El Periódico de Aragón

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28-J: DÍA DEL ORGULLO LGTBI
Día del Orgullo Diamante Merybrown Drag queen

Diamante Merybrown: "Fue un jarro de agua fría llegar a España y ver que seguía siendo el niño diferente y raro"

Diamante Merybrown nació en República Dominicana y se crio en Zaragoza. Su paso por el programa Drag Race España (Atresplayer) le ha hecho conocida en todo el país

Diamante Merybrown, con uno de los 'looks' con los que apareció en la segunda edición de Drag Race España. SERGY PRODUCCIONES

Jhemeler Castillo (1995), más conocido como Diamante Merybrown, nació en República Dominicana y cuando era pequeño se trasladó a Zaragoza junto con su familia. Ha participado en la segunda edición de Drag Race España (Atresplayer). 

En uno de los capítulos del programa dijiste que en República Dominicana, de pequeño, eras el niño gay. Y cuando llegaste a España eras el niño gay y negro. ¿Cómo te ha influido esa doble condición a lo largo de tu vida?

Es como estar fuera del flujo natural de la vida. Ves que la vida funciona de una manera pero que a ti no te pasan las cosas que deberían pasarte. Lo que ves en las películas, en la tele, en la vida no se cumple. Eso de tener una adolescencia muy bonita, encontrar a una persona, enamorarse, casarse y tener una vida feliz son cosas que a mi no me han pasado. O que te guste una persona y que te corresponda. Y el no vivirlo fue por la condición de, primero, ser maricón y aquí ya en España, además, por ser negro. 

Llegaste a España con once añitos…

Cuando viví en la República Dominicana y comenzamos el proceso para venirnos a España yo lo veía como una salida al acoso y al bulling. Venir a España era como ver la luz al final del túnel. Pensaba que por fin iba a tener una vida mejor. Pero fue un jarro de agua fría llegar a España y ver que seguía siendo el niño diferente y raro. Y eso que yo nunca he vivido el racismo explícito, pero sí que he vivido las consecuencias del racismo que está arraigado en la sociedad. Hay mucha gente que ni siquiera es consciente de que es racista. Y por todo esto yo no he vivido una vida convencional. Y es verdad que lo he llegado a pasar bastante mal. Te sientes solo y apartado, aunque siempre acabas encontrando un grupo de personas que se convierten en tu familia. Pero me sigue jodiendo pensar que haya chavales o chavalas que tienen que pasar por lo que yo pasé para llegar al punto en el que yo estoy. 

¿Dirías que están suficientemente visibilizadas las personas racializadas dentro del colectivo LGTBI? 

No. Estamos en un punto en el que parte del colectivo ya no siente discriminación. Hemos avanzado, aunque nos queden kilómetros por delante, pero es verdad que hay una parte del colectivo, la maravillosa letra G (gays), que no han sentido lo que es la discriminación. Y hay otros que sí que lo han sentido pero que ahora que han ganado reconocimiento se sienten con la potestad de hacer lo mismo que ellos sufrieron de pequeños. Y ese no es el punto. Y uno de los colectivos más afectados por esto es el colectivo racializado. Hay veces que no nos sentimos dentro del colectivo porque nos sentimos rechazados por el mismo colectivo. La lucha racial en España lleva muy poquito tiempo y hace falta más visibilidad. Y eso pasa con las personas racializadas pero también con las personas trans. Y con el resto de las letras del colectivo que no son la G. 

El 25 y el 26 de noviembre llegará a Zaragoza el espectáculo del Gran Hotel de las Reinas, que junta a todas las participantes de la segunda edición de Drag Race España

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Además de en República Dominicana y en España has vivido en otros países: Alemania, Francia y Australia. ¿Hay lugares en los que se discrimina más que en otros? 

Es muy curioso esto. En Alemania viví en una ciudad muy grande, Colonia, y nunca jamás sentí ningún tipo de discriminación. En ningún momento salvo dentro del propio colectivo. Y en Francia, viví en Pau, y más de lo mismo y eso que era una ciudad bastante más pequeña. La sorpresa me la llevé en Australia, un país que se pinta súper avanzado pero en el que la sociedad es muy racista. Y hablo de insultos por la calle, gritos… Es un shock. La homosexualidad, eso sí, está mucho más normalizada. 

