La esperanza de vida en Aragón no ha dejado de crecer en los últimos años y de hecho se ha incrementado en la última década en casi un año, alcanzando ahora los 83 años. Esto hace que la población mayor haya aumentado de manera considerable, de hecho, en 2021 hay un 63% más de mayores de 90 años que en 2011; 21.976 frente a 13.777. En el caso de los de 100, el incremento es un poco menor, un 61% (615 en 2021 frente a 377 diez años antes). Esos porcentajes disminuyen conforme se amplía las cohortes de edad. Hay más mayores de 85 años pero menos de entre 80 y 84 (alrededor de 7.000 menos).
También ha aumentado en dos años, la media de edad de los habitantes en la comunidad, que es ahora de 45 años frente a los 43 de hace diez años.
Todas estas cifras vienen a corroborar que el envejecimiento se ha disparado en la comunidad, según un estudio de la Fundación Adecco, basado en datos del Instituto Aragonés de Estadística (INE), porque la población cada vez vive más. Más mayores, menos nacimientos, dicen los datos. La calidad de vida conforme se van cumpliendo años también ha mejorado. Este año se contabilizan 151 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Esta cifra se ha incrementado casi cuatro puntos porcentuales con respecto al año 2012, cuando llegó al 147%, siendo el mayor crecimiento interanual registrado desde 1999. Esto significa que Aragón no había envejecido tanto desde hace 23 años. Hace una década, en 2012 era de 134,8%.
Teruel, en cabeza
Por provincias, Teruel es la más envejecida de las tres con el 178,2%, lo que significa que viven 178 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16; le sigue Huesca (162%) y Zaragoza es la más joven de las tres, con 146%.
El envejecimiento en la comunidad es superior a la media nacional, que es del 133,5% este año, cuatro puntos más que un año antes. Según los datos recogidos, Aragón ocupa el puesto número 7 en el ranking de las comunidades con mayor porcentaje de mayores, por detrás de Extremadura, País Vasco, Cantabria y las tres autonomías que superan la cifra de 200, como son Castilla y León (211), Galicia (213) y Asturias (240). Las zonas más jóvenes, además de Melilla (49) y Ceuta (65,5) son Murcia (92,6) y Baleares (109).
La inflación, la incertidumbre tras la pandemia o la guerra de Ucrania hace que muchas familias decidan posponer una decisión tan importante como es la de tener un hijo
Este envejecimiento está relacionado con dos aspectos vinculados; por un lado esa esperanza de vida al alza, intensificada por programas de envejecimiento activo impulsados tanto desde el Gobierno de Aragón (con el Plan del mayor), como desde muchos de los ayuntamientos de las ciudades. Pero también hay que tener en cuenta el descenso de la natalidad en la comunidad. Si el año pasado había casi 150 mayores de 64 por cada cien menores de 10, la tasa de nacimiento fue de 7,2 nacimientos por cada mil mujeres.
Esperanza de vida al alza y natalidad en descenso
La tasa de nacimientos no ha hecho más que descender en la última década, con una salvedad, justo la de 2021, pero aún así es un 23% menos que hace una década y sigue por debajo de las cifras necesarias para lograr el denominado reemplazo generacional, que debería alcanzar el número de 2,1 hijos por mujer, mientras que en Aragón es de 1,29; y que haría posible que la población se mantuviera en el tiempo. Sin embargo, una previsión del INE señala que Aragón va a perder más de 11.500 habitantes en el periodo comprendido entre 2020 y 2035, con una tasa de crecimiento negativo del 0,9%
Este hundimiento de la natalidad desde que comenzó el milenio (solo en 2021 se produjo un incremento, quizá debido al coronavirus y a todo el tiempo que permanecimos en casa por los estados de alarma) se repite de forma cíclica, provocado principalmente por problemas económicos y laborales.
Aragón no había envejecido tanto desde hace 23 años. Hace una década, en 2012 era de 134,8%.
Los efectos de la pandemia, cuando muchos aragoneses fueron llevados al erte, unido al alza de la inflación, de los precios y la crisis de suministros, agravado por la crisis de Ucrania, hace que muchas familias decidan posponer una decisión tan importante como es la de tener un hijo y muchos además renuncian a tenerlos.
Este envejecimiento también tiene otra derivada, que no es otra que la del ratio de afiliados por pensionista. En estos momentos, la relación cotizante-pensionista, según la Fundación Adecco, es de 1,9, una cifra que está muy alejada de la que los expertos consideran que sería necesaria para que desapareciera el actual déficit contributivo de la Seguridad Social, que es de 2,6. Por eso, su director general, Francisco Mesonero, considera que se deben «impulsar incentivos fiscales y laborales para estimular la natalidad», como ya sucede en países como Alemania, Reino Unido o Dinamarca, para que aunque la esperanza de vida crezca y también el número de mayores, no haya cada vez menos jóvenes.
