El Periódico de Aragón

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El verano político en la comunidad

A la espera de líderes en la larga precampaña en Aragón

A las puertas del verano político, solo dos partidos tienen definido quién capitaneará su lista. Lambán espera rival en las Cortes mientras Azcón, que esta semana recibe la visita de Feijóo, puede dilatar su decisión hasta octubre

Javier Lambán y Jorge Azcón son los dos nombres que sobresalen hoy en la política aragonesa. | ANDREEA VORNICU

Hay clima prebélico hace días en la política de la comunidad autónoma, sin tregua desde que Jorge Azcón asumió el liderazgo del Partido Popular en Aragón a finales del año pasado. Las contiendas se llevan a veces al escenario parlamentario, donde se reclama a Lambán en cantidad pero sobre todo en calidad. Es decir, en comparecencias de enjundia como la que le lleva a mal traer al PP con la sanidad, sus malos números y sus listas de espera. Aunque las más de las batallas se libran en comparecencias de prensa vacías que ni son ya ruedas ni asiste la prensa las más de las veces. Convocatorias y más convocatorias de los principales partidos en las que lanzan su mensaje, atizan al de enfrente y a recogerse hasta dentro de un rato, cuando saldrá otro miembro del partido, o el mismo, a repetir fórmula.

Mientras tanto, en Aragón solo hay dos cabecillas que hayan garantizado su presencia en el cartel de las próximas elecciones autonómicas. Se trata del actual líder del Gobierno autonómico y secretario general del PSOE, Javier Lambán, que hace más de dos meses que anunció en unos desayunos en Madrid, casi de soslayo, que pensaba optar a la reelección. Lo mismo hará José Luis Soro con Chunta Aragonesista, una de las pocas formaciones que tienen claro a estas alturas cómo y con quiénes acudirá a las urnas el próximo mayo. No es poca cosa teniendo en cuenta cómo está de revolucionada la izquierda de la izquierda, tantos meses esperando que el yolandismo encienda una luz que guíe su futuro.

Al fin la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, presentó esta semana el lema y el logo de Sumar, el partido en el que, se supone, se deben aunar idearios y confluencias para que el lado zurdo del país no se atomice aún más, para que no extravíe votos, para que no pierda hasta el sentido. Este viernes próximo dará comienzo en el Matadero de Madrid el proceso de escucha que servirá para entender mejor el proyecto político de esta formación que, como su propio nombre indica, lo primero que necesita es sumar.

La asociación, vinculación o anexión de Más País le serviría para añadir un puñado de fuerzas localistas entre las que estaría probablemente CHA, aunque pensando expresamente en clave nacional.

Otra historia bien distinta es la de Podemos, que tiene su enigmático proceso abierto. De momento, no tiene fecha para unas primarias ni tampoco es seguro que estas se celebren. Todo irá en función de si formará parte de la citada confluencia con Sumar y otros. La realidad aquí es que todos hablan de convergencia. Lo hacen con razón. Alejados de ese camino solo aparecen carreteras colindantes con el precipicio. Sin embargo, no se sabe si Podemos al completo va a sumar al otro lado, si irá por separado pero con pactos puntuales, si habrá quienes directamente cambien a Ione por Yolanda...

En fin, puede haber dos listas, puede haber una. Lo que no hay de momento es cabeza de lista. Sí se sabe que su ex secretario general, Nacho Escartín, está en contacto con Yolanda Díaz para entrar en el proyecto de Sumar si así lo considera esta.

Hay distancias evidentes en esta parte de la izquierda que, sin embargo, lo que más necesita es mezclar afinidades. La consejera Maru Díaz, por si acaso, ya ha dicho en alguna ocasión que comparte «al 100%» el frente amplio que propone Yolanda Díaz.

En situación parecida está Izquierda Unida, aunque nada tiene que ver con el totum revolutum de Podemos. Aquí, Álvaro Sanz es su cabeza visible y fue elegido de nuevo como coordinador de la fuerza política el pasado noviembre. Pero tampoco sabe en qué modo se organizará de cara a las próximas elecciones, pendientes también de las decisiones y las negociaciones con Yolanda Díaz, con la que no niegan que quieren tratar de confluir.

A la derecha de la derecha está Vox, que pinchó expectativas en Andalucía pero mantiene el nivel en las encuestas. Tampoco tiene decidido su caudillo para las autonómicas, aunque para el lugar de Santiago Morón suena Julio Calvo, hoy concejal de esta formación en el Ayuntamiento de Zaragoza.

En mucha peor situación está Ciudadanos, al borde de la desaparición, casi inmolación. Por fuera hay quien se atreve a afirmar que el grupo no llegará vivo al final de la legislatura. Por dentro hay quien no se atreve a desmentirlo. Tampoco hay líder en perspectiva, dado que Pérez Calvo no garantiza que vaya a presentar su candidatura.

Queda el PAR, donde Arturo Aliaga, que estuvo a punto de ser enterrado el pasado verano, ya ha asegurado estar con todas las fuerzas para continuar en el partido y en el Gobierno lo que le echen. Antes tendrá que superar el último juicio elevado por los rebeldes de su formación, previsto para noviembre.

Y falta la novedad de Aragón Existe, esa creación de Tomás Guitarte que tampoco tiene adalid nombrado para las autonómicas.

Volviendo al principio de Jorge Azcón, su PP se moverá en función de la decisión que este tome a la vuelta del verano, en octubre a más tardar. Quizá esta semana cruce alguna intención con Alberto Núñez Feijóo. El líder del partido visita el viernes Zaragoza, donde pasará el día y se reunirá con los afiliados a las 6 de la tarde en el hotel Reina Petronila.

Si el alcalde decide repetir en las municipales, habrá que ver quién combate con Lambán en las autonómicas. La mejor posicionada aquí sería Mar Vaquero, que luce como parlamentaria y le ha dado otro aire al grupo desde que tomó el testigo de Beamonte. Por detrás quedarían Ana Alós o Marian Orós. En cualquier caso, está previsto que sea una mujer.

Lo mismo sucede en el ayuntamiento, donde algunas se miran de reojo a la espera de saber quién es la elegida en caso de que Azcón se decida por tratar de conquistar el Pignatelli. Por ahí ha sonado mucho en los últimos meses la consejera de Presidencia y Hacienda María Navarro, con un poso político, una experiencia y un conocimiento muy superior a los que tiene la que hoy algunos citan como posible candidata, la concejala Natalia Chueca.

Su rival en las urnas, cada vez caben menos dudas, sería Lola Ranera, que cuenta con el respaldo de Lambán y a la que, de momento, nadie tose. Podría ser incluso que no le hicieran falta ni primarias. Ha dado la cara en una legislatura más que desagradable de la que se bajó del barco Pilar Alegría y en la que ha tenido que hacer una complicadísima oposición en tiempos de covid donde ha sido capaz de poner a las personas por delante, un valor que hoy es un rara avis en la política.

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