Cada vez son más los aragoneses que se lanzan a la instalación de placas solares y fotovoltaicas en los tejados de sus domicilios. La crisis energética ha penetrado con fuerza en los hogares y no son pocos los que apuestan por el autoconsumo como la solución mágica para abaratar la factura de la luz. La inversión promedio para alcanzar un autoconsumo del 60% en un hogar se sitúa entre los 5.000 y los 6.000 euros, que se suelen recuperar a los cinco años gracias al ahorro que supone independizarse –en parte– de la red eléctrica.
Por darle contexto al asunto, una vivienda unifamiliar de tipo medio –con un consumo energético que ronde los 1.500 kilovatios hora– necesita instalar entre 10 y 12 paneles en la cubierta de su vivienda para que el autoconsumo sea factible. No obstante, depende esta cifra del gasto de la familia. Si la instalación es para un núcleo de cinco personas con un consumo que supere los 5.000 kilovatios hora, la instalación puede alcanzar hasta las 16 placas.
La fiebre por la fotovoltaica sube en estos tiempos todavía más si cabe a merced de la incertidumbre energética derivada del chantaje gasístico ruso. «Estamos desbordados. Hacemos entre cinco o seis nuevas intalaciones a la semana. En tan solo dos años hemos duplicado nuestras cifras y tenemos el calendario cerrado hasta 2023», afirma Isabel Guedea, cofundadora de EndeF, una potente empresa aragonesa dedicada a la instalación de parques fotovoltaicos.
"Estamos desbordados. Hacemos entre cinco o seis nuevas intalaciones a la semana. En tan solo dos años hemos duplicado nuestras cifras y tenemos el calendario cerrado hasta 2023"
Lo mismo piensan los fabricantes, como Abora Energy, también aragonesa. «En la primera mitad del año hemos multiplicado por siete la facturación del segundo semestre de 2021. Es un 'boom' total», asegura Roberto Pac, el director de marketing de la entidad, una de las más innovadoras en eficiencia energética gracias al desarrollo de los paneles híbridos.
El pistoletazo de salida para el autoconsumo doméstico se dio en 2019, cuando se eliminó el archiconocido impuesto al sol. Fue a partir de esa fecha cuando se desató la fiebre fotovoltaica. En Aragón, según las últimas cifras facilitadas por el Gobierno autonómico, por el territorio se reparten más de 3.300 parques solares de todos los tamaños. Cerca de 3.000, creen desde EndeF, pertenecen a pequeños propietarios e instalaciones domésticas.
Escasa burocracia
Con los motores del sector a pleno rendimiento, cabría pensar que los tiempos de instalación se alargan por distintas cuestiones, desde la burocracia hasta la propia ejecución del proyecto. No es así, explican desde EndeF, ya que una explotación solar doméstica puede estar funcionando «en menos de un mes».
Explican que en primer lugar se realiza un estudio de la cubierta de la vivienda y de la factura de la luz para dimensionar bien qué capacidad se necesita en el hogar. En cuanto a burocracia, en Aragón solo se requiere una declaración responsable, por lo que en cuanto se presentan los papeles se procede con la obra. Para lograr la compensación por los excedentes, el proceso sí se demora un tanto más, dado que el boletín energético debe comunicarse entre la DGA, la distribuidora y la comercializadora.
En la parte residencial reina el autoconsumo con excedentes, es decir, los casos en los que se vierte la energía producida sobrante a la red. Las placas, que cuentan con una potencia por unidad de entre 400 y 500 vatios, abastecen durante las horas punta del día de energía a la vivienda, vertiendo el sobrante a la red eléctrica y tomando por la noche lo necesario de la red. Después, cuando llega la factura, la comercializadora descuenta del coste total la energía vertida, aunque bien es cierto que lo hace al precio de la hora valle en la mayoría de los casos.
Sin embargo, quienes apuestan por las renovables suelen aspirar a la independencia energética total. «De media estamos viendo que se alcanza un 60% de autoconsumo en las viviendas. Pero hay clientes que intentan optimizar todavía más y no regalar nada de energía», asevera Isabel Guedea.
Con una batería puede llegar a alcanzarse un autoabastecimiento del 80%. Su precio: 3.600 euros
Es este uno de los motivos por los que en los últimos tiempos se da un interés al alza por adquirir baterías. Son estos aparatos unos módulos de unos cinco kilovatios de capacidad que sirven para almacenar los excedentes del día con objeto de utilizar esa energía cuando no hay alimento solar. «El precio está en torno a los 3.600 euros y, para el consumo de la tarde noche, sobra con una batería. Con una sola batería no te puedes independizar, porque imagínate que te toca una semana de niebla... Pero sí puedes alcanzar un autoabastecimiento del 80%», comenta la directora general de Endef.
Pero en cuanto a eficiencia energética son expertos en Abora Energy, una de las más conocidas empresas del sector cuyo adn es netamente aragonés. De hecho, fabrican el panel solar más eficiente del mundo, con un 89% de rendimiento. A ello se suma la gama de placas híbridas, a través de los cuales se logra suministrar cerca de un 80% del agua caliente sanitaria (para la ducha).
«Nuestros clientes se encuentran con el problema de no disponer de mucho espacio en la cubierta, por lo que con una instalación de dos paneles híbridos y ocho fotovoltaicos se optimiza para generar más energía», explica Roberto Pac. Tan bien va el negocio, explican desde Abora, que han hecho oficial su mudanza al polígono Malpica –hasta ahora se ubicaban en La Muela– para ampliar su única línea de producción hasta las tres con las que contarán en breve.
Queda por resolver una duda: el mantenimiento. «Es mínimo», dicen desde EndeF, más allá de algunas limpiezas de polvo o tierra que pueden mermar el rendimiento. Añaden desde la compañía que «no hay electrodoméstico en casa con una garantía mayor que una placa solar», y cifran tal periodo entre los 15 y los 20 años.
