El Periódico de Aragón

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SALUD AUDITIVA

140.000 jóvenes aragoneses temen por su salud auditiva

Casi siete de cada diez considera que el mayor riesgo es el mal uso de sus auriculares | Un 10% sufre pérdida de audición, según el director de audiología de GAES

Un joven con auriculares en las orejas JOSE MIGUEL CALVO

Presbiacusia: «Trastorno de la audición provocado por el desgaste del oído». Hasta 140.000 jóvenes de Aragón temen que sus hábitos actuales perjudiquen sus facultades auditivas en un futuro y puedan acabar en este desgaste. Entre estos hábitos, un 68% de estos aragoneses considera que el mayor riesgo para su salud auditiva es el mal uso que hace de los auriculares. Esto supone comprar muchas papeletas para hacerse con el ‘gordo’ de la presbiacusia a largo plazo.

Así lo corrobora el I Estudio que publica GAES sobre la Salud Auditiva de los Jóvenes en España. Francesc Carreño, director de audiología de GAES, puntualiza que los auriculares son una buena herramienta «para canalizar el sonido», pero su mal uso acelera el desgaste de las frecuencias agudas, que «son las primeras que se encuentran en la cúpula de entrada del sonido principal a nuestro cerebro». Su mayor preocupación es que este desgaste aparecía «a partir de los 65/70 años» y ahora ya reciben a pacientes de 50 años.

Actualmente, entre un 8 y un 10% de los aragoneses sufren pérdida auditiva. Carreño teme que, si no se pone freno, se puede hablar de niveles superiores y «llegar a un 14%» dentro de diez años: «Cada década que pasa, estos valores aumentan porque nuestras ciudades son más ruidosas y hacemos un mal uso del sonido». Además, un 31% de estos jóvenes asegura que alguna vez ha sufrido problemas o molestias de salud auditiva. «Imagina los que hay que no lo dicen», continúa Carreño, quien aclara que, por eso, este dato todavía «es mayor».

El desgaste del oído es «continuo» y, como al principio «no se percibe», con el tiempo se acaba convirtiendo en «la gota que colma el vaso». Algunos de los avisos que manda el cuerpo es que llega un momento en el que «se empieza a notar que no entiendes las conversaciones como antes o necesitas levantar más el volumen de voz».

Sobre los pacientes que se acercan a su consulta y dicen sufrir pérdida auditiva, Carreño explica cuál es el modus operandi: «Cuando se detecta, si es incipiente, se recomienda ser más cauto y tomar más medidas de prevención. Si ya tiene una pérdida auditiva que sobrepasa los límites de lo que nosotros consideramos una pérdida de audición (20-25 decibelios), le recomendamos audífonos». Se suele encontrar con jóvenes que llegan a la consulta «con pitidos». No es presbiacusia, pero sí un indicativo de que «o dejas de hacer eso, o vas a ser un candidato a tener pérdida auditiva».

Prevención

Resulta curioso que tantos jóvenes aragoneses teman por sus hábitos y no se esfuercen por cambiarlos. Así explica Carreño su comportamiento: «La concienciación es complicada porque no hay una molestia inmediata. Hablamos del fantasma de la pérdida auditiva porque los jóvenes son conscientes cuando les haces pensar sobre el problema, pero son inconscientes cuando no lo tienen delante, que es lo que sucede». En esta labor de concienciación resulta clave «enfatizar el tema de prevención como mejor solución».

El director de audiología de GAES insiste en evitar la exposición a ruidos altos desde altavoces y, si fuera necesario, utilizar tapones de protección porque «llevan un filtro que permite escuchar unas frecuencias, pero otra las rebaja para que no te hagan daño». En cuanto al uso de los auriculares, reseña «el trabajo de los fabricantes» por las instrucciones de uso con las que acompañan a estos dispositivos y los límites que establece con los colores verde, amarillo y rojo.

Además, pone en valor la iniciativa Oyeah - Listen Responsibility a través de la cual se ha desarrollado una app que permite medir «instantáneamente» el nivel de sonido ambiente.

«En los últimos años, las consultas que recibimos de gente joven son mayores. Ya vemos a gente de 40-45 años con necesidad, ya no es incipiente. Esto es lo que hay que hacer ver. Que no te llegue a esa edad, sino a los 70. Esta es la realidad», finaliza. Todo sea por quedarse un poco sordo con nietos y no con hijos. 

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