El Periódico de Aragón

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SECTOR TURÍSTICO: BALANCE DEL VERANO 2022

El tirón de agosto salva la temporada turística en Aragón

Los hoteles de la comunidad registran entre un 70% y un 100% de ocupación

Un grupo de turistas sala ayer del templo del Pilar, en Zaragoza. Jaime Galindo.

Este agosto el sector turístico de Aragón está a punto de culminar un mes de elevada ocupación general, con porcentajes entre el 70% y el cien por cien, que salvan el comportamiento «irregular» del mes de julio. Ese mes, habitualmente más flojo, como dicen los hoteleros, solo registró un importante número de reservas durante los fines de semana.

Esta situación se ha vivido tanto en los hoteles y hostales como en las viviendas de turismo rural repartidas por todo el territorio. Solo Zaragoza ciudad carece todavía de un balance de la campaña actual, si bien existe optimismo porque los próximos días 2 y 3 de septiembre la capital aragonesa acogerá el festival Vive Latino.

«Las reservas para este evento ya alcanzan el 80% y aún queda margen de crecimiento», subraya Antonio Presencio, responsable de Horeca Hoteles en Zaragoza.

«La reactivación de los viajes al extranjero y de las estancias en la playa tras el paréntesis del coronavirus han quitado afluencia a los valles, sobre todo en julio», explica el responsable de un hotel del valle de Tena, en el Pirineo.

Benasque registra un nivel alto

Sin embargo, la oferta turística de Aragón es tan amplia y variada que esta constatación no es válida para todas las comarcas. Así, en el valle de Benasque «este agosto se ha registrado un nivel de ocupación muy alto, con días en que se ha llegado al cien por cien», asegura José María Ciria, presidente de la asociación empresarial de ese rincón de la Ribargorza.

«Globalmente, este verano casi ha estado en línea con el de 2019, antes de la pandemia, si bien no se han alcanzado las tasas de ocupación del 2021, que fue una campaña excepcional debido a las condiciones especiales que creó el confinamiento», subraya.

En la comarca de Jaca, agosto está dejando «una buena ocupación», en palabras de Luis Terrén, de la Asociación Turística del Valle del Aragón. De hecho, desde que empezó el mes los establecimientos de Jaca y su entorno se mantienen en torno al 90%, informa.

En julio, como viene sucediendo, hubo una menor afluencia de visitantes, salvo los fines de semana, en los que muchos negocios hoteleros obtuvieron un buen nivel de reservas.

Muy cerca, en el Sobrarbe, el mes de agosto se está desarrollando «muy bien», apunta Paz Agraz, que preside la asociación de empresarios turísticos de la zona. «Julio fue flojo de ocupación y poco a poco fue subiendo, a medida que avanzaba el mes», comenta.

Además, añade, a los visitantes que se alojan en hoteles se han sumado las numerosas familias que poseen segundas residencias en la comarca, al igual que ocurre en la Jacetania.

Albarracín: un balance irregular

«Este verano está resultando un tanto atípico», continúa. «Por un lado hemos detectado un menor gasto por persona y, por otro, se ha incrementado de manera notable, desde 2019, el turismo que viene en autocaravana o en vehículos camperizados, lo que está generando problemas porque, en algunos casos, la verdad es que falta un mínimo espíritu cívico», añade la hotelera.

En la sierra de Albarracín, al sur de Aragón, el verano se está desarrollando de una forma «irregular», según Begoña Sierra, gerente de la asociación de empresarios turísticos de esa comarca de Teruel.

«En agosto nos estamos moviendo entre el 70% y el cien por cien que hubo en la semana central, del 13 al 21, pero en julio se produjo un descenso muy acusado con respecto al año 2021», afirma la experta, que ha comprobado que el bajón se debe más a la disminución del número de veraneantes que a la de turistas.

Con todo, las zonas turísticas tienen la vista ya puesta en septiembre y el otoño en general. «Estamos a la expectativa, pues la recogida de setas y la berrea atraen a muchas personas en esta época del año», dice Sierra.

Además, como sucede en la comarca de Jaca, el mes que ahora se inicia se presenta cargado de eventos culturales, deportivos y relacionados con la naturaleza que mantendrán la animación «hasta final de año» gracias a los puentes festivos.

Pese a ello, el panorama no está exento de nubes. La más grande y la más negra de ellas es la incertidumbre que se cierne sobre la economía debido a la guerra de Ucrania, que ha disparado el precio de la energía y, en general, del coste de la vida.

«Los gastos de los negocios hoteleros y de hostelería han aumentado de forma bestial», advierte José María Ciria. «Y ese incremento no se ha repercutido en los precios, pese a que suministros como luz y el gas han duplicado y hasta triplicado su precio», explica.

«Todos estos factores sumados hacen que, aunque haya mucho movimiento turístico, la cuenta de resultados no sea la misma y que las empresas tengan que tomar medidas para garantizar su continuidad», afirma el presidente de los empresarios del valle de Benasque. 

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