Los pisos turísticos están en pleno auge. Lo que pareció una moda más propia de las grandes urbes se ha convertido en un indispensable en cualquier municipio. En Aragón actualmente hay 2.515 viviendas de este tipo, un 52% más que antes de la pandemia, cuando la alternativa elegida por la inmensa mayoría seguía siendo el hotel o el hostal.
Según los datos facilitados por el Gobierno de Aragón, antes de finales de 2019 había 1.568 pisos turísticos en la comunidad, ahora son 2.515 y el número sigue creciendo cada trimestre.
Pese a que Zaragoza es la capital de provincia con más turismo, es la de Huesca la que concentra el grueso de las viviendas amuebladas y equipadas en alquiler para uso de ocio, con 1.575 pisos. Representan el 63% del total, mientras que la capital aragonesa tiene 573 y la de Teruel 367.
Desde Apartamentos Dos Torres, con una oferta muy variada, explican que los jóvenes suelen buscar los pisos turísticos porque «son más económicos» y les ofrecen comodidades extra, como la cocina. «El poder comer en casa es un privilegio y supone un importante ahorro», explica la responsable, Idoia Lozano. También se tiene en cuenta la ubicación, dado que la mayoría suelen encontrarse en el centro de las capitales, en las zonas más turísticas, lo que permite conocer las ciudades sin la necesidad de utilizar transporte público.
450 euros por un fin de semana
Por ejemplo, alquilar un piso para cuatro personas durante el primer fin de semana se septiembre en la capital aragonesa (dos noches), costaría entre 350 y 450 euros, dependiendo de la ubicación y de la clasificación del inmueble.
También apuestas por esta opción las empresas, e incluso se ha detectado un aumento de alquileres temporales por obras. «Es bastante frecuente que parejas que se están reformando su casa opten por los pisos turísticos para alojarse durante las semanas de obras», explica Lozano.
La competencia está frenando el aumento de los precios de alquiler, motivados por el incremento en la demanda. «Cada vez hay más interés por estas viviendas, pero la competencia es muy fuerte así que tampoco se pueden disparar los precios», admite Lozano.
Cualquier vivienda no puede promocionarse como piso de alquiler turístico. Tienen que cumplir una serie de requisitos y conseguir el aval del Gobierno de Aragón, que comprueba que cumplen con la normativa vigente en materia de habitabilidad y seguridad para su uso residencial como vivienda, y certifica que su estado de conservación de sus idóneo e instalaciones es el idóneo.
Una vez acreditado, solo vuelven a inspeccionar la residencia previa sanción policial. Este año, por ahora, todavía no se ha registrado ninguna multa.
«Antes se desconfiaba, pero ahora es la opción principal»
Idoia Lozano se encarga de alquilar pisos turísticos en Zaragoza. Su empresa es una de la ciudad, Dos Torres, y tiene una variedad de inmuebles infinita. Admite que al principio, cuando este tipo de residencias de alquiler por días se puso de moda, costó que se convirtiera en una opción para el turismo nacional, que seguía apostando por lo tradicional, es decir, por los hoteles y hostales. Pero la pandemia lo cambió todo y desde entonces el goteo de reservas es constante. En su caso, ha tenido suerte y sus pisos son utilizados por todos aquellos que pasan por el Teatro Principal, de manera que muy pocas veces los tiene vacíos. «Este verano ha sido más flojo, sobre todo el mes de julio, cuando las reservas disminuyeron», explica Lozano, que achaca a las olas de calor esta caída de turistas. La demanda se concentra y se reparte entre grupos de amigos y familias que proceden de Francia e Italia. «Los pisos turísticos son una oferta muy económica porque tienen cocina y hacer las comidas en casa supone un gran ahorro».
