El Periódico de Aragón

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El tirón de Jaca y el español

Unos 60 estudiantes extranjeros aprenden y perfeccionan el idioma en unos cursos de verano, que cumplen su 95º edición / Los hay de China, EEUU, Senegal y europeos

Los alumnos han visitado el monasterio de San Juan de la Peña y la Peña Oroel. | IDEASAMARES

Aprender o mejorar el español, pero también practicarlo, hacer amigos y disfrutar de una ciudad como Jaca y sus alrededores. Estos son algunos de los objetivos de los alrededor de 60 alumnos que hasta el viernes participan en los cursos de verano de español como lengua extranjera de la Universidad de Zaragoza que se celebran en la localidad altoaragonesa. Además, en paralelo a estos de lengua, literatura y cultura española para extranjeros, también se imparten seminarios para españoles de formación de profesores de español como lengua extranjera. Para la segunda quincena todavía está abierta la inscripción para ambas propuestas.

Christopher Salazar es estadounidense y tiene nivel C1. Es su tercera vez en un curso de verano de español en Jaca. El primero fue hace 7 años. Vino «por un intercambio de mi universidad en un programa de ingeniería e idiomas» y ese año aprendió «un montón», dice en un español más que aceptable. Ahora lleva ya tiempo «graduado y trabajando» pero considera que es una buena oportunidad para «seguir practicando con gente de aquí y manteniendo mi nivel».

Este joven asegura que en el trabajo «no lo utiliza» pero es un idioma que le apasiona. Tanto, que algún día tiene la intención de montarse «una empresa en España de escalada deportiva, que aquí, en el Pirineo, hay muchas y es un buen ambiente para ello», afirma.

En Jaca 8 Vincente Lagüéns, Christopher Salazar y Frederique van Leeuwen. | EL PERIÓDICO

En el caso de Frederique van Leeuwen, holandesa, que cuenta con el B1, vive cerca de la localidad jaquesa. Le encantan las montañas y define a la gente como «muy amable». En su caso, quiere mejorar su español y subir de nivel porque la familia de su novio es de Zaragoza.

Disfrutar del entorno

Además, que el curso sea en Jaca también tiene su atractivo, ya que es un municipio con «buenas fiestas, tradiciones, restaurantes, siempre hay mucha gente en las calles y el ambiente es muy bueno», cuenta la holandesa, a lo que el americano apostilla: «Es una ciudad pequeña y es más fácil aprender la cultura española e integrarse para ver cómo es la vida aquí».

Las clases se imparten de lunes a viernes, de 9 a 13.30, y por las tardes, los lunes, martes y jueves, de 16.30 a 18.00 horas, en el caso de los alumnos extranjeros; y similar para los profesores de español como lengua extranjera, pero aún así también les da tiempo a salir de fiesta, señalan entre risas, y a conocer la ciudad, el monasterio de San Juan de la Peña, la peña Oroel y otros atractivos.

Que coincidan en el curso con españoles que se forman como profesores también es un aliciente porque «es una mezcla perfecta e interactuamos muchísimo», explica Christopher.

El perfil de los estudiantes que acuden a los cursos son mayoritariamente jóvenes, de entre 18 y 30 años, «aunque siempre encontramos personas de edad muy avanzada», como un octogenario que, aunque este año no ha asistido, ha repetido durante muchos años, afirma Vicente Lagüéns Gracia, director de los cursos de español como lengua extranjera de Unizar.

El director ha notado un cambio en las nacionalidades en los últimos años, ya que cada vez son más frecuentes los alumnos orientales, tanto en Jaca, como en los que se celebran de septiembre a julio en Zaragoza, donde cada año más de mil estudiantes aprenden castellano. Pero en Jaca hay de más de 20 nacionalidades y además de procedentes de China, vienen de Japón, Tailandia, pero también de EEUU, Canadá, África –mayoritariamente del Magreb, pero también de Senegal y Ghana– y, por supuesto, europeos.

Estudios pioneros

Considera Lagüens que estos cursos tienen tan buena aceptación porque son «pioneros, los más antiguos de España» de entre los organizados por una universidad pública», la de Zaragoza. Se presentaron en 1926, por un catedrático cheso, Domingo Miral, que luego fue decano de la Facultad de Letras y durante un tiempo rector de la universidad. «Era un hombre que tenía un ímpetu terrible porque fue creador del centro de lenguas, fundador de la revista Universidad, el creador del colegio mayor Pedro Cerbuna, etc… y entre otras labores, la creación de cursos de verano», asevera.

Pero además de su antigüedad, un atractivo es también que están acreditados por el Instituto Cervantes, los profesores son especializados y eso «da calidad», explica. Además Zaragoza es una «ciudad atractiva» y Jaca es «un entorno maravilloso, que destaca por su monumentalidad, por su entorno privilegiado, a las puertas del Pirineo y la simpatía de su gente, que ven los cursos de verano como algo propio», concluye.

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