Había ganas de fiesta en Teruel y también en todos los visitantes, que no han sido pocos. Y a tenor de la asistencia a los diferentes actos, y a espera del balance oficial, la nota es de matrícula de honor, por lo menos.

La ciudad encara este lunes el último día de festejos, tras varias jornadas de celebración multitudinaria y dos años de secano por la pandemia. Y el susto de la caída de la columna y el Torico original. De ahí las ganas y Teruel, como siempre, no defraudó. Primero con la puesta del pañuelico rojo a la imagen que preside la plaza, que se llenó como casi nunca y, este domingo, con los paseos matutinos y los vermús del mediodía, con sorpresa incluida: Para la alcaldesa de Teruel, Emma Buj y también para la joven a la que su novio le pidió la mano en el fragor de la jornada. Los tres acabaron botando entre vivas a Teruel.

Pero más allá de la anécdota, esta ha sido también una jornada multitudinaria, aunque esta vez el escenario ha sido la plaza de toros, con la tradicional merienda, a la que asistieron los miembros de las peñas El Despiste, Nos An Soltao, La Unión, El Rescate, Ultramarinos, Los Bohemios, Los Marinos y La Botera, algunos disfrazados de cupido, de guerreros, de egipcio, mientras el resto de agrupaciones disfrutaba de la calle. El coso se llenó con miles de personas y dos objetivos: El primero, ver los toros que este lunes correrán ensogados por las calles de la localidad. Serán cuatro de la ganadería Adell de Castellote, que ya han sido presentados en sociedad.

Misa del Santo Ángel Custodio, ayer, en un repleto Salón de Plenos. | AYUNTAMIENTO DE TERUEL

Pero la reunión ha servido sobre todo para merendar entre amigos, muchos con bocadillo pero la mayoría con el regañao, con jamón de Teruel como pieza principal. La tarde ha continuado con suelta de vaquillas, que hizo que más de uno bajara la merienda y acabara por los suelos; pero es lo que tiene enfrentarse a un morlaco semejante, aunque en este caso sean vaquillas. Ha habido carreras pero ningún incidente mayor.

Por la mañana, también se colgó el cartel de completo en el salón de Plenos con la solemnidad de la misa del Santo Ángel Custodio, que tuvo muy presente a las personas fallecidas por la pandemia del coronavirus.

Finaliza la Vaquilla (que tuvo su previa con las Fiestas del Ángel desde el día 1) y los turolenses –ya solo ellos porque los visitantes ya se marcharon ayer en su mayoría– volverán a la calle, en este caso para ver la exhibición de toros ensogados y a medianoche para la traca fin de fiestas y posterior retirada del pañuelo rojo al Torico, por la peña El Despiste, para su entrega a la alcaldesa de Teruel. Una vez que la res sea descubierta será el momento de descansar y de pensar en la Vaquilla del 2023.