El Periódico de Aragón

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LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

La producción de borrajas caerá un 70% en Zaragoza si no se revierte la sequía

Los hortelanos advierten de que debe llover en septiembre antes de que sea tarde | Los productores exigen un incremento de los precios acorde al aumento de los costes

Una huerta de borrajas en Zaragoza, correspondiente a una parcela de Hermanos Mené. El Periódico

La prolongada sequía y el calor extremo podrían reducir la producción de borrajas y acelgas hasta en un 70% en la huerta de Zaragoza. Es la estimación que manejan desde el sector, muy dañado por el incremento de los costes de producción y que, según dicen desde el mismo, pone en jaque al gremio de los hortelanos.

El manjar aragonés y símbolo de la gastronomía de la comunidad está en riesgo. La campaña de 2022 será complicada, pero el verdadero riesgo reside en que los pocos hortelanos que quedan y que producen esta verdura se decidan por dejar la producción y dedicarse a otros cultivos. O dejarlo del todo y cambiar de oficio. «Si no soy hortelano, yo me dedico a otra cosa. Y me encanta esto, pero no le veo mucho más remedio que una subida de precios acorde al incremento de costes», dice Javier Gil, de Gil & Pallarés.

Junto a Hermanos Mené aglutinan prácticamente el 100% de la comercialización de acelgas y borrajas en Aragón, y afirma Javier Gil, hortelano de la segunda productora, que si no llega agua «de inmediato» será imposible realizar el segundo y el tercer riego de las plantas, algo «vital» para el desarrollo de las borrajas.

"Si no llueve de forma consistente, la inversión sería demasiado arriesgada, más aún por cómo van los precios"

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«Esta siendo la campaña más dura que recuerdo. Nunca habíamos visto algo así en el caso de las borrajas y las acelgas», asegura Vicente Mené, de Hermanos Mené, quien afirma que, en el mejor de los casos, esta temporada se logrará recoger «la mitad» de la producción normal.

Así pues, las próximas fechas están marcadas en rojo en el calendario. «Si no llueve de forma consistente antes de que termine septiembre las huertas de borraja se quedarán a cero», asegura Vicente Mené. El asunto radica en que octubre es un mes demasiado tardío para sembrar la hortaliza de invierno, por lo que quedaría todo en manos de que el periodo invernal no fuera demasiado frío como para matar las plantaciones cuando aún no están maduras.

«Sería una inversión demasiado arriesgada, más aún por cómo van los precios», afirma Mené, que, en su caso, ya decidió contruir un pozo para autoabastecerse de agua en situaciones como las actuales, lo que les deja en una situación «de mayor tranquilidad» que al resto de los hortelanos.

«Y si a la escasa producción le añadimos que la calidad es bastante regular, solo nos queda decir que la situación que tenemos es muy complicada», agrega Gil. «Existe un miedo real a perder toda la producción este año. Que la cosecha será un 50% menor está claro, pero si no se revierte la situación perderemos el 70%», dice el hortelano zaragozano.

"Si la gente no compra borrajas pues ya comerá otra cosa. El gremio de los hortelanos está en riesgo de desaparecer si algo no cambia rápido"

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Los sobrecostes que golpean con dureza a todo sector agrario aragonés no se suavizan con los hortelanos. Ha subido el precio de todo: productos fitosanitarios, el gasoil de los vehículos de trabajo, el aumento de precio de las gomas (un derivado del petróleo) e incluso la subida del salario mínimo interprofesional. «Nos cuesta 40 céntimos producir el artículo en el campo y otros 40 todo el tema logístico, desde el transporte a la conservación de la cadena del frío. Si luego vendemos el kilo a 80 céntimos, estamos trabajando a costos», lamenta Gil.

El caso es que ahora llega el veradadero problema para los hortelanos zaragozanos. «Hasta ahora hemos podido regar bien, pero ahora nos han comunicado que a partir del 1 de septiembre ya no se podrá coger agua del Gállego», explica Mené. Afectará esta restricción, ya conocida desde hace meses por las previsiones del verano seco que se aproximaba, a los hortelanos de zonas como Cogullada, Peñaflor, Movera, San Juan de Mozarrifar o Montañana.

«Pero esto no es un drama para nadie. Si la gente no compra borrajas pues ya comerá otra cosa. El gremio de los hortelanos está en riesgo de desaparecer si algo no cambia rápido», lamenta Gil. Y ese algo debe ser, coinciden los agricultores consultados, una subida considerable de los precios que evite la venta a pérdidas. 

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