El Periódico de Aragón

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PLAN DE AHORRO ENERGÉTICO

Plan de ahorro energético: Una puerta puede salir entre 2.000 y 6.000 euros

Los cerramientos tienen un coste elevado para muchos locales

José, que regenta Ana Nails, en Doctor Cerrada, ayer, cerrando las puertas de su local, adaptadas a la normativa. ANDREEA VORNICU

Uno de los cambios más importantes que contempla la nueva normativa es la instalación de puertas capaces de mantener la temperatura interior de los establecimientos, el frescor en verano y el calor en invierno.

No se trata de instalar puertas automáticas, ya muy extendidas, sino de cerramientos que dispongan de un sistema adecuado para que la hoja vuelva a la posición de cierre gracias a un resorte o muelle eléctrico.

Y en este campo el abanico de precios es muy amplio, en función de la calidad y las dimensiones y otras características técnicas de las puertas. Se pueden encontrar desde los 2.000 hasta los 6.000 euros.

«El coste depende de las dimensiones del hueco y las hay desde los 2.000 o 2.500 euros de una puerta de una hoja simple a los 4.000 que puede constar una de doble hoja», informa Carmen de Johima Puertas Automáticas, una empresa zaragozana.

No tira la demanda

Mientras, las puertas batientes de muelle eléctrico se mueven entre los 3.000 y los 6.000 euros, indican en Cerrajería Los Maños.

Los instaladores no han notado todavía un aumento de la demanda, ni grande ni pequeño, a raíz de la promulgación de la nueva normativa sobre ahorro energético en bares, restaurantes y todo tipo de establecimientos comerciales. «Aún es prontísimo», subraya Carmen, que recuerda que el plazo de instalación termina el 30 de septiembre.

«Llegada esa fecha, bastará con tener un presupuesto de instalación aceptado para que se considere que se cumplen las normas», explica la responsable de Johima, que tiene otra división especializada en ascensores.

«No tenemos miedo a vernos desbordados», señala Carmen, que indica que, además, numerosas empresas del sector han iniciado las vacaciones o están a punto de hacerlo, por lo que no sería posible responder ahora mismo a un incremento fuerte de la demanda, en el caso improbable de que se produjera.

Lista en un solo día

En cualquier caso, la colocación de una puerta en un establecimiento abierto al público no es un proceso demasiado complicado. «Normalmente, se instala en una sola jornada», precisa.

La tarea la suelen realizar dos o tres técnicos de la empresa que, al día siguiente, regresan al local donde han puesto la puerta para cerciorarse de que funciona bien y, en caso contrario, hacer los ajustes necesarios para que se abra y se cierre correctamente.

Pese a las facilidades, el sector de instaladores no espera una avalancha de pedidos. De hecho, el artículo que regula la colocación de puertas que impidan el escape del calor o el frío del interior data del año 2009 y todavía son numerosos establecimientos que usan cerramientos tradicionales que no se bloquean herméticamente.

Fuerte oposición

Además, es precisamente esta exigencia de la nueva regulación la que se encuentra con una mayor oposición por parte de comerciantes, hosteleros y otros negocios.

«No pensamos cambiar las que tenemos porque unas puertas nuevas son una inversión muy fuerte y no corren tiempos para eso», manifiesta, indignada, la propietaria de una boutique cerca de la Puerta del Carmen.

Ni siquiera la amenaza de las multas, que podrían ser muy elevadas, a partir de los 60.000 euros, parecen ser motivo suficiente para ir corriendo a encargar una puerta nueva. 

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