Los problemas crecen en Ouigo y también las víctimas de sus incidencias técnicas, que en el último mes ya suman cuatro y sus damnificados se cuentan por varios miles. La última, ocurrida en la madrugada de este martes, no solo dejó tirados en Calatayud a 963 viajeros que iban a bordo de un convoy en doble composición (dos trenes unidos y el doble de plazas que uno sencillo) que sufrió un fallo eléctrico cuando circulaba por Alhama de Aragón y se vio obligado a detenerse en mitad de la nada. También ha perjudicado a los más de 1.500 pasajeros que tenían previsto subirse a uno de los cuatro vehículos que debían salir este martes y este miércoles de Madrid y de Barcelona con parada en Zaragoza y que no han salido porque se han cancelado sin previo aviso por parte de la compañía francesa.
Nadie esperaba que esta avería tendría más consecuencias en la línea, más allá que las víctimas de ese trayecto que este lunes salió de Barcelona a las 20.38 horas, que debía llegar a Madrid a las 23.30 horas y que finalmente lo hizo a las 4.30 horas para la mitad del pasaje y a las 6.00 para la otra mitad. Ouigo, con un vehículo más averiado y por la precaución de mantener siempre uno en la reserva por si ocurre alguna incidencia de este tipo, optó por cancelar "cuatro trenes que iban a ir en composiciones dobles" en la tarde de este martes y otros dos que deberán salir mañana. Es decir, en lugar de viajar con 960 plazas que habían ofertado y vendido, hacerlo con menos de 500. Eso ha conllevado que haya sumado 1.500 damnificados más a la avería de la madrugada. Es decir, casi 2.500 viajeros perjudicados por un fallo eléctrico que, según otras fuentes consultadas, afectó principalmente a los pantógrafos.
Desde la compañía explicaron que tren averiado "ha tenido que ser trasladado al taller para su reparación" y que "por ello, la compañía cuenta en estos momentos con una unidad menos en su flota". "En su objetivo de poder ofrecer un buen servicio a sus viajeros, Ouigo ha tomado la decisión de hacer que las dos unidades múltiples que estaban previstas para la tarde del día 21de junio y las dos unidades múltiples previstas para el día 22 de junio, realicen el trayecto en unidad simple. De esta forma, se asegura que, en caso de que ocurra una eventualidad, puedan dar respuesta de la forma más rápida posible", argumentaron las fuentes oficiales.
Por eso, en referencia a esos "alrededor de 1500 viajeros" afectados les responden que "recibirán compensación conforme a la antelación del aviso ante la salida del tren, que podrá llegar hasta un 200%, siempre cumpliendo con lo que dicta la ley en este sentido, o yendo más allá", aparte de lamentar las "molestias que esta situación extraordinaria haya podido ocasionar".
Parados, sin aire acondicionado y a oscuras
Sobre lo ocurrido de madrugada habían dado buena cuenta sus usuarios afectados, que en redes sociales describían cómo primero se quedaron parados en mitad de la nada en un punto entre Cetina y Alhama de Aragón, sin posibilidad de salir al exterior (algo que algunos desoyeron), con el aire acondicionado apagado y hasta sin luz durante parte de las casi tres horas que permanecieron allí varados. Al parecer, según la compañía, debido a un fallo eléctrico en el vehículo que obligó a detenerlo.
La segunda escala de este trayecto la hacían en Calatayud. Según explicaron desde Ouigo, los técnicos intentaron reparar la avería in situ, en mitad de la vía en Alhama, pero al no conseguirlo decidieron remolcar el vehículo a la estación bilbilitana. Así, parte de esos 963 viajeros tuvieron que aguardar durante horas en la estación bilbilitana, porque el tren que sí funcionaba trasladó a Madrid a parte del pasaje y luego tuvieron que ir a por el resto de pasajeros en otro viaje para que llegaran a la estación Puerta de Atocha sobre las 6.00 horas de la mañana.
Así se ponía fin para ellos a un trayecto de más de ocho horas, que salió de Barcelona a las 20.38 y que debía haber llegado a Madrid a las 23.30 pero que finalmente para la mitad de los pasajeros terminó a las 4.30 horas y para el resto, hora y media después. Es decir, más de cinco horas de retraso. Aunque por lo menos ellos pudieron llegar a destino, los 1.500 que se quedaron sin tren este martes y los que lo harán este miércoles, no han tenido esa opción.
