El Salud cerrará el próximo verano más de 500 camas (524 en concreto) en los hospitales de Aragón debido a las vacaciones del personal y a la caída de la actividad asistencial propia de estos meses por la menor presencia de usuarios.
Es el dato estimado y es el mismo de cada año, pero puede variar a lo largo de todo el verano ya que cada centro adapta y reordena sus espacios según la situación.
Un año más, será agosto el mes donde habrá una reducción mayor de camas. En cualquier caso, el porcentaje de clausuras es mínimo si se tiene en cuenta que el total de camas del Salud es de 3.323
Según los datos aportados por el Departamento de Sanidad, el hospital Miguel Servet de Zaragoza será el que más camas cierre con un máximo de 175. El segundo que más actividad paralizará será el Clínico Lozano Blesa, que podría clausurar 169.
También en Zaragoza capital, el hospital Nuestra Señora de Gracia (Provincial) prevé reorganizar 54 camas, mientras que el Royo Villanova estima 32.
En el hospital San Jorge de Huesca las camas afectadas serán 48 a lo largo de todo el verano, mientras que serán 30 en el Ernest Lluch de Calatayud y 16 en el centro de Barbastro.
Por último, según la información de la consejería, hay hospitales que van a mantener su organización habitual y no van a cerrar camas. Se trata del hospital Obispo Polanco de Teruel, el de Jaca y el hospital de Alcañiz.
Normalidad
El año pasado, Aragón afrontó la temporada estival en los hospitales con cierta normalidad tras un año anterior marcado por el confinamiento y la desescalada.
Aquel 2020, la situación epidemiológica se complicó de nuevo a partir de julio fruto de la segunda ola de covid, que desencadenó numerosos contagios en las comarcas donde se estaba desarrollando la recogida de la fruta.
Dicho contexto derivó en una alta demanda de camas de hospitalización en pleno verano, por lo que el cierre de las mismas fue prácticamente inexistente en la comunidad. De hecho, las vacaciones de muchos sanitarios se vieron trastocadas por la pandemia.
En 2021 ya se recuperó la previsión de unas 500 camas a cerrar durante el verano, un dato que se mantiene este. La medida conlleva, paralelamente, que muchos quirófanos dejen de funcionar al bajar la actividad asistencial y, por tanto, no se requieren tantos ingresos.
En cualquier caso, la actividad sanitaria y la atención está garantizada al 100% dado que la clausura de camas supone un porcentaje muy bajo. Se seguirá operando parte de lo programado, así como toda situación urgente. Eso sí, como sucede siempre, las listas de espera (cuyo plan de choque para reducirlas se ha puesto ya en marcha en Aragón) crecerán en verano como fruto de la reducción de la actividad. Aunque se mantengan las cirugías programas, ya se cuenta con que no se harán tantas como en un mes no estival.
