El Periódico de Aragón

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La reacción del ocio nocturno a la sumisión química: «Cualquier fiesta de un pueblo es tan propicia como una discoteca»

«Es complicado actuar, no podemos registrar a los clientes por si llevan jeringuillas» |

El ocio nocturno pide campañas de información y visibilización, pero sin caer en el alarmismo. EL PERIÓDICO

La proliferación de casos de sumisión química, ya sea a través de introducir alguna sustancia en las bebidas o con el método del pinchazo se está convirtiendo en una auténtica preocupación para la sociedad, los gobiernos que intentan atajarlas y también para los establecimientos que, sin quererlo, se están convirtiendo en terreno de acción para estos delincuentes y foco de todas las miradas para quienes asisten, a diario, a casos en diferentes comunidades autónomas.

Se trata de los establecimientos del ocio nocturno, sobre todo discotecas pero también pubs o, como ellos mismos indican, cualquier lugar que se dé acumulación de gente.

Ellos reclaman pensar ya en planes de contingencia y definir campañas de visibilización y concienciación de esta moda de los agresores sexuales. Y sobre todo no perder de vista que «cualquier fiesta patronal este verano en cualquier pueblo puede ser tan propicia para que se den estos casos que una discoteca».

Así lo indicó ayer a este diario el vicepresidente de la Asociación de Discotecas de Zaragoza, Miguel Ángel Salinas, quien destacó que aunque todavía no se había dado ningún caso en Aragón de pinchazo hasta el detectado ayer, todo el mundo está sujeto a que estos agresores sin localizar lleven su práctica a la ciudad o evento que elijan y entonces sembrar los mismos interrogantes que ayer pudieron surgir en Aragón: ¿qué se está haciendo para impedirlo y qué se puede hacer?

Lo cierto es que «es muy complicado controlar desde los locales. No podemos registrar a todo el mundo antes de entrar, no somos la Policía y aunque pusiéramos arcos de seguridad en la puerta para detectar si alguien lleva oculta una jeringuilla, también pitaría un reloj o cualquier objeto metálico que lleven. ¿Debemos hacer a todo el mundo quitarse todas sus pertenencias que pueden pitar antes de entrar? ¿Se puede hacer en cualquier evento que atraiga a miles de personas?», se preguntan desde el sector.

Por eso piden un «plan de contingencia, campañas de información y visibilización, pero sin caer en el alarmismo. Es verdad que con estos casos la gente puede estar más intranquila, pero con información también está más vigilante», remarca. Pero debe coordinarse y canalizarse, apostillan, desde Madrid, a través del Gobierno central y con toda la colaboración de la patronal del ocio nocturno, que hace pocos días rubricaron precisamente ese compromiso.

«Estamos de acuerdo con la idea de crear puntos violeta o con cualquier medida que ayude a prevenir u ofrecer sitios a los que acudir si sucede», apunta Salinas.

Pero también añade que hay que endurecer las penas a los autores. Por más que se hable ahora de que estas sustancias no dejen rastro o de que es muy difícil actuar si no hay denuncia, «si a alguien le sale barato actuar así, acabará delinquiendo más. Si de detiene a alguien por pinchar a una mujer debe ser castigado penalmente como el que comete una agresión», añaden desde el sector del ocio nocturno.

En este caso, se van conociendo datos con cuentagotas sobre casos que van produciéndose en varios puntos del país y «casi siempre» relacionados con zonas de mucha afluencia turística, especialmente de visitantes extranjeros. Y es que, según indica Salinas, «parece una moda importada de otros países» que parece mantener al margen a zonas como Zaragoza o Aragón, con menos turistas de fuera que otros territorios como Madrid, Barcelona o las zonas costeras. Pero puede ser algo aparente que «tarde o temprano también llegará». «Tiene mala solución lo que está ocurriendo, pero sea cual sea, se puede empezar a pensar en qué hacer y estar prevenidos con medidas que se compartan en todas las ciudades y eventos», recalca Salinas. 

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