El Periódico de Aragón

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LOS EFECTOS EN LOS PRODUCTOS DE ALIMENTACIÓN

El precio de la fruta fresca se dispara por encima del 23% en Aragón

La diferencia entre los minoristas y grandes supermercados llega a 2,5 euros en los albaricoques / El Mercado Central apuesta por el producto local y mantiene unos precios razonables

Javier Gómez, de Frutas Javi y Silvia en el Mercado Central, atiende a una clienta. ÁNGEL DE CASTRO

Agustín Sánchez, secretario general de Fedefruta Aragón, comentaba hace algo más de una semana a este diario que el precio de la fruta se había disparado entre un 20 y un 25% en el último año. Fernando Benito, gerente del Mercado Central de Zaragoza, también cuantificaba la subida del precio de la fruta en torno al 20%. Ninguno de los dos estaba equivocado y es que este aumento de precio se constató ayer con la publicación de los datos del IPC. Exactamente, el aumento de la fruta fresca en Aragón ha sido de un 23,6%.

El secretario general de Fedefruta no descarta que estos precios continúen subiendo todavía más durante los próximos meses. Además, precisa que se trata de un aumento lineal que afecta a toda la cadena de valor, «desde incrementos en producción hasta los incrementos en supermercados».

Por su parte, el gerente del Mercado Central achaca a la guerra de Ucrania y a los paros del transporte en diciembre este progresivo aumento del precio. A pesar de ello, defiende que el mercado ha conseguido mantener las cifras de otros años por lo que cuenta con precios «muy competitivos». Y razón no le falta.

A pie de calle

Son las 10.30 horas de la mañana y los puestos de fruta son un hervidero de gente. En Frutas Javi y Silvia, dos kilos de nectarinas, tres euros. Dos kilos de albaricoques, tres euros. Dos kilos de paraguayos, tres euros. Dos kilos de melocotones, tres euros y medio. En Frutas Eva Maqueda, un kilo de albaricoques, 1.69 euros. Un kilo de nectarinas, 1.49 euros. Un kilo de paraguayos, 1.49 euros. Por ejemplo.

En los grandes supermercados, se alcanzan los casi 4 euros el kilo en los albaricoques; 3.49, en nectarinas, y 2.99 en los paraguayos.

El gerente del Mercado Central explica que la fórmula del éxito es «apostar por el producto de kilómetro cero», algo que, sin duda, conlleva un ahorro considerable en materia de transporte. Además, esto garantiza tener «producto fresco» de un día para otro. «La huerta de Zaragoza es fundamental para mantener los precios», continúa Benito y matiza que cuando les toca traer el producto de Almería, «el precio sí que aumenta de forma considerable». Apostar por el producto local es lo que permite «comerse los márgenes» y alcanzar unos precios razonables «a pesar de la fama de caros» que, según Benito, arrastran los mercados.

Hay quienes insisten en que los precios son muy similares a los del año pasado, por no decir idénticos en algunas frutas. Es el caso de Javier Gómez, que regenta el puesto Frutas Javi y Silvia en el Mercado Central. Gómez enseña en su móvil fotos de su puesto por las mismas fechas del año pasado. La sorpresa llega cuando se ven esas nectarinas y paraguayos al mismo precio que los que marca el mercado durante estos días. Hasta el ‘producto de lujo’ de verano, la sandía, refleja el mismo precio: 1.25 euros el kilo Para él, todo está transcurriendo como «un año normal», aunque sí que es cierto que nota desde hace varios años que hay «menos consumo».

Desde Mercazaragoza también insisten en que los precios se han mantenido «muy estables» desde enero hasta ahora, salvo un repunte a principios de junio en el precio de la sandía. Javier Monge, representante de los mayoristas de fruta en Mercazaragoza, explica que el exceso de demanda que trajo la ola de calor unido a que esta fruta todavía se estaba empezando a recoger en una sola zona de producción, elevó su precio. Sin embargo, su precio ya está estabilizado y se espera que continúe bajando durante las próximas semanas porque «la sandía ya se está moviendo en tres zonas de producción: Murcia, Valencia y Castlla La Mancha.

Preguntado por esa inflación del 23,6%, Monge es contundente: «Yo lo noto cada vez que lleno el depósito, que pago el doble, y cuando me viene la factura de la luz. Ahí sí que lo noto».

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