En el marco del I Plan Integral contra el acoso escolar en Aragón, en 2016 se creó el Observatorio Aragonés por la Convivencia y Contra el Acoso Escolar. En 2018, dentro del mismo programa, se aprobó mediante un decreto el protocolo de actuación inmediata ante posibles situaciones de acoso escolar.
El documento, que incluye numerosos anexos que pautan los pasos para abrir una investigación, está a disposición de los centros educativos y está colgado en la web del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón. En detalle, el proceso cuenta con 4 fases muy definidas.
Fase 1: Detección-comunicación y planificación e la intervención
De inicio, cualquier persona de la comunidad educativa debe comunicar e informar al equipo directivo de un posible hecho de bullying. Este adoptará medidas provisionales de protección y supervisión. En casos graves de violencia sexual se especifica que se contactará inmediatamente con la Guardia civil o la Policía Nacional.
El siguiente paso es importante porque incluye la toma de decisión sobre si se inicia o no un protocolo. En ambos casos, de todas formas, se debe enviar una copia de los anexos a Inspección Educativa, al equipo de Orientación Educativa y al libro de registro. Si se decide abrir un proceso, se pasa entonces a constituir un equipo de valoración y se hace una planificación de la intervención.
Fase 2: Recogida de información
La fase 2, una vez que se inicia el protocolo, consiste en la recogida de información por parte de dicho equipo de valoración. En este punto se cita a las familias del alumnado implicado, se hacen entrevistas con el mismo y se procede a una recogida de «observación sistemática» del caso.
Fase 3: Análisis y toma de decisiones
En la fase 3 se analiza la situación y se toman decisiones por parte del equipo de valoración. Tras ello, es necesario elaborar un informe de resumen del caso, que la dirección del centro enviará a Inspección de Educación y al Equipo de Orientación. De ese informe también se da detalle a las familias.
Si no hay una situación compatible con el acoso, se hace una propuesta de medidas y se da por cerrado el protocolo.
En el caso de que sí haya bullying, se toman medidas educativas y se inicia un procedimiento corrector. Para ello se consulta a Inspección Educativa y se da comunicación de la situación a Fiscalía de Menores.
Fase 4: Seguimiento y supervisión
La última fase es la de seguimiento y supervisión. Un equipo recoge información y la entrega a la dirección. Después, se valora la evolución del caso y esa información se envía, en copia, a Inspección Educativa y al Equipo de Orientación.
Si hay un cese del acoso, se cierra el expediente.
Si por contra se ha reactivado el bullying se vuelve a iniciar otro proceso corrector. En este punto, es necesario volver a informar a Inspección y a Menores.
Una serie de indicadores
Por otro lado, según reza en el protocolo de Aragón, hay ciertas características que sirven como indicadores para diferenciar e identificar correctamente una situación de acoso escolar. Son, por ejemplo, situaciones de humillación, rechazo, búsqueda, inhibición de los observadores, silencio, reiteración, superioridad, focalización, paralización, invisibilidad o exculpación.
El documento apuesta por una promoción de la convivencia positiva con acciones como aprender a respetar, a tener actitudes positivas, a creer en el consenso, a promover el desarrollo de valores de tolerancia, solidaridad o el respeto a los derechos humanos.
"Enseñar a convivir debe ser una prioridad para toda la comunidad escolar y de la sociedad, no es solo tarea del profesorado. La convivencia se aprende y se imita, por ello todos debemos asumir la responsabilidad de mejorar la convivencia, puesto que el ambiente de convivencia de un centro educativo no puede ser fruto de la casualidad", detalla el protocolo.