¿Y hay diferencias entre Madrid y Zaragoza? 

Sí. Yo noto muchísimo cuando voy a Zaragoza. Cuando voy de chico voy con sombra de ojos, con cosas por la cara, con mi ropa estrafalaria y aquí en Madrid hay mucha gente así, por lo que no noto nada. Pero en Zaragoza, que estuve hace un par de semanas, sí. La gente me miraba. Y ya no solo por ir maquillado, sino porque soy un chico negro, sin cejas, rapado, con plataformas en las zapatillas… Me sentí muy observado y no para bien. Fue incómodo y me resultó doloroso porque a Zaragoza le tengo un cariño enorme. Es donde yo construí la base de quien soy. 

Parte de lo que eres también es el drag. ¿Te ha ayudado a reafirmarte? 

Siempre he defendido que todos debemos hacer drag por lo menos una vez en nuestra vida porque descubres parte de tu personalidad que ni siquiera sabías que existían. Yo a día de hoy no sería quien soy sin lo que me ha aportado Diamante. Cuando estás en un escenario, con el público lleno de gente borracha que te puede decir cualquier barbaridad tienes que saber cómo hacer que te resbale. Enfrentarte a esa gente es gastar tiempo y energía. 

Contar a tu círculo que haces drag debe de ser como una segunda salida del armario, ¿no? 

En mi caso el salir del armario como gay ya fue un drama muy gordo. Por lo que una vez mi familia superó esa barrera, que fue complicado, el ser drag fue como sencillo. Aunque yo tenía muchísimo miedo porque claro, ¿cómo les explicas a tus padres que te vistes de chica para ganarte la vida? Al principio me lo callaba, pero ya lo entienden. Y la realidad es que hoy y gracias a esto me puedo pagar el piso. Ser drag es una profesión más y tengo la suerte de que mis padres lo han entendido. Y en mi círculo igual, aunque es verdad que el 90% de mis amigos son travestis (ríe). 

"Tenemos que disfrutar de lo que tenemos y celebrar lo que tenemos porque nos ha costado nuestro trabajo. Pero que la celebración y el disfrute no nos ciegue del trabajo que nos queda por hacer"

Diamante Merybrown - Participante en la segunda edición de Drag Race

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Falta también que lo entienda la gente de fuera del colectivo, que sepan que el drag no es una mamarrachada y ya. 

Sí. Y lo dicen las chicas de la edición de Drag Race amerciana. A sus padres les suele costar mucho entenderlo hasta que ven sus ingresos. Allí se cobra mucho, aquí no tanto (ríe). Pero yo me pago mi vida y me mantiene el ser drag. Yo me pongo peluca, tacones, me subo al escenario y lo doy todo. Y eso es un trabajo artístico más. Y como tal un día estás en la cima pero en un mes no lo sabes. 

Y tendréis que superar el estigma también que tiene el trabajo de la noche. 

Sí. Se confunden muchas cosas aunque es verdad que gracias a formatos como Drag Race España tenemos la oportunidad de demostrar que detrás de la peluca y las pestañas estamos nosotras. Y también podemos mostrar todo el arte que hay detrás de ser drag. No consiste simplemente en ponerse algo de maquillaje, unos tacones y ser feliz. Detrás hay mucho trabajo de creación del personaje, de costura, maquillaje, baile, canto y sobre el escenario eso se ve. Gracias a Drag Race podemos entrar a los hogares de la gente para que sean conscientes de todo lo que supone ser drag. Y mi propósito es además sacar el drag de la noche para que llegue a un público más variado. 

Acaba de terminar la emisión de la segunda temporada de Drag Race España, en la que has participado, y ahora comienza la gira por España del Gran Hotel de las Reinas. ¿Cuándo llegará a Zaragoza? 

El 25 y 26 de noviembre y será en el Palacio de Congresos. 

Para terminar: un mensaje para este Orgullo. 

Que sigamos luchando. Hemos dado pasos, hemos avanzado, hemos conseguido derechos pero nos queda mucho camino. Tenemos que disfrutar de lo que tenemos y celebrar lo que tenemos porque nos ha costado nuestro trabajo. Pero que la celebración, la alegría, la algarabía y el disfrute no nos ciegue del trabajo que nos queda por hacer. 

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