dado su tamaño y valor; los productos de afeitado como los recambios de cuchillas de afeitar, tanto masculinos como femeninos; maquillaje, cremas, perfumes, accesorios y prendas de vestir, pilas y consolas y teléfonos móviles.

Sustracciones en los supermercados que se unen a las que sufren los propios ciudadanos cuando caminan por la calle, acceden al transporte público o están una noche de fiesta en una discoteca y descubren minutos después que les falta la cartera o el teléfono móvil. En muchas ocasiones sin darse cuenta porque los ladrones son especialistas en distraer a la víctima o en darle un pequeño empujón que ligado a un «perdona» acaba siendo desplumado.

No obstante, recientemente la Policía Nacional detectó, investigó y detuvo a un grupo itinerante que sustraía portátiles en las bibliotecas de las facultades de la Universidad de Zaragoza.

Del tipo de objeto depende el perfil de ladrón del que comentaba el comisario anteriormente, quien añade que «suelen confluir varias bandas itinerantes a la vez en ciudades grandes donde se dedican a la sustracción de sobres con dinero en establecimientos y entidades bancarias, mantas de joyas a representantes de joyería, recaudadores de monedas, telefonía, y ropa».

La mascarilla no ayuda

Este comisario prefiere no dar detalles de cómo se investigan este tipo de sustracciones, aunque sí que reconoce que con la pandemia y el uso de la mascarilla les ha «complicado» las pesquisas.

Un complemento que muchos de ellos han añadido a «constantes cambios de ropa, pelucas, vehículos diferentes y cambian de consortes con frecuencia, es decir, de compañeros de trabajo».

Pero la picaresca es infinita y también se ha observado con el auge de las compras 'online', a causa de la pandemia de coronavirus, también han aumentado los fraudes a la hora de pagar productos online. Otra práctica común es la de cambiar las etiquetas de los productos que se van a adquirir para conseguirlos más baratos.

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