El Periódico de Aragón

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LOS EFECTOS DE LA CATÁSTROFE EN CALATAYUD

Moros registra ya casi 200 reclamaciones por los daños del incendio de Ateca

El alcalde, Manuel Morte, incide en que las ayudas deberían llegar primero a los agricultores | Día tras día aparecen nuevos desperfectos, desde persianas fundidas a ventanas destartaladas

Una finca en Moros que las llamas del incendio de Ateca alcanzaron. Jaime Galindo.

La oficina de atención al afectado que Moros abrió para tratar de cuantificar los daños por el incendio de Ateca ha registrado ya 200 reclamaciones de vecinos de la localidad zaragozana. La cifra total será con toda probabilidad mayor, pues el ayuntamiento continuará recibiendo peticiones de ayuda durante lo que resta de semana y parte de la que viene.

Dos semanas después de que el fuego asolara la Comarca de Calatayud, los desperfectos aparecen día tras día en Moros, el pueblo que resultó más afectado al quedar calcinado la práctica totalidad de su término municipal. 

Los técnicos del Gobierno de Aragón evalúan estos días los daños, pero, según explica el alcalde de Moros, Manuel Morte, es de momento "imposible" ponerle cifras a la catástrofe. "El cauce del Manubles ha quedado destrozado. El río ardió, se quemaron hasta los chopos. ¿Cómo valorar eso?", lamenta el regidor. 

Explica Morte que el calor se introdujo en las casas y que aún no han podido sacarlo. Que ahora se van "habituando al olor del humo". Que ahora aparecen los daños menores, que no lo son para nada: persianas fundidas por las llamas, ventanas destartaladas y las acequias por las que circulaba el riego de esta importante región hortofrutícola abrasadas. 

Es precisamente en las estructuras de riego y en las explotaciones agrícolas donde mayor fue el desastre. "Pudimos salvar el casco urbano, menos una segunda residencia que sí ardió, pero quienes deben recibir primero las ayudas son los agricultores. Han perdido su modo de vida y son los que hacen que viva el pueblo. Sin ellos caen, adiós al pueblo". Queda mucho trabajo por delante, pero Moros, a base de esfuerzo, ya trata de recomponerse.

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