Para la gran mayoría de los aragoneses, o al menos para aquellos que tienen la suerte de contar con una segunda residencia rural a la que huir de las grandes capitales, el verano se pasa en el pueblo. Cuando llega agosto Zaragoza se vacía y las localidades más pequeñas que pasan el invierno luchando por sobrevivir ven cómo su población se duplica e incluso se triplica en el caso de las zonas más turísticas. Caspe, Calatayud, Pedrola, San Mateo de Gallego, Calamocha, El Burgo de Ebro, María de Huerva, Calamocha, Canfranc, La Puebla de Hijar, Castellote, Calanda... Decenas de municipios celebran hoy las fiestas.

Agosto y su puente festivo, son los momentos favoritos y que más personas acumulan de las vacaciones de verano. El más cercano al 15 de agosto es además el fin de semana que más fiestas patronales aglutina a lo largo y ancho de toda la comunidad autónoma. San Roque y la Virgen de la Asunción acaparan el patronazgo de prácticamente la mitad de la geografía aragonesa.

Los niños disfrutaron de los actos en Canfranc. | SERVICIO ESPECIAL

Durante estos días festivos aquellos que en su momento dejaron el pueblo por motivos o bien laborales o bien estudiantiles aprovechan para volver a sus hogares natales. Este 2022, después de dos años de ausencia y con una pandemia mundial de por medio, muchas son las localidades que han colgado el cartel de completo. Nadie, ni vecinos, ni veraneantes, ni visitantes quieren perderse las fiestas patronales.

Fiestas del reencuentro

Los alcaldes coinciden también en que «había ganas» y que, para muchos, las fiestas son la oportunidad perfecta para volver unos días al pueblo y reencontrarse y juntarse con amigos y familia.

«Ya venimos de un mes de julio en el que hemos visto cómo todas las segundas residencias se han llenado y hemos visto a muchos abuelos que disfrutaban de los nietos que viven en Zaragoza y muchas familias que viven fuera pero que en verano necesitan volver y pasar un par de semanas en su tierra con sus amigos y su familia», asegura Alberto Herrero, alcalde de Calanda. «Ahora, con la llegada de San Roque, pues un motivo añadido más para venir a disfrutar del pueblo», añade el primer edil.

Un sentimiento de bienvenida a los vecinos estivales que también se comparte en Caspe. Su alcaldesa, Pilar Mustieles, asegura que durante toda la semana han visto «cómo se volvían a abrir segundas residencias que llevaban mucho tiempo cerradas porque sus dueños volvían para celebrar San Roque».

Las fiestas empezaron ayer por la tarde en Calatayud. | AYUNTAMIENTO DE CANFRANC

La ganas de celebrar son evidentes en todas partes. En Calatayud concretamente se presentan en forma de peñistas. «Desde que se abrió el plazo ha habido una avalancha de gente para apuntarse como nuevos miembros de las peñas y ya hay apuntados más de 4.000, vamos a llegar a los 5.000 antes de que empiecen las fiestas sin problemas» aseguraba José Manuel Aranda, alcalde de Calatayud, que además afirma que, después dos años sin celebraciones, este año los preparativos se han vivido «con gran nerviosismo y cuidando todos los detalles para que todo salga bien».

En Canfranc se habla estos días de unas fiestas «muy participativas». «Tenemos los dos núcleos, tanto el pueblo como la estación, completamente llenos de vecinos y de visitantes. Hace ya días que se notan las ganas de volver y de celebrar», expresaba este semana el alcalde, Fernando Sánchez.

La mejor programación

Después de dos años de parón en las celebraciones consistorios y concejales de festejos se han esmerado al máximo para recuperar y si es posible mejorar las programaciones que se ofrecieron en 2019. Charangas, conciertos, jotas, verbenas, animación para los más pequeños y concursos populares son solo algunos de los actos más esperados de todos los que aparecen en los programas de fiestas.

En el caso de Calanda, su alcalde destaca, «la gran multitud de actos para todos los públicos» y además cuenta que «ya venimos de unas fiestas de interpeñas en las que los vecinos se han volcado participando en todo».

En Caspe, aunque la programación para estos días es «muy similar a la habitual», desde al consistorio aseguran que los vecinos tienen tantas ganas «que sigue sin parecer suficiente».

Reinas y miembros del consistorio bridaban antes de lanzar el cohete. | AYUNTAMIENTO DE CASPE

Destacan también los eventos taurinos. La Dirección General de Interior y Protección Civil del Gobierno de Aragón ha autorizado hasta el 8 de agosto 1.066 festejos taurinos populares, que incluyen el toro de fuego, de soga o suelta de vaquillas, y suponen la mitad de los 2.200 registrados en todo el año 2019. En cuanto a los espectáculos taurinos mayores, que comprenden entre otros las corridas de toros, rejones y novilladas, la evolución resulta especialmente significativa en la provincia de Teruel, donde ya se han autorizado 23 actividades frente a las 54 registradas en todo 2019. En la provincia de Zaragoza son 5 los permisos expedidos (23 en 2019) y en la de Huesca, 2 (6 en 2019).

Y es que durante el fin de semana cada uno ha tenido su propio arranque de fiestas, su propio atuendo y su propio día grande. Ahora a los aragoneses y visitantes solo les queda acabar de celebrar sus festejos patronales, esperar al próximo 15 de agosto. Hasta que ocurra, dentro de 365 días, la recuperación de las celebraciones al menos permitirá seguir con el eterno debate: ¿qué pueblo tiene las mejores fiestas patronales?