El Periódico de Aragón

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INVESTIGACIÓN ABIERTA POR UN POSIBLE CASO DE BULLYING

El consejero Faci, tras el caso de Saray: "El protocolo no se activó y tenemos que hacer autocrítica"

El consejero de Educación asegura que favorecerán su cambio de colegio // Desde los equipos de orientación de los centros resaltan el papel «fundamental» que juega el alumnado en la detección

Faci, este jueves, durante su visita al Val de Atalaya de María de Huerva. GOBIERNO DE ARAGÓN

El consejero de Educación del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, se mostró este jueves tajante respecto al posible caso de acoso escolar a Saray, la niña de 10 años que justo hoy hace una semana se intentó quitar la vida en Zaragoza. «Tenemos que hacer autocrítica. Está claro que el protocolo no se activó», dijo el consejero.

Faci, que evitó hablar literalmente de fallos en el procedimiento por parte del colegio Agustín Gericó, dijo que continúan recopilando información y recalcó la importancia de «dar aviso» ante «cualquier indicio», por mínimo que sea. «Es mejor activar el protocolo ante un pequeño detalle, aunque se cierre a los dos días, que esperar a otras certezas, no intervenir y que el problema sea mayor», dijo el consejero.

El titular de Educación, que lamentó el suceso adelantado por EL PERIÓDICO, mostró «todo el apoyo» del departamento a la familia y aseguró que «se favorecerá el cambio» de centro escolar de Saray si así lo desean sus padres. «Estamos aquí para lo que necesiten. Si hay que ofrecerle atención domiciliaria porque no se incorpora a las clases, lo haremos», dijo.

Faci recordó que Aragón cuenta, desde 2016, con el Observatorio para la Convivencia para actuar ante cualquier posible incidente en las aulas. «Hemos demostrado que dejando los casos en manos de los profesionales se resuelven mejor y se desahoga al centro educativo de una carga. De hecho, los colegios que más protocolos han abierto son donde mejor convivencia hay», aseguró el consejero.

Mientras las investigaciones siguen adelante, el Servicio Provincial de Educación continúa en contacto con la familia de Saray para ofrecerles apoyo y también con el Agustín Gericó, a donde se ha acudido ya con Inspección Educativa para analizar la situación.

Desde los equipos de orientación insisten en la prevención

La prevención es la mejor arma con la que se cuenta para evitar situaciones de acoso en las aulas. Por ello, en todos los centros educativos de Aragón hay equipos de orientación y herramientas específicas para atajar cualquier problema. Desde estos grupos de trabajo se resalta el papel «fundamental» que tienen los estudiantes para prevenir y detectar cualquier escenario de «bullying o sufrimiento» en algún compañero.

En centros como el Pablo Gargallo tienen tutorías afectivas, donde profesionales formados en Pedagogía ayudan a los estudiantes. "Es un espacio más íntimo, donde se habla de bienestar emocional, y que puede ayudar a un alumno a desahogarse", dicen.

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Arancha Palaín, responsable de Coordinación Bienestar y Protección al Alumnado en el instituto Pablo Gargallo (Zaragoza), asegura a este diario que «no hay que esperar» y se debe «encender la alarma» cuando un alumno manifieste «un malestar detrás», dice. «Quien diga que no se dan casos de acoso escolar en su centro, miente», expresa.

Ella, que cursó un máster especializado y recibió formación en el seminario de la DGA puesto en marcha por Miguel Ángel Modrego, apunta que los profesionales están «en constante reciclaje» respecto al bullying. «Ahora hemos incluido la prevención ante la ideación suicida. Hace años esto no se planteaba y ahora contamos con muchas herramientas donde, además del profesorado, los estudiantes son muy importantes y están muy concienciados», cuenta.

Se refiere a figuras como el alumno-ayudante o la Asamblea Feminista y Diversa que en el Pablo Gargallo funcionan «muy bien», dice Palaín. «Esto nos permite una reacción rápida porque, de alguna manera, están 24 horas en contacto con los compañeros, más allá de las aulas, a través de las redes sociales. Si hay una situación de acoso, pueden detectarla», dice la coordinadora.

En este instituto, por ejemplo, un alumno trans actúa como referente y acompaña a menores que puedan estar en una situación similar. Lo mismo hace una persona del colectivo LGTB. «También tenemos las tutorías afectivas, donde profesionales formados en Pedagogía ayudan a los estudiantes. Es un espacio más íntimo, donde se habla de bienestar emocional, y que puede ayudar a un alumno a desahogarse y a hablar de lo que le pasa», dice.

Por otro lado, las redes sociales son «un recreo 24 horas» y el ciberacoso «existe», apunta Natalia Alcalde, orientadora y coordinadora de convivencia del instituto Miguel Catalán (Zaragoza). «Los alumnos son conscientes de que el acoso es un problema y es importante darles a ellos el protagonismo. Hay concienciación para favorecer un buen ambiente en las clases», asegura. 

"Lo importante es creer en el testimonio que traslada el menor y no pensar que son tonterías o cosas de críos. Hay que dar relevancia a cualquier detalle", dice la orientadora del Miguel Catalán.

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En el Miguel Catalán tienen «muy pocos casos» de bullying durante el curso (el año pasado solo hubo uno) y lo achaca a las labores de prevención. Además del proyecto de alumno-ayudante o de hermano mayor, Alcalde apunta en este sentido a las familias. «Aquí, la presidenta del Ampa participa en la comisión de convivencia con nosotros y hace de vía de transmisión con las familias. Esa implicación es fundamental para que llegue el mensaje y se dé a conocer a los padres la existencia del protocolo y de las herramientas», insiste.

Esta orientadora tiene claro que lo importante es «creer en el testimonio que traslada el menor y «no pensar que son tonterías o cosas de críos», dice. «Hay que dar relevancia a cualquier detalle. Cuando un niño se siente mal y conseguimos que los verbalice, más en edades entre los 8 y lo 13 años, es un éxito», dice Alcalde. 

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