El Periódico de Aragón

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LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Las reservas de la margen izquierda del Ebro, en mínimos históricos desde 1980

El embalse de Yesa, al 29,1%, no estaba tan vacío desde el periodo 2001-2002

El embalse de Yesa ha bajado de nivel de forma sorprendente debido a la prolongada sequía. a SERVICIO ESPECIAL

La totalidad de la margen izquierda del Ebro se encuentra en situación de sequía, según la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que apunta que las aportaciones de caudal en los meses de mayo, junio y julio se encuentran en mínimos históricos desde 1980.

En el caso de Aragón, la rapidez con la que se produjo el deshielo de la nieve en el Pirineo la pasada primavera y la prolongada falta de precipitaciones, ni siquiera subsanada por esporádicas tormentas en el norte de Huesca, ayudan a explicar la desértica estampa que ofrecen estos días algunos de los embalses de mayor capacidad de la comunidad.

El más representativo de todos ellos es el de Yesa, en el Prepirineo de la provincia de Zaragoza, que se halla al 29,1% de su capacidad, circunstancia que ha obligado a los regantes de Bardenas a extremar las medidas de ahorro en el consumo de agua.

Su capacidad total es de casi 447 hectómetros cúbicos, pero a día de hoy solo contiene 126,7, a tenor de las cifras facilitadas por el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH). De hecho, las estadísticas muestran que Yesa no estaba tan vacío desde el periodo 2001-2002, que fue muy seco en la comunidad.

El embalse de Vadiello, cerca de Huesca, ayer. CHE

Diferencias sustanciales entre pantanos

Pero para obtener una visión más detallada de la situación es preciso examinar detenidamente los datos que ofrecen los embalses de los que se abastecen los regadíos y las poblaciones urbanas y rurales de Aragón.

Así llama la atención que el embalse de Mediano solo contenga el 15% del agua que podría almacenar, mientras que el de El Grado, unos kilómetros más abajo, se encuentra a cerca del 72% de su capacidad total, que es de 400 hectómetros cúbicos. Otros dos pantanos que están muy próximos, los de Lanuza y Búbal, en el valle de Tena, se hallan, respectivamente, al 72% y al 9%. Pero este último embalse, con estar muy bajo, no es el que presenta un aspecto más preocupante. Le gana a vacío el de Arguís, junto a Monrepós, dado que solo alberga el 2,5% de las reservas para las que está concebido.

El río Ésera, a su paso por Graus, el día de hoy. JESÚS SAMPÉRIZ

Pero también se da el caso contrario, el de pantanos que, pese al estiaje, la sequía y la fuerte demanda de recursos que se registra en verano, mantienen buenos niveles de reserva, como Ardisa (73%) y La Sotonera (62%), ambos en la Hoya de Huesca.

Por otro lado, si se examina el conjunto de la cuenca, desde Reinosa hasta el Delta del Ebro, el balance no es pesimista, ya que se halla al 71% de su capacidad, con 7.736 hectómetros cúbicos. Pero eso es un flaco consuelo para Aragón, cuya seguridad hidrológica depende en gran medida de las precipitaciones que caerán en meses sucesivos, hasta el final del año hidrológico. Y lo cierto es que la predicción meteorológica «no es clara», como apunta la Confederación Hidrográfica del Ebro, por lo que la llegada de las lluvias es todavía una incógnita. 

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