Eran las 22.00 horas del jueves cuando la responsable del supermercado Dia situado en el número 9 de la avenida Anselmo Clavé 49 recibió un aviso por parte de la empresa que se encarga de velar por la seguridad del local. Nada hacía presagiar entonces lo que había sucedido, que acabó siendo que una persona, un joven de 20 años de origen etíope pero con nacionalidad española, identificado como B. G. S., se encontraba dentro campando a sus anchas y sustrayendo todo lo que le apetecía porque, antes de que cerrara el local, se había ocultado en el baño para no ser detectado.

El intruso acabó siendo sorprendido en el interior y en plena acción, justo cuando se encontraba forzando la caja fuerte que había en el despacho de ella. Antes se había hecho con pertenencias de los empleados tras revolver las taquillas y, en el almacén, cenó antes de actuar unas salchichas y un zumo. Después de ser arrestado y prestar declaración, acabó siendo puesto en libertad a la espera de juicio por una denuncia en la que se le acusa por un presunto delito de allanamiento de establecimiento público y otro delito de robo con fuerza. Eso por parte del supermercado, ya que en el transcurso de la investigación acabó siendo denunciado por otra tienda de Zaragoza, una de Mango, de la que al parecer había sustraído siete prendas de ropa que, además, le fueron detectadas entre sus pertenencias en la detención: cuatro camisas, dos pantalones cortos y uno largo. Y dos de ellas aún portaban la alarma.

Todo ello había ocurrido al parecer en el mismo día, el pasado 7 de julio, aunque su arresto se logró, precisamente, gracias a que la alarma había saltado al detectar movimiento en el interior del establecimiento. La encargada se desplazó hasta allí para averiguar qué había sucedido y a su llegada ya se encontraba en la puerta una dotación de la Policía Nacional. La puerta no presentaba daños de forzamiento pero, tras abrir la puerta de acceso, se encontraron una nevera fuera de su lugar habitual.

Como las luces estaban apagadas, la dueña se acercó a la oficina para encender las luces del supermercado y, al acceder al despacho, se encontró a una persona intentando abrir la caja fuerte con un juego de llaves. Los agentes de Policía le preguntaron a ese individuo el motivo de su presencia allí, a lo que él respondió que se había quedado en el baño. Algo improbable porque los aseos están destinados únicamente a los empleados del local y la puerta por la que se accede a ellos no se encuentra en la zona de tienda. Posteriormente, durante su declaración, en la que fue asistido por la abogada Marina Ons, él aseguró que se había quedado dormido en el aseo.

Durante la inspección del local con la encargada, mientras uno de los agentes se quedó con el individuo, se encontraron con que las taquillas de los vestuarios estaban abiertas y lo que había en su interior, revuelto. Aunque de momento no se ha determinado si a algún empleado le falta algún efecto personal. Posteriormente, en el almacén, hallaron el paquete de salchichas y el envase del zumo que ya había cenado.

Por otra parte, tras su detención, la Policía pudo constatar que ya tenía antecedentes por un robo con fuerza y un hurto, además de otro delito de resistencia y atentado a la autoridad.