El Periódico de Aragón

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ATENCIÓN A PERSONAS SIN RECURSOS

Las entidades sociales aragonesas atienden a más personas con menos recursos

Las entidades sociales aseguran que, mientras el número de usuarios sube cada día, las donaciones son cada vez más escasas

La pobreza extrema acaba derivando en vivir en la calle. | ANDREEA VORNICU

Las entidades sociales que cada día destinan sus recursos a garantizar que las personas con menos ingresos y que sufren de pobreza estén atendidas son también las primeras que confirmar la tendencia al alza del índice de pobreza en la comunidad autónoma. Este aumento se hace sobre todo visible en el gran número de personas que no tienen más opción que recurrir a las ayudas sociales para subsistir.

Un claro ejemplo de este aumento se encuentra en las más de 230 comidas que se ofrecen cada día en el Comedor Social de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Zaragoza. Una cifra muy superior a las 160 que se daban en el 2019. «Absolutamente todos los días llega gente nueva que necesita atención, trabajamos en dos turnos todos los días y cada 15 días reevaluamos la situación de las personas que vienen a comer para ver si siguen necesitando el servicio o están mejor», explica Ana Cucalón, trabajadora social en dicho centro de la Iglesia Católica.

En el caso de la Hermandad del Refugio además de las personas a las que atienden y que están en situación de acogida temporal en las propias instituciones, la entidad atiende al menos 50 familias con hijos que, según el número de integrantes, reciben ayuda de forma semanal, quincenal o mensual.

En cuanto al perfil de persona que acude en busca de ayuda y alimentos, las entidades coinciden en el cambio de tendencia. Aumenta el número de españoles solicitantes de ayuda y cada vez son más las mujeres y las personas que apenas acaban de alcanzar la mayoría de edad las que se ven obligadas a recurrir a comedores sociales o a oenegés para tener al menos una comida al día en condiciones.

Además, al grupo se añaden también personas que después de sufrir la pobreza, llevaban varios años en una situación estable que se ha desmoronado a causa de la pandemia. Por último, el colectivo que más sorprende, aquellas personas que aunque cuentan con un salario fijo, no llegan a cubrir todos sus gastos. «Muchas personas que tienen una media jornada ya no llegan a pagarlo todo y tienen que venir aquí para poder comer», asegura la trabajadora social del Comedor Social en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Zaragoza. «Por mucho que tengan un sueldo fijo, los que hasta ahora llegaban muy justos a fin de mes, con la subida de los precios se han encontrado con que no pueden hacer frente a todo», explica María Ángeles Álvarez, vicepresidenta de la Hermandad del Refugio de Zaragoza.

Mientras cada día las oenegés y asociaciones reciben nuevas solicitudes de ayuda también sufren como las donaciones económicas y en especie van bajando. Una cuestión que no relacionan con una bajada en la solidaridad sino con un reajuste en las preferencias que de nuevo llega derivado de las grandes subidas en los precios. «Con la crisis de Ucrania ha habido mucha gente que ha reorganizado sus prioridades y que todo el mundo dedique dinero a una sola causa deja muchas otras descubiertas», asegura María Ángeles Alvarez.

Una sensación que también se comparte en el Banco de Alimentos de Zaragoza, que en la provincia atiende a más de 23.000 personas a través de 148 entidades. Son 1.000 más que el año pasado aunque sigue siendo un dato inferior al registrado en la pandemia. «Las donaciones han bajado bastante tanto en alimentos como las económicas. Ahora mismo estamos viviendo de las donaciones económicas que recibimos en 2020, es la primera vez en nuestra historia que somos nosotros los que compramos la comida, pero nos ha servido para variar y comprar también carne, huevos, leche y cosas que normalmente no tenemos», explica el presidente del Banco de Alimentos, José Ignacio Alfaro.

Aún así, entidades y comedores sociales de toda la comunidad trabajan para que al menos las personas que lo necesitan tengan una comida decente cada día que llevarse a la boca.

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