El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

EL IMPACTO DEL INCREMENTO DE LOS PRECIOS

La receta de la abuela para ahorrar en tiempos de inflación: "Ya no es cesta de la compra, ahora es cestica"

Los pensionistas que viven solos hallan más dificultades para llegar a final de mes | La mayoría optan por abrocharse el cinturón antes de tiempo, por si vienen mal dadas en otoño

Manuel y Lucía, una pareja de pensionistas, en el Mercado Central de Zaragoza. ANDREEA VORNICU

Carmen y Santiago caminan de la mano por el Mercado Central de Zaragoza un lunes cualquiera. Acaban su compra en su carnicería de confianza, donde acuden asiduamente desde hace 25 años. "¿Que si cuesta llenar la cesta de la compra? Ya no es ni cesta... ahora es cestica", espeta el hombre, entre risas. Ambos son pensionistas, rondan los 70 años y no tienen claro si ha subido más de precio el pescado, la fruta, la carne o la verdura. "Es que todo ha subido, hijo. El único truco es comprar solo lo necesario", dice la mujer.

La inflación no hace más que azotar a todos los estratos de la sociedad. No hay quien se libre de la escalada de los precios, sobre todo en la alimentación, donde ahorrar se vuelve prácticamente una misión imposible. Pero los más veteranos del mercado, aunque haya que abrocharse el cinturón, tiran de recursos y recetario para ahorrar en lo que se pueda.

"Voy mirando las ofertas por todos lados. Aprovecho mucho el tres por dos, que sale más caro pero dura más", comenta Julia, de 77 años. "Lo que antes comprabas con 50 euros, ahora te sale por 65 como mínimo", afirma la mujer. De un modo parecido piensan Manuel y Lucía sobre la rampante inflación. "No hace falta ni preguntar. Esto se ha desfasado", comenta Manuel, agricultor jubilado. Conoce bien las realidades del mercado. "Veo los precios todos los sábados cuando se hacen públicos, pero lo cierto es que en el campo se sigue cobrando lo mismo", denuncia.

Recortamos en vestuario. Nosotros ya no tenemos que presumir

decoration

Junto al bar del mercado están José Luis y María, que reciben dos pensiones. Él, algo más alta tras trabajar durante años como fontanero en La Bella Easo, donde se jubiló por enfermedad a los 55 años. Ella, una pensión no contributiva, pues era ama de casa. "Tenemos que hacer milagros para llegar a fin de mes", comenta José Luis, que ahora cuenta 72 años, que añade que «ya antes era complicado». La receta de María sorprenderá a más de uno: "Recortamos en el vestuario. Di que ya somos mayores y no tenemos que presumir", dice, con una sonrisa algo triste.

No obstante, quienes viven en pareja sobreviven en mejores circunstancias a los sobre precios. Son, por contra, quienes deben asumir la vida en soledad quienes más sufren para llegar a final de mes. "Mi marido falleció hace poco y se me queda la mitad de la pensión. Cuando fui a mirar la última nómina vi que me habían bajado la pensión. Dice mi yerno que me lo devolverán en la próxima declaración de la renta, pero para entonces quién sabe dónde estaré ya", dice Josefina, con algo de sorna. Sujeta de su brazo y con el carro de la compra en el otro va Carmen, también viuda desde hace unos años y en la misma situación. "Esto va fatal, pero fatal. Tienes que ir mirando los precios de todo", se lamenta. A la espera se hallan de que llegue la subida prometida de las pensiones de acuerdo al IPC. Mientras tanto, toca ser ahorrador en la tercera edad. 

Compartir el artículo

stats