Mientras ardían más de 14.000 hectáreas en el incendio de Ateca, el Infoar trataba de extinguir las llamas que afectan al término municipal oscense de Bonansa, municipio ubicado en el límite con la provincia de Huesca con Lérida, en pleno Pirineo oriental. No obstante, al final de la tarde de este miércoles ha quedado "estabilizado", aunque todavía no está controlado.

Al final de la tarde estaban desplegadas tres cuadrillas helitransportadas, tres cuadrillas terrestres, dos autobombas, dos dotaciones de los Bomberos de la Generalitat de Cataluña, un avión y un helicóptero de Cataluña y un bulldozer.

El fuego se encontraba a 2 kilómetros de la localidad, pero según el alcalde Marcel Iglesias, "no hay riesgo para la población". Además, vecinos y ganaderos de la zona se sumaron a la lucha contra el fuego aportando cubas de agua.

Desde la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal del Gobierno de Aragón no pudieron estimar la superficie pasto de las llamas porque los esfuerzos se están centrando en Ateca, ya que la situación de Bonansa es "favorable". Este incendio preocupó inicialmente por la zona forestal en la que se inició al igual que pasó en la jornada anterior en Murillo de Gállego, donde hubo dos focos diferentes como causa de un rayo.

No fue el único. El Servicio de Extinción de Incendios de Aragón contabilizó hasta 11 incendios, destacando Siétamo, Blesa, Tarazona, Tamarite, Bailo, Luna y Foradada de Toscar.

Alerta roja

La comunidad está en alerta roja de incendios, especialmente, porque la disponibilidad de los finos o combustible muerto es muy alta o total en la mayor parte de la región, excepto en algunas zonas del centro y norte donde puntualmente ayer se dieron tormentas fuertes; los medios ya están disponibles en casi todo el territorio y los gruesos ya presentan disponibilidad en algunas áreas, principalmente del centro y la mitad norte. La recuperación nocturna de la humedad relativa no ha sido buena y apenas se espera nubosidad diurna.

A ello se suma que la atmósfera presenta un estado inestable y seca o muy seca en buen parte de Aragón, con alto riesgo de propagación convectiva. El viento sopló del noroeste en el valle del Ebro, que disminuyó a flojo durante las horas centrales; en el resto, viento variable flojo.

La previsión con la que trabajaba el Plan Infoar eran incendios de copas con focos secundarios y serían de superficie de alta intensidad con antorcheos y, puntualmente, incendios de copas en las zonas con alerta naranja. Los principales factores de propagación: la convección y el viento, además de la topografía.