Ángel Cristóbal-Montes, quien fuera presidente de las Cortes de Aragón entre 1991 y 1995, ha fallecido este viernes por la tarde en el hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza. El político aragonés tenía 86 años y llevaba varios días ingresado, falleciendo a consecuencia de una complicación del covid.

Estudió Derecho en la Universidad de de Zaragoza y emigró a Venezuela en 1959, en cuya Universidad Central comenzó a dar clases de Derecho romano y de Derecho civil, que luego extenderá a la Universidad Católica Andrés Bello. Hasta 1972 residió en Venezuela entregado al mundo del Derecho en sus distintas vertientes. Publicó en este tiempo diez libros jurídicos.

De regreso a España, desarrolló una intensa labor investigadora-docente en la Universidad de Zaragoza, primero como profesor extraordinario y luego como catedrático de Derecho civil. En la actualidad es catedrático emérito de este centro, habiendo publicado durante ese lapso quince nuevos libros jurídicos.

Participó en la vida democrática como diputado constituyente y, en la Primera Legislatura, fue consejero de Justicia por el PSOE del Gobierno de Aragón presidido por Juan Antonio Bolea Foradada, de la UCD. Fue presidente de esta institución autonómica durante 1991-1995 y posteriormente diputado por el PP, su último partido.

Publicó 38 libros entre los que destacan títulos como La democracia no ha sobrevivido, Repensar a Heráclito, El enigma humano, El amor, la amistad y sus metamorfosis, Ensayos filosóficos y políticos y Manual de sabiduría, entre otros.

En su última entrevista, que fue concedida el pasado mes de mayo a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Cristóbal Montes destacaba que en la comunidad "se ha conseguido el equilibrio entre partidos muy peleones entre ellos".

José Ignacio Senao, quien fuera presidente del PP de Aragón en el momento en el que Cristóbal-Montes estaba en el partido, le define como un "referente" para todos los parlamentarios, por su "facilidad con la palabra y ese don para poder convencer a la gente".

"Un amigo de ambos siempre decía que era capaz de convencerte de una cosa y, a la media hora, también de la contraria. Era el mejor parlamentario que teníamos", comentaba este viernes en declaraciones a este diario.

Su paso por el parlamento aragonés dejó, añade Senao, muchas lecciones a todos, como por ejemplo "esa facilidad para establecer sus discurso siempre sin papeles". "Nos acabó motivando a todos a hacer lo mismo", recuerda. "Sus silencios, la manera de disertar sus ideas... hacía mantener el interés y la atención de todo un auditorio con su experiencia, de manera permanente", explica quien fuera presidente del PP aragonés entre 1989 y 1993.

Antonio Suárez, Gustavo Alcalde y Ángel Cristóbal Montes, en un pleno de las Cortes. EL PERIÓDICO

Además, achaca a la oratoria de Cristóbal Montes en las Cortes que fuese capaz de convencer, de "sensibilizar" al PAR sobre la necesidad de firmar el que fuera el primer pacto de coalición de Gobierno en la comunidad entre ambas formaciones, un acuerdo que derivaría en la entrada de José Urbieta y Santiago Lanzuela en el Ejecutivo, como consejeros de Cultura y Hacienda, respectivamente.

Su apuesta personal, después de haber sido consejero de Justicia en un Gobierno socialista, era la de ser portavoz en las Cortes, aunque llegó a presidir el Parlamento en el que fue segundo acuerdo de coalición entre el PP y el PAR en Aragón. "Era la persona más preparada entonces", asegura categórico Senao, que dirigía en ese momento al partido conservador en la comunidad y le tocó pactar ese reparto de poderes con los aragonesistas, que en aquella ocasión al PP le concedía la presidencia del parlamento.

Otro de los aspectos que más valoran sus compañeros de partido de entonces es su "pasión fundamental, que era la Universidad". Como diputado, compatibilizó su actividad política "con sus clases en la facultad de Derecho". Y nunca más se vio tentado por volver a ostentar un cargo en el Ejecutivo. "Él quería participar de la actividad legislativa", afirma Senao. Se le daba bien y disfrutaba con ello.

También recuerdan de él sus constantes referencias a su vida en Venezuela, donde fue durante un tiempo asesor de Rómuio Betancourt, quien está considerado como el padre de la democracia venezolana. Para él fue un refugio porque "se marchó de España porque estaba perseguido y el marchamo democrático entonces no era lo suficientemente amplio", explica Senao. Era 1959 y aún quedarían años de dictadura en España. "Pero le tiraba tanto su tierra que volvió", apostilla el expresidente conservador.

Gustavo Alcalde, que fue diputado por el PP en las Cortes generales y presidente de la formación en Aragón entre 2001 y 2008, lo recuerda como "una brillante cabeza y un magnífico orador" que le permitió aportar "muchísimo a la política" en su momento gracias a su "cerebro privilegiado".

El conservador evoca que Cristóbal-Montes militó en el PSOE y en el PP, algo poco común en estos días. "Indudablemente, ante todo era un liberal" que fue "presidente de las Cortes y candidato a presidir el Gobierno de Aragón y a la alcaldía de Zaragoza".

"Es una figura preeminente de aquel momento en Aragón, un hombre del que me apena su muerte. Hace dos meses estuve con él y estaba aparentemente en buen estado de salud", ha dicho Alcalde, que destaca haber conocido "pocos oradores como él, un politólogo muy brillante"

Un día de luto

El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha decretado un día de luto desde las 12.00 horas de este sábado y hasta las 12.00 del domingo 17 de julio, por el fallecimiento del expresidente de las Cortes. "Nuestra comunidad quiere expresar su pésame y solidaridad a la familia, amigos y discípulos; manifestar el reconocimiento a su labor en las responsabilidades institucionales; reconocer la calidad de sus aportaciones en la defensa de los valores propios de nuestra tierra; y honrar su memoria".

Durante el luto, las banderas oficiales en los edificios públicos de la Comunidad Autónoma de Aragón ondearán a media asta en el exterior y con un crespón en la moharra del mástil en el interior.