Apenas hace tres días que llegaron a Zaragoza pero los más de 40 niños saharauis que participan en el programa Vacaciones en Paz ya han empezado a planear qué actividades quieren hacer junto a sus familias de acogida durante este próximo mes que pasarán en la capital aragonesa.

«Iremos a la piscina, a la playa y a bañarnos y ver cascadas», aseguraban este miércoles los pequeños, que relataban sus planes con la ayuda de un traductor durante la fiesta de bienvenida organizada por el Gobierno de Aragón.

En una breve pausa en sus juegos, los pequeños, que en la mayoría de ocasiones participan en el programa por primera vez, han contado también que lo que más les ha gustado desde su llegada es que «todo es muy bonito y hay mucha agua». Algunas de las familias pasan el verano en el pueblo. Es el caso de Marimar Hernández y Ramón Burriel, que por primera vez acogen a un menor procedente de El Aaiún. Allí, el pequeño que pasará con ellos el verano ha descubierto su nuevas pasiones: la piscina, los helados, la pistola de agua y el balón.

Niños y familias de acogida se han acercado hasta las instalaciones del Instituto Aragonés de la Juventud, donde les ha recogido la directora general de Cooperación al Desarrollo e Inmigración, Natalia Salvo, quien ha puesto en valor el carácter solidario de Aragón representado en estas familias y ha animado a los niños que pasarán el verano en la comunidad a «disfrutar de Aragón desde el Pirineo a nuestras Cuencas Mineras pasando por los pueblos, nuestras ciudades y todo el encanto que nuestra tierra pueda proporcionarles»

Uno de los menores ayer en el patio del IAJ. | EFE/JAVIER CEBOLLADA

Acompañando a la directora general ha estado también el delegado del pueblo saharaui en Aragón, Yahya Abderrahaman, que explicó la importancia de que los menores puedan pasar los veranos fuera de los campos que se convierten «en lugares extremadamente calurosos y donde el agua escasea». Además, el representante ha destacado que el objetivo todos los años es «que el mayor numero posible de niños pueda salir de los campamentos». En esta ocasión las tensas relaciones diplomáticas que arrastran España y Argelia han provocado que los trámites se hayan retrasado hasta un mes. «Otros grupos de niños salieron mucho antes a Italia y Alemania pero preferimos que vengan a España porque el español es para nosotros la segunda lengua más hablada y es importante que lo aprendan y practiquen», añadió.

Por último, el presidente de Arapaz. Agustín Gavín, en representación de las ONGD implicadas en la gestión del programa, ha asegurado que este proyecto «es una forma de sensibilizar a la opinión pública de la situación que se está viviendo en los campos de refugiados saharauis desde el año 1975, cuando el Estado español abandonó a su suerte a una antigua colonia española».