La innovación ha sido un elemento esencial desde la puesta en marcha del tranvía en Zaragoza. Con elementos como la prioridad semafórica, realizada por el servicio de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, o el establecimiento del tramo sin catenaria más largo de España (2 kilómetros), las mejoras tecnológicas son una constante en este medio de transporte. Toda esta filosofía de permanecer en vanguardia nace del empeño de ofrecer a la ciudadanía el mejor servicio posible, con todos los estándares medioambientales de la movilidad sostenible desde el comienzo de la explotación.

Dos nuevos saltos tecnológicos se suman en esta trayectoria: las pruebas para el tranvía inteligente que desarrolla CAF, dentro del proyecto Tauro, y el encargo de dos nuevas unidades, Urbos 100, que estarán en marcha en la ciudad en el año 2024. Y todo ello con diferentes soportes de fondos de la Unión Europea.

El interior de la unidad cuenta con un código qr que explica las claves de este gran proyecto a los viajeros interesados. Los Tranvías

Te veo, te percibo, te protejo; soy tu nuevo tranvía inteligente. Así se presenta la unidad del Tranvía de Zaragoza que, desde mediados del mes de julio, incorpora los sistemas de recogida de datos que harán posible trabajar un geoposicionamiento para el desarrollo de nuevos sistemas de ayuda a la conducción en beneficio de la seguridad y la eficiencia.

‘Punta de lanza’

El proyecto, que ya fue anunciado meses atrás por el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, es una iniciativa a largo plazo de CAF, en la que el Tranvía de Zaragoza colabora en su fase inicial, en el plan denominado Compass. Todo ello cuenta con la principal financiación del Europe’s Rail, el máximo organismo europeo encargado del desarrollo de sistemas ferroviarios. Para la consejera de Servicios públicos y Movilidad, Natalia Chueca, «Zaragoza vuelve a ser punta de lanza en temas de movilidad».

La compañía ha decidido contar con dos sistemas tranviarios en funcionamiento, con el fin de desarrollar un sistema de conducción autónoma que sea eminentemente práctico, y sumar el feedback de los profesionales de dos tranvías muy diferentes, Zaragoza y Oslo. El objetivo final es validar un abanico de sistemas fiables de ayudas a la conducción, que permitan por una parte ganar en seguridad en los tranvías, tanto para conductores y pasajeros, así como para peatones, ciclistas y vehículos, y por otra mejorar la eficiencia, tanto energética como operacional. 

Se ha decidido empezar en Zaragoza por distintas razones. En primer lugar, porque se trata de uno de los sistemas tranviarios más avanzados de Europa. Por otra parte, la ciudad cuenta con unas características interesantes, con una estructura urbana mediterránea y compacta, de calles estrechas en el centro. De hecho, la Línea 1 tiene 13 cruces semaforizados por kilómetro, un número muy alto que permite poner a prueba 

Reconocer el entorno con más precisión

En una unidad del Tranvía se han instalado tecnologías encaminadas a conseguir un posicionamiento seguro, mucho más preciso que la señal GNSS estándar (GPS). La precisión es clave, por ejemplo, para determinar si un vehículo está posicionado en una vía o en la contraria. Así, se van a utilizar comunicaciones 5G, con datos precisos de velocidad.

A la información proporcionada por sensores habituales, se suma el nuevo setup instalado en la unidad. En las dos cabinas hay tres rádares (uno frontal y uno en cada lateral), dos cámaras (una de largo alcance y un ojo de pez) y un Lidar de estado sólido (dispositivo que permite determinar la distancia desde un emisor láser a un objeto o superficie utilizando un haz láser pulsado).

Actualmente, en esta fase inicial, el proyecto se centra en recabar todos los datos posibles mientras el tranvía está en circulación, para alimentar un algoritmo que “aprende” kilómetro tras kilómetro y permitirá tener un mapa digital del trazado muy preciso.