El Periódico de Aragón

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LA SITUACIÓN DE LAS ZONAS VERDES EN la capital aragonesa

Se buscan quioscos en el Parque Grande de Zaragoza

Tres de los seis puestos pendientes de reforma permanecen cerrados a la espera de sus respectivas obras de reconstrucción y remodelación / El ayuntamiento prevé que en la primavera de 2023 estén inaugurados

El quiosco «Flandes y Fabiola» se encuentra en estado de ruina y queda rodeado por vallas de obras para evitar peligros. ANGEL DE CASTRO

El Parque Grande de Zaragoza presenta estos primeros días de julio un aspecto todavía más animado si cabe de lo normal. A los habituales runners, ciclistas y andarines se suman numerosos grupos de niños en actividades extraescolares durante estos días de vacaciones. Ya comienzan a llegar los primeros turistas, entremezclados con zaragozanos que vienen hasta aquí en busca de algo de sombra y una temperatura más agradable. Seguro que algunos de ellos echan de menos encontrarse con alguna zona más de restauración a lo largo de los 270.000 metros cuadrados de superficie con los que cuenta el parque. Y es que hasta la mitad de los seis quioscos que están a la espera de reforma permanecerán cerrados, previsiblemente, hasta la primavera de 2023, según fuentes del Ayuntamiento de Zaragoza.

No obstante, los proyectos de reforma ya están adjudicados desde el pasado mes de marzo. No existe un plazo concreto para el inicio de las obras ya que se está esperando a que Urbanismo conceda la licencia de obras a aquellas empresas que ya la han solicitado. Otras aún se encuentran en esa fase de solicitar dichas licencias. Las empresas que resultaron adjudicatarias del proceso de licitación fueron: SLU Martipán, de «Flandes y Fabiola» y «Parque Bar»; Ribs Puerto Venecia, del «Cabezo Buena Vista»; Port Venecia Espresso SLU, del de «La Rosaleda»; Patricia Susín, del «Rincón de Goya», y Port Venecia Expresso del «Bar Infante».

De los seis quioscos pendientes de reforma, tres se van a derribar por completo: Parque Bar, Flandes y Fabiola y El cabezo de Buenavista. Mientras que este último continúa con su actividad, los dos primeros permanecen cerrados y presentan un estado de absoluta dejadez. El aspecto es desolador en ambos casos, más aún si se tiene en cuenta que están situados en dos puntos neurálgicos del parque, como es el caso del Parque Bar, a la entrada, y de Flandes y Fabiola, a los pies de la estatua de Alfonso I El Batallador. Este último, en ruinas, queda rodeado de vallas de obra para evitar males mayores. Los más curiosos, pocos y jubilados, rodean estos edificios como si fueran a encontrar la solución entre la maleza de los árboles, que ya se acumula en el techo, y algún que otro precinto que viene a apañar los cortes en los plásticos de los veladores.

El primer quiosco, a la entrada, es el Parque Bar y también se encuentra en situación de abandono. Ángel de Castro

El otro de los tres quioscos que permanece cerrado es «La Rosaleda», en el flanco derecho del parque. Parece que todavía «se celebran cumpleaños» o, al menos, eso indica el serigrafiado de la cristalera. Nada más lejos de la realidad, basta rodear este quiosco para observar cristales rotos en su parte trasera, un buen puñado de telarañas en la persiana de lo que sería la barra y entre tres y cuatro carteles de helados que se amontonan en el suelo del velador. A diferencia de los anteriores, este quiosco no se someterá a una renovación total de su estructura, sino que sufrirá una remodelación, al igual que se va a hacer en El Rincón de Goya y en La Terraza del Huerva.

Así, el Parque Grande de Zaragoza afronta el verano con una oferta limitada de restauración y con hasta tres de sus seis quioscos cerrados. Se espera que en la primavera del año que viene todos ellos presenten un aspecto totalmente renovado y aumenten esa oferta gastronómica y de descanso que ofrece el parque.

Este es el estado del interior del velador del Parque Bar. ANGEL DE CASTRO

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