El Periódico de Aragón

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ABSENTISMO LABORAL

Absentismo laboral: más de 42.000 aragoneses faltan de media a su trabajo diariamente

32.087 trabajadores lo hacen con baja médica y 10.501 sin causa justificada | La tasa de absentismo se sitúa en el 7,3%, dos décimas más que la nacional

Acceso a un entorno laboral mediante una tarjeta. JOSE MIGUEL CALVO

A los accidentes laborales, depresiones y gripes de siempre se suma el covid persistente de los últimos meses. Estos son algunos de los motivos que justifican la falta al trabajo de los aragoneses. Otros, directamente, no se preocupan ni por presentar un justificante médico. Por poner números. Un total de 42.588 aragoneses faltan a su puesto de trabajo diariamente. De todos ellos, 32.087 lo hacen con baja médica y 10.501 sin causa justificada. Estos datos se extraen del Informe Trimestral sobre el Absentismo Laboral que ha publicado Randstad atendiendo a los datos de los tres primeros meses de este año. La tasa de absentismo en Aragón se sitúa en el 7,3%, dos décimas más que la media de España.

Desde la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas (Aedipe), Jorge Maza señala la importancia de empezar definiendo el término de absentismo laboral: «No existe una forma unánime de interpretarlo y definirlo, pero tiene que ver con la ausencia del puesto de trabajo en horas laborales sin tener en cuenta ni ertes, ni festivos ni vacaciones».

A partir de ahí, cada empresa lo entiende e interpreta de una forma muy diversa y, en ocasiones, se puede desvirtuar un dato si no se estudian las causas: «Por ejemplo, hay alguna entidad que encuadra los permisos de paternidad dentro del absentismo. Por tanto, un cambio de ley puede darte una explicación de un aumento significativo respecto a años pasados, que no tiene que ser debido a una mala gestión o un problema determinado».

Para Maza, el aumento puntual del absentismo laboral justificado «no es preocupante» salvo que una empresa presente datos que llamen la atención «por su recurrencia». Entre ellos, «muchas bajas médicas por accidentes en situaciones similares, o bajas por ansiedad o depresión reiteradas en un mismo área o equipo». También inquieta el absentismo sin justificar debido al desconocimiento de las posibles causas, por lo que «es importante indagar y llegar al fondo para revertir la situación».

En Aragón, las pymes con cierto volumen de empleados sí que desarrollan políticas de recursos humanos. En ocasiones, «muy bien definidas». Sin embargo, en las microempresas ya influyen otros factores como «la sensibilidad» y «la cultura» que tiene la empresa y cada uno de los integrantes.

El factor humano

Maza continúa explicando que el absentismo está relacionado muchas veces con «el modelo de liderazgo y de gestión en las empresas». Por eso, cada vez más, «se cuenta con la participación de los empleados» y «se tiene en cuenta» su experiencia con la empresa.

La solución pasa por impulsar políticas de recursos humanos centradas en las personas, «algo que no está reñido con la consecución de las metas empresariales». Por ejemplo, el teletrabajo, la flexibilidad horaria, prácticas de descanso y pausas activas, e inserción de iniciativas de salud física o mental como la desconexión tecnológica y la nutrición saludable.

Estas medidas ayudan «al bienestar en los equipos de trabajo» en algunos contextos profesionales. En otros, se tienen que adaptar las medidas a las realidades laborales.

El absentismo tiene «una correlación directa» con la planificación y organización del trabajo: «Si percibimos horizontes inciertos o nuestros roles no están bien definidos, existen demasiadas incertidumbres. Es posible que las personas se inquieten, aumente su malestar y este se manifieste en ausencias».

Datos por sectores

El estudio revela que el mayor absentismo se registra en el sector servicios, con una tasa nacional del 7,3%, cerca de la industria con un porcentaje del 7,1. El sector de la construcción es el que menos se resiente con un 5,4%, 1,7 puntos porcentuales por debajo de la media de la economía.

Los mayores porcentajes tuvieron lugar en actividades sanitarias (11,4%), asistencia en establecimientos residenciales (11,3%), actividades postales y de correos (11%), actividades de juegos de azar y apuestas (10,7%), actividades de servicios sociales sin alojamiento (10,6%) y servicios y actividades de jardinería (10,4%). 

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